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Tribuna:
Tribuna
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El 27, una generación revolucionaria

La burguesía liberal y reformista se demostró incapaz de conquistar el poder político y de realizar una auténtica desmitificación teórica de la sociedad española. Sin embargo, introdujo el espíritu europeo, avivó el ansia de cambiar las vetustas estructuras e influyó decisivamente en la formación de la generación de 1927. Ortega y Gasset, en su obra juvenil, esboza la estructura de una España moderna, europea, universal. Los jóvenes de su generación acogieron con entusiasmo este mensaje y lo personalizaron. Sin embargo, esta generación nació bajo el signo de la contradicción. Si de un lado expresa un espíritu de vanguardia, de otro permanece subyugada por la generación del 98, que había elevado a mito trascendente los valores metafísicos de la España campesina. El conflicto entre tradicionalismo y vanguardia es patente en todas sus obras. La ruptura entre una España que muere y otra que nace, se resolvió por el triunfo del espíritu revolucionario. Fue, para ellos, la Revolución una idea sublime y apareció como la única realización posible de todas las aspiraciones del hombre. Este idealismo se expresó en Litoral, revista de la revolución literaria, y en Octubre, revista de la revolución política. Desasosegados por la lenta agonía de un mundo que les agostaba, clamaron desde la raíz de su ser por innovaciones estéticas, teatrales, poéticas y políticas. A todos les une vivir y sufrir, con grandeza patética, la contradicción íntima por no haber podido llevar a cabo la ruptura total con un pasado idealizado. Y, «para atormentarme los contrarios se me juntan», dice John Donne. Lo veremos en cada uno de ellos.Cernuda

La poesía de Cernuda parte de la beatitud agraria, que representa la eternidad que desea y sueña. Andalucía es la tierra donde respira sosiego, hondura, concierto armonioso. Esta verdad feliz y la inquietud del anhelo revolucionario, que se enfrenta con la realidad para hacerla suya y transformarla, entablan una lucha decisiva. Pero, «la revolución renace siempre, como fénix llameante, en el pecho de los desdichados», dice. También entre su poema a El Escorial, nostalgia del pasado, y el poema 1936. canto de fidelidad al futuro. la contradicción íntima salta a la vista.

Bergamín

Bergamín el sutil es un pensador que se lo juega todo, al decir de Salinas. Ya muy joven afirma audazmente: «Pensar es comprometerse». adelantándose al pensamiento existencialista moderno. En todas sus obras, especialmente en El pozo de la angustia, aproxima las dialécticas de San Pablo y Pascal a la de Lenin. Al marxistizar el cristianismo o cristianizar el marxismo. su pensamiento busca incorporar el pueblo cristiano a una lucha por la transformación del mundo. En ese sentido se anticipó a los actuales intentos de unidad problemática entre cristianismo y marxismo. Desde sus Sonetos a Cristo crucificado, que entusiasmaron a Machado, hasta Claridad desierta, encontramos los sentires más profundos de la poesía moderna española.

García Lorca

El Romancero gitano, de García Lorca, es la suprema categorización del cante popular. su poesía culmina con Oda a Walt Whitman y Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías y constituyen la explosión lírica de su sentimiento trágico de la vida. Su teatro, grito de temblor y sangre derramada, simboliza el horror sombrío de la castidad, la desoladora furia de la esterilidad y la pasión creadora del amor. A través de su obra denuncia una sociedad rural y represiva. Pero no apunta solución didáctica ni apotegma salvador. Poeta de raíz popular. ángel de tinieblas que anuncia el fin de un mundo, es un profeta de la esperanza.

Alberti

Su primo Rafael Alberti, desde los primeros versos en Marinero en tierra, es un poeta geométrico, cabal, de áurea proporción y claridad marítima. Después de su obra Sobre los ángeles, su poesía se debate entre el sentimiento lírico puro y la belleza formal. Para salir de este conflicto, se aproxima al pueblo, escucha su cantar dolorido y escribe su primer poema político, Elegía cívica. Más tarde, aparece Consignas, poesía imprecatoria con fulminaciones quevedescas. Poeta en la calle y De un momento a otro son gritos de combate, protesta, dolor. Pero su poesía no pasa de pura a comprometida, pues desde siempre reveló un sentimiento lírico colectivo. Esta socialídad de suyo, le lleva a comprometer se con las luchas y esperanzas mesiánicas, redentoras del pueblo español.

Gerardo Diego

La poesía de Gerardo Diego es el prodigio imaginativo que se desata libre, voluntariamente en Imagen. Su obra típica del creacionismo, Manual de espumas, es el sueño de la razón que inventa imágenes diferentes a las turbulentas creadas por el deseo corporal. Del creacionismo evoluciona a un conceptismo neoclásico de orfebre perfecto del verso, corriendo el riesgo de perder su hervor revolucionario. Más tarde, vuelve al creacionismo básico con Biografía incompleta. El admirable poema «Valle Vallejo», al poeta revolucionario, es bien significativo de su fidelidad. Trotskismo poético, cosmopolitismo urbano, siempre permanece vivo el recuerdo de Huidobro.

Aleixandre

Vicente Aleixandre nos asoma al horror de lo desconocido. Pasión de la tierra es una exploración en el abismo de la existencia, con imágenes que brotan del inconsciente más puro. La destrucción o el amor es el poema de la conciliación, pero la riqueza oscura de la imagen se conserva. Y llega el gran día con Sombras del paraíso, este gran poema espinozista es un canto a la aurora del universo. Su poesía nos anticipa un proyecto del hombre armonioso por sumisión humilde a su destino terrestre. La contradicción entre acción y contemplación pasiva, intenta resolverla con una poesía meditativa, densa en descubrimientos trágicos de la sucesividad temporal y de la consumación. Su anchuroso discurso poético es el más metafísico de la generación del 27.

Guillén

Para hacernos olvidar las miserias melancólicas terrestres, Jorge Guilién nos describe el aura que nimba las cosas. Esta abstracción poética no se radicaliza hasta suprimir la contingencia ni pretende, como Mallarmé, «la aniquilación -burguesa del mundo visible» (Sartre). La palabra poética de Guillén es apofántíca, descubridora de lo real invisible. Poesía abstracta aunque concreta, ideal pero terrestre, de ciclo y lunas, estrella y rosa. Cántico es satisfacción plena. aceptación. Pero el mundo no es solamente el natural, sino también la realidad histórica. En Clamor denuncia la sociedad capitalista, el mal, la injusticia, la selva del convivir atropellado. Es un poeta en rebeldía contra el mundo endemoniado.

Salinas

Pedro Salinas es un razonador del amor y, como Petrarca, reflexiona sobre él como un astro independiente. Este gran tema lo desarrolla en La voz a ti debida, Razón de amor, Largo lamento, y descubre que amar es un trabajo paciente, una autocreación. Quizá el amor, como para Rilke, es el gran pretexto para llegar a ser uno mismo. Su poesía es una interrogación permanente, va más allá de lo inmediato, hacia la realización completa del hombre, al cumplimiento de¡ fin de la historia.

Dámaso Alonso

En sus poemas Hijos de la ira, el erudito Dámaso Alonso busca la certidumbre donde aferrarse o un Dios desconocido. El poeta anhela la salvación y, aunque no sabe dcínde encontrarla, la busca. Por esta inquietud, que le hace salir de su sabiduría racional a gritar su dolor y descontento, mueltra el espíritu revolucionario de su generación.

Todos soñaron crear una España nueva, justa y que Un día será el mundo como un inmenso anillo abierto. (Emilio Prados)

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