GENTE
Monseñor Antonio José Plaza,
arzobispo de La Plata y capellán general de la policía de Buenos Aires, ha publicado una pastoral en la que advierte a los jóvenes, que no se dejen atraer por los cantos de sirenas de algunos subversivos, que incluso obligan a sus adeptos a tomar una píldora para darse muerte en el momento que son descubiertos. «Y mientras ellos -los dirigentes de la subversión- ya están en plena fuga rumbo a Madrid, Barcelona, Roma, o donde les tenga el demonio.»
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