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Tribuna
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Las ideas economicas de Reforma Social Española

Reforma Social Española. en cuanto Partido Socialista Democrático, que trata de converger parlamentariamente con todos los partidos afines, inscribe sus ideas económicas básicas en el marco referencial utópico del socialismo. Pero ello es así, naturalmente, sólo a nivel ideológico. A nivel de praxis, tiene los pies en el suelo y opera con realismo, si bien en un sentido de aproximación máxima posible, en cada momento, al esquema ideal. Su tesis es que el papel del socialismo en el marco de las sociedades occidentales democráticas y pluralistas no es otro que el de agente de la conciencia moral colectiva, que ha de intentar forzar por todos los medios democráticos viables la constante recondución crítica de la sociedad deficiente actual en la dirección racional y moral de una sociedad en plenitud: es decir, de una sociedad que sea verdaderamente tal, de una sociedad social.

Pero aún en el marco de la realidad, Reforma Social Española distingue tres tipo de objetivos económicos y sociales, a corto, medio y largo plazo. Es imposible en el limitado espacio de un artículo de prensa hacer la síntesis de nuestra referencia utópica y de los objetivos y procedimientos de las tres etapas indicadas. Por ello, vamos a resumir solamente las bases de un posible programa a corto plazo.

Sistema económico. El sistema económico español, además de ser constitutivamente irracional, es. en estos momentos, gravemente ambiguo y contradictorio. E indefinido. Es, evidentemente, un sistema de economía de mercado, pero sin que se sepa con exactitud para qué tipo de mercado, y protagonizado además por dos estructuras empresariales antagónicas: una, la del viejo capitalismo nacional. proteccionista, Políticamente autoritario y nacionalista. otra. la del neocapitalismo moderno. políticamente liberal e internacionalista. De otro lado. no es un sistema puro de economía de mercado, pues presenta, con un importante sector de empresas públicas o semipúblicas, connotaciones de sistema de economía mixta. Y, por si todo ello fuera poco, la estructura de las relaciones capital-trabajo son todavía las «sui generis» del régimen de Franco. Por todo ello. no es. en absoluto, el más idóneo.

En nuestra opinión. el sistema económico válido, aquí y ahora, sería el siguiente:

a) Básica economía de mercado. con áreas de economía mixta bien delimitadas y reguladas.

b) Futuro económico nacional claramente definido en relación con el exterior.

c) Relaciones capital- trabajo estructuradas de manera consecuente con el sistema de economía de mercado.

d) Racionalización máxima de las estructuras económicas mediante planificación operada fundamentalmente con las palancas fiscal, crediticia y arancelaria.

Diagnóstico. El «cuadro patológico» de nuestra economía, en estos momentos, podría ser el siguiente:

-Economía de ricos en una familia nacional todavía pobre y con muy injusta distribución de los bienes entre sus distintos miembros.

-Alto grado de irracionalidad constitutiva en la organización económica, social y política.

-Desadecuación profunda entre desarrollo económico y social y desarrollo político.

-Grave incidencia negativa de la indeterminación política del futuro, aún persistente, sobre las espectativas de inversión sería del capital interior y de¡ exterior y evasión reiterada de ambos en las coyunturas -como la actual- de alarma e inseguridad.

-Falta de inventariación científica previa de los recursos naturales y humanos, actuales y, potenciales. visibles e invisibles, y consecuente estudio exhaustivo de sus Posibles combinaciones óptimas en función de las condiciones geo-económicas y geo-políticas. O lo que es igual, falta de planteamiento científico de la España, económica óptima.

-Utilización pésima de los recursos naturales y humanos.

-Graves desequilibrios intrasectoriales e intersectoriales en estructura, racionalización y desarrollo. en/y entre la industria, los servicios y la agricultura.

-Patolóuicas concentraciones urbanas, económicamente ruinosas, con ecosistemas degenerantes de igual signo, o, lo que es igual, irracionalidad grave en los asentamientos urbanos y rurales.

- Descapitalización general. y especialmente agraria. y capitalización excesiva -últimamente descendente en el sector inmobiliario, en algún subsector industrial y en algunos servicios.

-Gravísima especulación financiera, solar, inmobiliaria y alimentaria, con incidencia grave en el mercado del dinero y en los cursos inflacionarios.

-Sistema fiscal gravemente deficiente desde todos los puntos de vista.

-Indebido proteccionismo de distinto signo a empresas de estructuras deficiente o insuficiente.

-Crédito desordenado, con frustración de iniciativas valiosas y orientación no racionalizada ni selectiva de la inversión.

-Bajos niveles profesionales como consecuencia de la degradación progresiva de las estructuras educativas operada por la masificación de la demanda, crecida exponencialmente e insuficientemente respondida.

-Grado muy excesivo de centralización política y administrativa con frustración de grandes cuotas de poder creador a niveles intermedios y de base local.

-Graves desequilibrios interregionales.

-Producción y consumo indisciplinados, desordenados y no selectivos, y consecuente inversión indebida y coeficientes bajos de ahorro popular.

-Tendencia a la indisciplina social y laboral como consecuencia de la demagogia política por un lado y de la conciencia de una manifiesta excepción del necesario sacrificio nacional general a favor de las clases alto-burguesas y oligárquicas.

Costes excesivos de la Seguridad Social.

-Incomprensión o comprensión insuficiente del carácter subalterno actual de todas las economías nacionales y de la necesidad de las integraciones supranacionales.

-Obstrucción grave de una burocracia oficial lenta y compleja.

-El desarrollo económico. El desarrollo económico ha de ser durante largo tiempo objetivo priniordial en un programa de Gobierno, pues España no ha dado todavía del todo el «salto cuantitativo» que es absolutamente previo a todo proyecto de mayor enjundia moral. (Pero hay que tratar ya de orientar la producción y el consumo. en la mayor medida posible, en una dirección racionalmente selectiva para ir creando la plataforma del ulterior y superior «salto cualitativo»).

El precio del desarrollo económico, sin el cual no habrá progreso ni seguridad para nadie, ha de ser, en los países de economía de mercado, el de un sacrificio homogéneo de todos los sectores sociales -y especialmente de los privilegiados- instrumentado fundamentalmente por una vía fiscal válida. El precio es también el pacto social, en el marco del cual el capital tiene que renunciar a los negocios rápidos de alta rentabilidad y aceptar una sensible reducción de beneficios. y el trabajo renunciar a las pretenciones de conquistar todas sus justas reivindicaciones de una vez.

Esquema de soluciones. La inflación y el paro han rebasado largamente los niveles más altos de una fluctuación normal de las magnitudes económicas. La situación, en función de ambos fenómenos, es extraordinaria en un sentido de gravedad. Y es obvio que una situación de tal carácter extraordinario no se puede resolver con los medios ordinarios, como hasta ahora se ha venido intentando. Tal situación de gravedad económica no puede resolverse más que con remedios proporcionales, de orden extraordinario, aplicados con toda urgencia.

Dichos remedios, sin el recurso a un plan de estabilización «sensu stricto» y sin devaluación, que podría ser funesta, podrían ser los siguientes:

a) Drástica penalización, en los precios, de los consumos innecesarios de hidrocarburos: racionamiento de los mismos si ello no bastara o aplicación de medidas limitativas a la circulación superflua de automóviles.

b) Reducción, con tarifas penalizadoras, de los consumos irresponsables de energía.

c) Reducción de las importaciones Innecesarias o prescindibles, en la mayor medida posible que permitan nuestras relaciones de comercio exterior, y, en todo caso, drástica gravación fiscal de su consumo.

d) Reducción drástica del gasto público pasivo (retribuciones altas excesivas, lujo mobiliario e inmobiliario, propaganda oficial, creación de nuevos organismos, etcétera).

e) Reducción drástica de los negocios especulativos (especialinente de los solares e inmobiliarias y de los de comercialización de los productos alimenticios por su respectiva brutal incidencia en la inflación).

f) Reducción máxima de la producción de bienes de lujo destinados al consumo interior y del consumo suntuario, en general,

g) Política de máxima contenión posible de los precios.

h) Política de máxima contención posible de los salarios, en la medida proporcional en que, previamente, se consiga en los precios.

i) Política de promoción rápida de un pacto social entre capital y trabajo con un horizonte de inalterabilidad máxima posible de las relaciones de producción, una vez revisadas, en una perspectiva de dos años. O, lo que es igual, una tregua laboral.

j) Plan de emergencia de obras públicas en áreas-base de posible desarrollo económico, rápido, pero con inexistentes o deficiente infraestructura previa.

k) Aumento de la oferta de trabajo con promoción estatal directa de la misma en la medida suplementaria necesaria.

1) Política de control máximo del seguro del desempleo y reducción máxima posible de su extensión sustituyéndolo con de trabajo.

m) Política máxima de control de[ seguro de enfermedad, y, en general, de economía maxima de costos de la seguridad social.

n) Reforma fiscal inmediata o de coyuntura, sin perjuicio de una ulterior reforma en profundidad, a base de:

-Aumentos proporcionales y enérgicos de los impuestos directos y de los indirectos en bienes de consumo suntuario.

-Reducción máxima, e incluso supresión, en muchos casos, de los impuestos indirectos en artículos de primera necesidad y, en general, en el consumo de bienes utilitarios sobrios.

-Severa vigilancia fiscal y persecución judicial del fraude con tipificación del Código Penal de los distintos tipos de delitos fiscales contra la sociedad que puede cmportartar.

Estas ideas económicas, están expuestas desde un angulo de contemplación política de los problemas económicos. Naturalmente, el equipo de economistas de RSE está elaborando el desarrollo y formación de ellas, en los tres niveles indicados al principio en el plano técnico.

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