Cuando el oscuro se viste de fiesta
Diego Jesús Jiménez. Fiesta en la oscuridad. Col. Duero, Madrid, 1976.
Con este libro rompe Diego Jesús Jiménez el largo silencio que le separaba de Coro de ánimas, Premio Nacional de Literatura 1968. Y lo hace con un apretado manojo de quince poemas. La calidad de obra justifica la desproporción de tiempo y espacio. Uno y otro se condensan en unidad lírica, lentamente, con el ritmo respiratorio de los magnos aciertos literarios. Tanto la forma como la sustancia expresiva generan un alto relieve poético. A la claridad velazqueña de su obra anterior añade aquí un potente voltaje de magia y fantasía.Dentro de su promoción -Miguel Fernández, Angel García López, Félix Grande, Manuel Ríos Ruiz, Antonio Hernández, etcétera-, el nombre de Diego Jesús Jiménez representa, con el de Benito de Lucas, aunque por razones distintas, el engarce con la inmediata anterior, concreta mente a través de Claudio Rodríguez. Desde el citado Coro de ánimas se señaló la evidente correspondencia entre los dos poetas, tanto por parte del significante -interrogación emocional, exclamación contemplativa, yuxtaposición, sintagma no progresivo-, como por la del significado: dominio metafórico de la naturaleza, imagen ética, análisis de la vivencia y solidaridad vital. Añadamos la función apelativa y el ritmo meditativo-afectivo de su lenguaje poético. En cuanto a éste, Diego Jesús Jiménez lo prolonga con una combinatoria semejante a la del ùltimo de Angel García López: conexiones periódicas de heptasílabos y endecasílabos, ordenadas interna y externamente en orden a la melodía del poema.
A pesar de estas influencias -no sé si conscientes-, el uso poemático que de ellas hace, resulta original y no empece la brillantez de su estilo. En la presente obra acrecienta la mecánica operativa con extraordinarias sinestesias, visualizaciones, acumulaciones, cruces espacio- temporales y desplazamientos del plano imaginario B, en terminología de La sustancia poética de Fiesta en la oscuridad puede resumirse en los tres gerundios finales, del primer poema, un soneto dedicado a Luis Cernuda. En él canta la contraposición sustantivo-infinitiva entre el durar eterno de la materia («fiesta») y y la finitud del vivir: «oscuridad» irracional patentizada en el brillo de la vivencia. «... Oh, sí, viviendo / y viéndonos vivir, siendo la muerte». La trayectoria de la vida deviene visión al concienciar la huella del ser en esa dinámica vital. El sujeto se objetualiza y el objeto se activa. Las cosas te piensan, te respiran y la realidad nos medita, nos huye. El grito sintáctico traduce un doble plano semántico: la alienación del hombre absorbido por el acontecer ineludible de la realidad, más ,duradera que quien la analiza, y el gesto salvador de la contempl ativa mirada silenciosa que, en un segundo grado de percepción, el artístico, nos regresa a la pulpa de lo real, domeñándolo y arrebatándole su oculto significado. «Todo es cierto», dice el poeta al finalizar una larga noche del sentido. Sí, pero no cuando lo experimentamos, sino cuando lo revivimos en la música de su recuerdo: «vivir es regresar de una guerra perdida», la realidad. Nada como el arte, ya lo dijo Antonio Machado, para retener ese tránsito.
De esta forma, el ser se convierte en una despedida constante. En cada átomo de vida, amor, libertad, inocencial asoma la muerte como prenuncio de la nada. Aquí se hace inevitable la referencia a la « nada siendo» de Carlos Bousoño, esta vez en cuanto poeta. Para Diego Jesús Jiménez, como para casi todo el arte nihilista de nuestro tiempo, la verdad sólo se potencia y alumbra en el sueño del arte. Es un valor en función del vivir. Cualquier otro trascendente, Fuegos fatuos (Dios), El demonio no satisface al poeta, que muestra en estos dos poemas su incomprensión de la fe religiosa y pacta con el prosaísmo del tópico.
Fiesta en la oscuridad, asombro festivo de la existencia decantado en la mágica fantasía del conocer poético, es una de las mejores obras líricas de los últimos tiempos.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.