Siguen los problemas con la exposición de la UNESCO sobre Granada

Ante el incidente provocado en la UNESCO por la decisión del embajador español de censurar dos de las obras con que Paco Martín Morales participaba en las Jornadas de Granada, que desde el pasado 31 de enero se vienen celebrando en la sede del organismo internacional en París, son ya muchos los artistas que, desde Granada, han hecho llegar a los organizadores del acto su enérgica protesta por «este nuevo atentado a la libertad de expresión por motivos políticos.»

Cuatro, al menos, de las personas que tienen obras expuestas en las salas de la UNESCO —Claudio Sánchez Muros, José Manuel García Agüera, Antonio Avila y Eusebio Rioja— han enviado al Organizador de las Jornadas y presidente de la «Asociación de Asociación de Personal» del citado organismo, el pintor granadino Francisco Ramírez, sendos telegramas pidiendo que sus obras «sean retiradas de la exposición», uniéndose así a la postura adoptada por Andrés Vázquez de Sola, dibujante como Martínmorales que fue el primero de los participantes en solidarizarse con éste y descolgar todos sus dibujos expuestos. Asimismo, otros treinta artistas y escritores de Granada, han enviado igualmente, un telegrama a la UNESCO expresando su unánime protesta por la decisión del señor Pérez Hernández, representante oficial del Gobierno español ante el citado organismo.

Mientras tanto, casi todos los artistas que asisten estos días personalmente a las Jornadas granadinas han decidido, por su parte mantener su obra expuesta y seguir participando en las actividades programadas. Por boca del poeta José García Ladrón de Guevara, el grupo —en el que se encuentran, entre otros, el pintor y escritor Francisco Izquierdo, el escultor Cayetano Aníbal y el propio Francisco Ramírez— ha explicado así la decisión tomada: «Hemos estado muchos años sin poder hablar, callándonos cientos de veces, y hemos decidido, por mayoría, que no podíamos desperdiciar esta oportunidad de decir lo que pensamos y sin dejar por ello de solidarizarnos con el compañero Martinmorales.» La opinión generalizada en Granada, sin embargo, es que la mejor forma de hablar y no callarse habría sido, en esta ocasión al menos, la retirada de las Jornadas.