Bloqueado el diálogo entre la CEE y el COMECON

Las relaciones entre los nueve países de la Europa Occidental, agrupados en la CEE, y los países del Este, se encuentran a un nivel muy bajo, después del anuncio ' por parte de la CEE, de imponer licencias y control de barcos' a los pesqueros de la URSS, Polonia y República Democrática Alemana que quieran faenar en la zona de las doscientas millas de aguas comunitarias de pesca.Históricamente. Moscú consideró la creación de la Comunidad Europea. como una extensión económica del imperialismo de Estados Unidos que, militarmente, controla ya los grandes países de Europa Occidental a partir de la OTAN, el Kremlin se ha resistido siempre a reconocer la entidad jurídica de la Europa comunitaria.

Anteponiendo realismo a opiniones doctrinales, los dirigentes soviéticos parecían dispuestos, hace unos meses, a establecer un diálogo con la CEE, limitado a sus vertientes de cooperación comercial y económica. Moscú, quería. utilizar su organización de cooperación económica entre países socialistas (COMECON) para relacionarse con la CEE.

Por su parte, los europeos no quieren supeditar las relaciones bilaterales con los países del Este, al filtro del COMECON. Dicen «sí» a la cooperación estadística, comercial y técnica con el COMEPON, como bloque de cooperación económica, pero quieren guardar su independencia para negociar acuerdos comerciales directos con cada uno de los países de la otra Europa.

Para no condicionar el futuro de las negociaciones entre Bruselas y Moscú, los dirigentes soviéticos renunciaron a establecer conversaciones directas para tratar los problemas de limites de pesqueros.

Ante la ausencia de una posibilidad de diálogo y frente al hecho consumado de un considerable aumento de la presencia de buques del. Este en aguas de la CEE, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del Mercado Común, decidió imponer un estricto control a esa presencia.

Pero la pesca es un problema suplementario. Algunos comentaristas políticos europeos consideran que los soviéticos deberán dar, definitivamente, un paso adelante y reconocer, con pragmatismo, la existencia jurídica de las Comunidades Europeas.