El gaullismo critica el embargo nuclear decretado por Giscard
El embargo que decidió anteayer el Gobierno francés sobre la venta de fábricas de plutonio, elemento determinante para la construcción de bombas atómicas, fue recibido como una buena noticia por el Departamento de Estado americano. En Francia, las reacciones de algunos portavoces de los "gaullistas-chiraquistas", de manera más o menos velada, fueraon críticas, tanto por razones políticas como económicas.En estos medios del gaullismo la iniciativa del Gobierno se interpretó como un alineamiento con los deseos de Estados Unidos y, más discretamente de la URSS. Esta nueva política de renunciar a la exportación de fábricas de plutonio, ¿será objeto de compensaciones económicas por parte de los USA? La respuesta para los medios aludidos no es positiva. En todo caso, se admitía, Washington podría ser más benévolo a la hora de reexaminar el problema del aterrizaje del supersónico Concorde en sus aeropuertos. Se resaltaba también que Alemania Federal, otro país exportador de centrales, ha resistido mejor a las presiones americanas y, por ahora al menos, no ha renunciado a comerciar, en este dominio, con Brasil. De todas formas, antes de la instalación de la nueva administración demócrata americana, no será posible saber en qué condiciones el palacio del Elíseo negoció su gesto humanitario en favor de la no proliféración de armas.
En medios autorizados se destacó aver que, en primer lugar, Francia, tal como lo prevé en su contrato con Pakistán, venderá a ese país una fábrica de plutonio, a pesar de los esfuerzos que ha hecho Kissinger para impedirlo. Por otra parte, la decisión de anteayer no quiere decir que Francia renuncie a toda transacción bilateral: el Gobierno de París estaría dispuesto a poner a disposición de paises terceros sus propias capacidades para tratar los desperdicios de las centrales nucleares con los que se obtiene el plutonio. Así, por ejemplo, Japón, a quien Francia ha ayudado en la construcción de una fábrica de tratamiento, enviará a Francia los combustibles irradiados. Francia los tratará, devolverá a Japón los desperdicios, y se quedará con el plutonio.
En el mismo sentido, fuentes bien informadas declararon ayer que el Gobierno francés está dispuesto a participar en la construcción de fábricas multinacionales de tratamiento de desperdícios. Esta proposición fue hecha no hace mucho por Kissinger. A pesar de todo, se insistía en que la nueva conducta nuclear francesa no es consecuencia de presiones americanas, sino que los análisis son convergentes, después de haber observado, durante los últimos años, que los peligros de la proliferación son enormes, como lo demostró, sobre todo, la explosión de la bomba atómica india en mayo de 1974.
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