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Schmidt reitera el compromiso de Alemania con la OTAN

Un día después de su elección como canciller federal por el octavo Bundestag alemán, Helmut Schimdt ha pronunciado ante el pleno del Parlamento su declaración gubernamental de dos horas y media de duración. La sesión del Parlamento se había iniciado a las diez de la mañana con la presentación y juramento de sus cargos por parte de los nuevos ministros, que en su mayoría han pertenecido al primer Gabinete de Helmut Schmidt, excepto las señoras Schlei y Huber, que ocuparan las carteras de Ayuda al Desarrollo, Sanidad, Familia y Juventud respectivamente, y el ministro de Trabajo, Ehrenberg, que sustituye a Walter Arendt. En su declaración gubernamental Schmidt, además de un programa de gobierno, ofreció un balance y un informe ampliamente dimensionado de la situación económica, social y política en la República Federal, y reiteró, por otra parte, su compromiso con la OTAN.

Gran extensión ocupó la parte económica y socio-económica, mientras los problemas de sociedad sólo merecieron un trato más sumarlo. En lo que concierne a la situación político-económica de la República Federal, el canciller se expresó en términos de extremada cautela y escaso optimismo. Recordó que el 20% de los asalariados alemanes dependen de la exportación, con lo cual sufren las consecuencias del retardo de la recuperación de la economía mundial. Una de las grandes preocupaciones del Gobierno era la consecución del número suficiente de puestos de trabajo para los jóvenes. Con este fin, propone Schmidt un programa adicional de inversiones para la protección del medio ambiente, para el abastecimiento de agua potable y para la construcción de diques.

Restricciones a los emigrantes

En lo que concierne a la política de suministro de energía el Gobierno insiste en la necesidad de construcción de centrales nucleares, tan discutidas últimamente por la opinión pública, si bien considera imprescindible el aprovechamiento más intenso de las reservas nacionales en lignito y carbón de piedra con ayuda de nuevas tecnologías.Sobre los trabajadores extranjeros, no procedentes de Estados miembros de la Comunidad Europea, Schimdt dijo que no había posibilidad de levantar las medidas de restricción implantadas hace tiempo, medidas que afectan especialmente a países como España, Yugoslavia, Turquía, etcétera.

En lo que atañe a la política exterior del nuevo Gobierno federal, Schmidt centró su atención en el diálogo Norte-Sur, y especialmente en la necesidad del desarrollo acelerado de la Comunidad Europea. Schimdt abordó la necesaria ampliación de la Comunidad a Grecia, España, y Portugal, afirmando que aunque a la República Federal le costase mucho, consideraba que la inversión era imprescindible ya que con ello se beneficiaba el desarrollo económico de estos países y se apuntalaba su proceso democratizador.

Racismo

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También señaló el canciller federal la predisposición de Bonn ha intensificar la cooperación económica con los países no ya sólo europeos, sino también con los del Tercer Mundo, cuya evolución es de primordial importancia para el porvenir de Alemania occidental. Con notoria acritud aludió al racismo imperante en algunos confines de la Tierra, sobre todo en Africa del Sur. Nosotros rechazaremos también en el futuro todo tipo de racismo, el dominio de la mayoría debe de ser pronto realidad. Al mismo tiempo, hay que garantizar la protección de las minorías.De forma crítica analizó Schmidt la situación en la OTAN, ya que a muchos de sus miembros les costaba mucho prestar el aporte debido y necesario a la defensa occidental con armamento convencional. La Alianza del Atlántico Norte -dijo- sigue siendo el fundamento de la política exterior alemana.

En lo referente a las relaciones con el Este y sobre todo con la República Democrática Alemana, Schimdt no escondió cierto escepticismo pragmático, si bien proseguirá por la senda abierta gracias a la osipolitik de su predecesor, Willy Brarldt.

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