_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una historia en dos mitades

Dejando aparte su copiosa producción de cortometrajes, en gran parte dedicada a temas de arte, la cinematografía de los Países Bajos sólo ocasionalmente da señales de vida. Condicionamientos de mercado a los que el idioma no es ajeno, han limitado su escuela hasta el punto de que la aparición en nuestras pantallas de un filme belga-holandés puede calificarse, por lo menos, de insólita. No es que sus películas no lleguen habitualmente a los grandes circuitos europeos, caso éste de otros muchos cines -el español por ejemplo-, sino que apenas se ruedan o cuando salen a la luz, siguen la pauta de los géneros menores en temas que recuerdan los filmes mediocres de sus vecinos más dotados económicamente. Sin embargo, en este súbito despertar de las cinematografías nacionales, no podía faltar la aportación original de estos países fundamentales, en la historia de Europa y en la nuestra, por supuesto.Sus filmes, como en el caso del nuevo cine australiano recientemente premiado en San Sebastián, vienen a tener un cierto aire demodé, bien realizado, con una fotografía ejemplar que por curiosa coincidencia o por moda trae ante nosotros la misma época también: aquélla que abarca los años veinte y treinta. El tema de Angela, por otra parte, es el mismo de la última obra de Bodganovich estrenada en España con el título de Una señorita rebelde: el enfrentamiento de una muchacha americana sin los prejuicios de la sociedad europea que acabará por rechazarla, rechazando a la vez a su pareja. Lo único que cambia es el estrato social en que la acción se desarrolla; en el filme de Bodganovich, el mundo de la alta burguesía; en el de Van der Heyden, la sociedad rural en la Holanda de los veinte, cazurra, hostil y por supuesto más violenta. La acción se estructura en dos partes demasiado diferenciadas, por no decir casi independientes. Cada cual se refiere a uno de los protagonistas y si la primera nos ofrece un exhaustivo planteamiento de la historia, la segunda la desarrolla, eludiendo en cierto modo, el desenlace. La primera nos narra el fracaso de Harm en sus estudios y su vuelta a casa dominada por un padre vulgar y despótico que ejerce su dominio, no sólo sobre obreros y empleados, sino sobre su mujer, sensible y soñadora a la que echa en cara la educación poco práctica del hijo.

Angela

Guión y dirección, Nikolay Van der Heyde. Fotografia, Jürgen Persone. Música, Georges Delerve. Intérpretes, Bárbara Seagull, Sandy Van der Linden, Palph Meeker. Dramática. Holanda Color. 1973. Local de estreno: Cine Galileo.

Hay en esta serie de secuencias, alguna que otra anotación de ambiente y personajes bastante lograda, aunque los caracteres rocen a menudo el tópico. Con la llegada de un viejo amigo de la madre que aún se muestra enamorado de ella a pesar de los años trascurridos en América, el filme toma un derrotero distinto, no sólo para la madre de Harm sino para él mismo que conoce a Angela, amiga del recién llegado y personaje un poco vago y literario aunque eficaz como contraste en el mundo gris hasta entonces retratado. Esta Angela que da nombre a la película, futura madre, que con su niño en el vientre y su joven amigo se propone huir hacia el sur en busca del sol, desafiando la lluvia y el riesgo de campesinos hostiles y mostrencos, bebiendo leche ordeñada al paso y con los pies descalzos, nos recuerda demasiado a cierta juventud de ahora, no como precursora, sino como personaje elaborado desde hoy y trasplantado a un mundo y un ambiente convencionales. Su final, ya se ha dicho, que se elude directamente, quizás por no herir susceptibilidades nacionales, y de igual modo queda inédita el de de los amoríos de la madre en una especie de happening que enlaza con el prólogo a modo de ficción feliz cuando en realidad no es sino una evasión por donde el desenlace auténtico se escapa.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_