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Los mejillones gallegos producen numerosas intoxicaciones

Desde ayer está cerrado, por orden de las autoridades sanitarias, el mercado del mejillón gallego, afectado por la marea roja. Al parecer, producen intoxicaciones que, en algunos casos, concretamente en Francia, han llegado a ser graves.

En una acción coordinada, la jefatura provincial de Sanidad de Pontevedra, que controla la comercialización del molusco gallego, y los laboratorios del Instituto Español de Oceanografía y del Plan de Explotación Marisquera, trabajan activamente para conocer con exactitud la situación, que va ha provocado las primeras alarmas: Francia, Suiza y quizá algún otro país europeo han cerrado sus puertas a la importación de mejillones.Recientemente se daba cuenta de unas intoxicaciones en Segovia que podrían tener la misma causa. Posteriormente se han detectado cuatro casos en Galicia, de personas que han sido internadas en el hospital clínico de Santiago de Compostela. Casos todos ellos confirmados por la autoridad sanitaria, que, sin embargo, nada ha dado a conocer sobre otros posibles intoxicados en varias localidades gallegas.

El problema de la marea roja, también conocido como Purga de mar o hematotalasia, se presenta todos los años. Los pescadores detectan visualmente las manchas, cosa que en esta ocasión no ha sucedido, al parecer por los frecuentes temporales. Ello ha motivado que en las zonas afectadas no se tornara la precaución, adoptada siempre, de dejar de extraer el mejillón. Con este sistema, a los quince días, aproximadamente, el propio molusco autodepura las toxinas que ha acumulado en sus aparatos digestivo y respiratorio.

Según algunos medios consultados por EL PAIS, los binoflagelados o peridíneas que producen la marea roja, pequeñas algas microscópicas, solamente visibles cuando aparecen reunidos millones de ejemplares, no eran tóxicos en otras oportunidades, al menos mayoritariamente, por lo que el problema sanitario suscitado ahora no tiene antecedentes en Galicia.

El primer aviso ha llegado de Francia, donde las autoridades sanitarias comunicaron, según nuestras noticias, la existencia de ochenta casos de intoxicados leves y veintitrés graves. Los síntomas son un tanto alarmantes, ya que resultan afectados los sistemas nervioso, motriz y respiratorio.

Al tener conocimiento de lo ocurrido, Francia cerró sus fronteras al mejillón español, aunque de momento la medida ha sido tomada con carácter oficioso. «Afortunadamente -nos dicen personas del sector mejillonero-, porque de hacerlo oficialmente costaría quizá un año para que volvieran a admitir el producto ».

Prohibición temporal

Los problemas sanitarios se evitarán a partir de ahora con la prohibición temporal de circulación de mejillones, pero no así los económicos. La repercusión puede ser grave, aunque los mejilloneros son optimistas. Para este año estaba prevista la exportación de 14.000 toneladas a Francia, Suiza, Italia, Alemania y Bélgica, países estos dos últimos a los que se empezó a mandar el molusco recientemente; en total, el incremento en el comercio exterior por esta partida es de un 104%, con respecto al año 74. Tanto este comercio como el nacional, en el que se venden unas 4.000 toneladas mensuales, que en diciembre podría subir a 7.000, podría resentirse.Habrá que esperar los informes de los especialistas, que, posiblemente, tendrán que recurrir a un planctólogo de Madrid, pero lo cierto es que el problema sanitario suscitado últimamente por el mejillón exige, sin duda, medidas nuevas. Está demostrado que la depuración a la que se somete el molusco en origen, en contra de la opinión de muchos productores- no fue capaz, el año pasado, de evitar casos de cólera. Ahora es la marea roja la que produce intoxicaciones. ¿Acaso son suficientes las garantías sanitarias que no puede evitar, unos y otros hechos?

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