Los demócratas estrechan el cerco a Ford

El portavoz oficial de la Casa Blanca, Ron Nessen, reconoció ayer que el presidente Ford habla aceptado, durante su época de congresista, viajes deportivos pagados por varias corporaciones industriales, pero añadió que, en opinión del presidente, tales invitaciones no violaban las normas éticas de la Cámara de Representantes, que prohiben a sus miembros aceptar regalos de personas o grupos interesados en la legislación creada por el Congreso

Nessen se refirió concretamente a cuatro compañías, tres metalúrgicas y una de neumáticos, que habían invitado al entonces representante por Michigan, Gerald Ford, a disfrutar de varios fines de semana en instalaciones deportivas de lujo. Además de la empresa US Steel, cuyas invitaciones a Ford se anunciaron la semana pasada, Nessen citó a las compañías Bethlehem Steel, Aluminiun Co. of America y Firestone.«El presidente es un gran aficionado al golf -explicó Nessen-, y en los últimos 25 años aceptó muchas invitaciones de amigos para jugar en varios clubs en todo el país, al igual que él invitó a sus amigos a jugar en su propio club.»

Aunque Nessen aseguró que Ford no había visto nada incorrecto en aceptar tales invitaciones, añadió que había dejado de aceptarlas en el mismo momento en que fue nombrado vicepresidente, en 1973, porque las circunstancias eran «distintas».

Respecto al más peligroso tenla del destino de las contribuciones hechas a la campaña electoral de Ford por dos sindicatos marítimos que está siendo investigado por el fiscal especial del caso Watergate, el portavoz de la Casa Blanca manifestó que sólo sabía lo que había leído en los periódicos, y que nadie había preguntado nada al presidente.

Los demócratas, que hasta ayer habían mantenido un discreto silencio respecto a este asunto, iniciaron el fuego con unas declaraciones del presidente del partido, Robert Strauss, que atacó unas palabras recientes del candidato a la vicepresidencia por el Partido Republicano Robert Dole, en el sentido de que la investigación era exclusivamente una maniobra política en año electoral. «El presidente Ford y el senador Dole -dijo Strauss- tienen derecho a guardar silencio respecto a este asunto, pero no a criticar los motivos que han decidido al fiscal especial y al FBI a iniciar una investigación, ni mucho menos a culpar de ello a los demócratas.»

El candidato demócrata a la vicepresidencia, Walter Mondale, también se refirió al tema, y dijo ayer que ya había «llegado la hora» de que el presidente Ford respondiera a las preguntas que se hace la opinión pública sobre el asunto de los fondos de la campaña electoral y que dejara de esquivar a los reporteros que pretendían interrogarle sobre este tema.

Carter, que todavía no ha hecho alusión directa al respecto, continuó con su recién, estrenada estrategia de mostrarse agresivo y mordaz respecto a su adversario, aunque sin demasiada brillantez. Ayer, por ejemplo, el candidato, demóIcrata dijo que el Ford era un buen coche, pero que el presidente tenia los cuatro neumáticos pinchados. Y a pesar de que prometió no utilizar el tema del perdón de Níxon como arma electoral, sí que aludió a él de forma indirecta, cuando dijo que en Washington se excusaban los grandes crímenes, pero que se trataba con dureza a los pequeños criminales.