Fernando González,

gallego, abogado y periodista, ha sacado un libro -Memorias de un fascista- «versión simbólica y, en ciertos momentos poética, de los últimos cuarenta años» pero rigurosamente basada en personajes y hechos reales «en más de un 95 por 100», como escribe el propio autor en el prólogo de su ágil y sorprendente historia retrospectiva de un suicida que, el 18 de julio de 1976, vistiendo el uniforme falangista, constelado de condecoraciones, se descerraja un tiro «para irse a los luceros», huyendo de una nueva realidad que no comprende.