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CINE / FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Llega Satán

Después del erotismo, el melodrama, el humor o el folklore, siguiendo la huella de La semilla del diablo. o El exorcista, Satanás ha llegado a este festival, al amparo de una serie de textos del Apocalipsis, que según parece anuncían una vez más el final de los tiempos.Con las profecías, como la que da título al filme, sucede como con los horóscopos: dejan tal margen de interpretación que, cada cierto tiempo, se cumplen, o no se cumplen, pero a fin de cuentas mantienen el temor de aquel a quien aluden: en este caso el público cinematográfico. La vuelta del pueblo judío a su solar primitivo; la trasposición un tanto aventurada del imperio romano al un poco menos heroico del Mercado Común y del infierno tradicional al otro más ambiguo y frío de la política, sirven en esta historia para amenazar al espectador. y a su protagonista encarnado por un Gre ' gory Peck más que maduro, a lo largo de casi dos horas en las que el diablo y sus acólitos habituales campan por sus respetos en Inglaterra, Italia y Palestina, en monasterios olvidados, cementerios etruscós y elegantes embajadas. A los sim.-bolismos y alusiones un tanto burdas, referidas a textos tradicionales, vienen a unirse una serie de truculencias, tormentas y suicidios y m uertes sobrenaturales, bien cargadas de truenos y relámpagos. El pobre embajador americano que accedió sin saberlo a cambiar su hijo muerto por otro del diablo, no olvidada su earrera hacia la Casa Blanca, va y viene de la isla al continente buscando la auténtica personalidad de la criatura a la que al Final, el exorcista de turrio aconseja ejecutar. La cosa no llega a mayores y los planes del demonio en lo querespecta a extender su poder hasta la presidencia de los Estados Unidos sufrirán un sensible retraso.

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A la espera de los difíciles premios

Narrada con indudable eficacia por Richard Donner, nombre de, al parecer, reconocido éxito. en el campo de la televisión, esta historia tal como ha sucedido en Europa con El exorcista no es probable que provoque ataques de histerismo en la sala, ni crisis de angustia colectiva. Al final, como el protagonista, muere a punto de cometer asesinato, sin tiempo ni ocasión de arrepentirse, no llegamos a saber si se salvará o no, si irá al cielo de losjustos o al infierno de sus perseguidores.

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