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Elección democrática de los futuros dirigentes del certamen

Ángel S. Harguindey

Mañana finaliza este XXIV Festival Internacional de Cine de San Sebastián, un festival cuyas consecuencias prácticas se irán conociendo en el transcurso de los próximos meses y en el que todo parece indicarlo será necesaria una amplia y profunda reestructuración.

El fin de semana último comenzó con unas manifestaciones nocturnas en el barrio viejo en las que los asistentes a las mimas nos volvieron a recordar los sucesos de Fuenterrabía y en general las actuaciones de las fuerzas del orden público. Radio Popular de San Sebastian recibió dos nuevos expedientes administrativos- días atrás había recibido otro- en los que la causa original fue, al parecer, el haber facilitado información, lo que a tenor de la legislación vigente está vedado para las emisoras privadas. Ese mismo sábado se facilitó un nuevo escrito, firmado en esta ocasión por los fundadores del certamen, en el que tras rogar por los compañeros fallecidos, solicitar el máximo realce para la edición del próximo año- XXV aniversario de su creación- y pedir el que se cree un reglamento para las futuras concesiones de las conchas del festival, se dice en su punto cuarto: «Que los futuros dirigentes del festival sean elegidos democráticamente por el mundo del cine y con la máxima participación de la ciudad de San Sebastián», lo que no deja de ser una pista de las secretas intenciones de los firmantes.

Silvia Kristel y Rogelio Díez

Si los fans se quedaron sin contemplar la anunciada presencia de Roger Vadin, Silvia Kristel y Lee Remick que no asistieron a las proyecciones de sus respectivas películas «La esposa fiel» y «La profecía» respectivamente, los cinéfilos españoles si pueden comentar la presencia de Rogelio Díez, director general de Cinematografía, que llegó el domingo pasado para asistir a la clausura del certamen. Lo uno por lo otro. Los que salen perdiendo, entre otros, son los niños que bolígrafo y bloc en mano esperan pacientemente en las escaleras del María Cristina para pedir autógrafos: tienen tal confusión que ofrecen sus adminículos a todos aquellos que no llevan uniforme.

El ciclo dedicado a Carmelo Bene, en el mercado del filme, finalizó con su última película «Un anleto di meno» en el que el realizador italiano vuelve a demostrar su portentosa e imaginativa puesta en escena. Al margen del grado de comprensibilidad de sus obras, Bene ha demostrado en sus cinco películas que el cine, además de industria, y medio de comunicación de masas es también arte, y por tanto, hay que experimentar con él. Lo realmente paradójico del caso es que su ciclo se exhiba en lo que tradicionalmente se define como el sector más mercantilizado de un festival. Sin embargo, hará que reflexionar en su día sobre los criterios que han formado y conformado las distintas secciones de este XXIV festival donostiarra.

El productor de las películas de Bene, Jacques Brunel, comentaba cómo se estuvo a punto de rodar un «Don Quijote»en el que a la creatividad del italiano se le iba a sumar los decorados de Salvador Dalí. La RAI, entidad coproductora del proyecto se echó atrás en el último momento por considerarlo excesivamente bello

Desconocimiento

En la mañana del lunes se celebró la rueda de prensa con la presentación de la película española «Libertad provisional». A la misma no asistieron su director, Roberto Bodegas, ni Concha Velasco, aunque sí lo hizo su productor José Luis Dibildos y Patxi Andino. Una parte sustancial de la rueda de prensa se centró en las reiteradas preguntas sobre la inexistencia de los mencionados, a las que contestó Dibildos señalando que no había hablado con Bodegas y que por tanto no conocía directamente las razones de su caso, y exponiendo un problema personal de Concha Velasco cuyo hijo, al parecer, tiene serios problemas de salud. Patxi Andino por su parte, explicó que Euskadi no está para fiestas y que si la proyección se hubiera realizado días atrás él no hubiera venido, aunque, añadió, que si estaba presente era porque se consideraba un profesional que había cobrado un dinero por su trabajo y que -como le había señalado el productor- el producto presentado tenía la suficiente calidad para sentirse orgulloso del mismo.

En la sección informativa se presentó la película mexicana «Las fuerzas vivas» de Alcoriza, un filme divertido en el que se muestran las consecuencias prácticas del triunfo alternativo de liberales y conservadores en un remoto pueblo mexicano para finalizar con el triunfo real de los conservadores, convertidos tras el triunfo real de los conservadores, convertidos, tras el triunfo de la revolución, en demócratas de toda la vida o, para utilizar una expresión más franquista en liberales reprimidos

Las quinielas para los posibles premios comienzan a circular por los corrillos de los enterados, sin embargo, parece prematuro hablar de las mismas cuando todavía faltan por ver tres películas a concurso, la española «Gusanos de seda» la mexicana «El apando» y la venezolana «Fiebre»

Sin la presencia de Silvia Kristel, con la de Rogelio Díez, con una manifestación nocturna, un escrito en el que se solicita democracia electoral para los cargos dirigentes del certamen y el desconocimiento de las razones por las que no asiste un director, el festival llega a su fin.

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