Otra vez Chile
Invoco los artículos 58, 59 y 60 de la ley de Prensa para solicitarle la publicación de esta réplica a los comentarios o artículos publicados en la edición del 26 del corriente en EL PAIS que se relacionan, uno con esta embajada, otros con Chile.1. En página 4, bajo el titular « Las campañas orquestadas denunciada por el Gobierno argentino», el señor Manuel Revuelta, en parte, afirma: «...y aún se recuerda en medios periodísticos la amenaza pronunciada por el embajador chileno, en el transcurso de una conferencia de prensa, de detener, allí mismo, en la embajada, al corresponsal de Le Monde en Madrid, José Antonio Novais, dado que los periodistas se encontraban en territorio chileno y se les podría aplicar la legislación vigente».
Desmiento en la forma más categórica tal afirmación e invoco el testimonio del propio señor Novais y de los periodistas españoles asistentes a esta conferencia, quienes, como caballeros, no podrán sustentar lo aseverado por el señor Revuelta. Lo que ocurrió fue lo siguiente: a una pregunta formulada Por el señor Novais, que entrañaba un grave cargo al Ejército de Chile, respondí, como era mi deber, en forma adecuada y dije a dicho señor que como invitado mío, a quien había recibido con cortesía y respeto, estaba obligado a guardarme igual deferencia. El señor Novais, caballerosamente, cambió las palabras de su pregunta. Aún más, pocos días después, en conferencia de prensa organizada por esta embajada para escuchara una delegación de juristas chilenos, tuvimos el agrado de contar con la presencia del señor Novais, quien departió, terminada la intervención de los juristas, con gran cordialidad con el personal de esta misión diplomática.
2. En la misma página, bajo el titular de «La Iglesia chilena arremete contra el Gobierno», el señor Camilo Roca se refiere a los incidentes producidos en el aeropuerto de Pudahuel, con motivo del regreso de los obispos señores Ariztía, Alvear y González, desde Ecuador de donde fueron expulsados por las autoridades de ese país. Afirmó que no existe tal «arremetida». Días después de estos incidentes, el presidente de la República, general Augusto Pinochet Ugarte, invitó a una reunión-almuerzo en el palacio de Gobierno a todos los miembros de la directiva de la Comisión Episcopal a la que asistieron, además, el cardenal monseñor Silva Henríquez y los obispos señores Alvear, Ariztía y González. En esta reunión, extremadamente cordial, se analizaron en profundidad todos los temas que afectan a las relaciones Iglesia-Estado, según posteriores y respectivas declaraciones del Gobierno y de la jerarquía. Agrego que el obispo señor González, antes de esa reunión, hizo declaraciones públicas, acogidas por la prensa, TV y radio, en las que expresó su respetv hacia la persona del presidente de Chile, general señor Pinochet, y su convencimiento de que de los incidentes producidos en Pudahuel no tuvo conocimiento, sino con posterioridad a ellos. Estas declaraciones no pueden ser ignoradas por el señor «Roca» si es que, efectivamente,vive en Chile.
3. Bajo el titular de «Duro alegato contra la Junta chilena», en página 5, EL PAIS, a propósito de un memorial enviado a la Corte Suprema con la firma de 250 profesionales, afirma que «La Junta Militar que gobierna Chile se está quedando aislada, sin apoyo político interno». Es evidente que el apoyo que recibe el Gobierno de Chile no emana, en su esencia, de partidos políticos. Es el pueblo de Chile, su juventud, sus organizaciones estudiantiles, sus sindicatos, sus fuerzas armadas, quienes le prestan apoyo. Doscientos cincuenta profesionales entre los miles de chilenos que ostentan esa categoría es cifra muy baja.
(Embajador de Chile)
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