Los análisis marcianos, con problemas

Los análisis del suelo marciano que el Viking está llevando acabo encuentran problemas. La materia que el brazo mecánico arrancó de la superficie del planeta debía ser distribuida a tres recipientes para ser allí analizada. Pero al aparecer estos recipientes no han recibido la cantidad de tierra que necesitan para sus análisis.Los análisis son de diversa clase. Uno de ellos consiste en someter a la arena marciana a un goteo de un caldo nutritivo que en el centro donde los norteamericanos dirigen la experiencia ha pasado a llamarse jocosamente sopa de pollo. Si en la arena marciana hay vida, los pequeños seres vegetales o animales que allí existan asimilarían los productos contenidos en la sopa de pollo. Eso se puede comprobar analizando los gases con un instrumento el espectrógrafo de masas que averigua que tipo de sustancias hay en las partículas de materia analizada. Pero si en la materia marciana no hay vida, los gases que el espectrógrafo analiza no son otros sino los del caldo alimenticio. En ese caso, la materia marciana no produciría nada especial, nada vivo (dibujo de la derecha).

Otro de los análisis a llevar a cabo consiste en suministrar a la muestra de materia marciana (dibujo del centro) alimento provisto de un isótopo radiactivo del carbono, el carbono 14. Si allí hay vida, transcurrido un tiempo prudencial se podría constatar su presencia mediante la detección de sustancias radiactivas fijadas en esa materia. Si eso no sucede, significa que la materia marciana no fija sustancias, es decir, no se alimenta.

La tercera prueba (izquierda) consiste en comprobar si en la materia marciana hay algo que respira, signo inequívoco de vida. Proporcinando anhídrido carbónico (con el isótopo radiactivo del carbono) iluminando la cámara donde esto sucede con luz que asemeja a la solar y calentándola, se podrá comprobar si hay algo en la arena marciana que fija el anhídrido carbónico como hacen las plantas terrestres.