Diversos enfoques ideológicos en la preparación del Congreso de Cultura Catalana

El Comité Ejecutivo del Congres de Cultura Catalana decidió que los trabajos, preparatorios del magno proyecto finalicen antes del verano de 1977. Por vez primera, se fija taxativamente un plazo en relación a la celebración del mencionado congreso.Sin embargo, están pendientes de solución algunas cuestiones básicas que permiten formular serios interrogantes sobre las características definitivas del Congrés.

Por un lado, coexisten en pugna, diversos enfoques ideológicos que son en definitiva raramente políticos. Algunos sectores propugnan transformar el congreso, en algo eminentemente popular Y cívico. Algo así como unos Estados Generales de la compleja problemática catalana.

En el extremo opuesto se hallan tas corrientes que defienden la realización de un congreso en el sentido más académico de la palabra, Es decir, un lugar de cita de diversos ponentes, situados en el terreno de lo que se ha convenido en llamar alta cultura.

Esta última opción parece, realmente inviable. Lo acreditan los múltiples secretarios locales del Congrés y la significación cívica de carácter netamente popular y de democrático de quienes hasta el momento están llevando a cabo, desde la base el trabajo cotidiano de preparación.

Otro tema de la mayor entidad es el de la financiación. El presupuesto global del congreso está cifrado nada menos que en cien millones, de pesetas. Para conseguir tan importante cantidad, se estableció en su día una comisión de asuntos económicos, la cual ha logrado ya un préstamo de treinta millones de pesetas concedido por las Cajas de Ahorro.

Cuota

Por el momento se prevé el establecimiento de una cuota de mil pesetas por congresista y, asimismo, fomentar las ayudas desinteresadas, como fue la entrega del importe del Premio de honor de les lletres catalanes, que llevó a cabo hace una semana el geógrafo Pau Vila,Como cuestión conflictiva está también sobre el tapete la definición de lo que es, según el congreso un escritor cataIán. Dos opciones se contraponen: considera escritor catalán a todo el qué escribe en Cataluña. De aceptarse la primeza alternativa se marginaría a Juan Marsé, Carlos Barral y a otros.

Finalmente el punto más polémico de los varios que se dan cita en el seno del ambicioso proyecto es el de la oficialidad o cooficialidad de la lengua catalana. Se entiende que ambas posturas se refieren a la actitud a adoptar en un futuro democrático, ya que ambas están muy alejadas de la actual situación política. Se polemiza, pues, sobre algo que no es inminente.

En cualquier caso, es bueno que las diferentes alternativas -unas más realistas que otras- coexistan en el seno de un Congrés de la Cultura Catalana que aspirá a representar el sentir de todo un pueblo. El problema está en ver si las diferentes corrientes políticas y sociales, que se dan en Cataluña, estarán plenamente de acuerdo en celebrar un solo congreso, o bien optarán. Por llevar a cabo dos congresos diferentes. Los acontecimientos recientes que tuvieron por marco la Asseblea de Catalunya ya no permiten descartar la segunda de las hipótesis. Y no está claro que ello fuese necesariamente un mal.