Tres banderilleros
« Uno, dos y tres, tres banderilleros en el redondel.» Un trío de banderilleros destacó en la tarde de ayer en las Ventas, con la mansada de Palha. Solanito, Pacorro y Chicorro dieron una lección de colocación, preparación y conocimiento durante toda la corrida.Solanito, al tercero de la tarde, lo lidió como las condiciones del manso requerían: mandándolo. y templándolo, dejándole el capote a la salida de la suerte para que el toro no se fuera huyendo a otro tercio. Con las banderillas se dejó ver y, alegrándolo con la voz y el cuerpo, se reunió en el «sitio» para clavar dos pares en lo alto. Su colocación perfecta le permitió hacerle un gran quite a un compañero que salió comprometido de un par. Su actuación lo acredita como un gran torero.
Pacorro lidió y banderilleó con el poder y el estilo de los grandes banderilleros. Empleó el capote, como hay que utilizarlo, con suavidad y mando, echando las manos abajo para que el toro siguiese el engaño y se olvidara del defecto de echar la cara arriba. En todo momento se notó su presencia, sobre todo en los instantes difíciles.
Chicorro aguantó en el centro del ruedo las tarascadas del sexto con un valor y una serenidad que hizo exclamar aún espectador: «¡Qué bien lo hace este tío!». En banderillas, las clavó, porque él puso de su parte una gran decisión y empeño.
El público aplaudió a estos tres, toreros en todas las ocasiones, pero hay que alentar con más. ardor a estos hombres que se juegan la vida con profesionalidad y hombría.
La fiesta no se muere, al contrario, va a más, ya que el público es capaz de saborear estas pequeñas grandes cosas que son su aliciente.
Babelia
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