Así cayó detenido Alberto Beltrán, “rey del dopaje mundial”, en Colombia
Un infiltrado policial, clave en la captura del primer médico deportivo en Colombia por tráfico de sustancias dopantes
La Audiencia Nacional, una de las máximas instancias judiciales españolas, está a la espera de que concluya el proceso de extradición de Alberto Beltrán Niño, el médico deportivo colombiano detenido el jueves en un gimnasio de Bogotá, en el exclusivo barrio de Chicó Navarra. A Beltrán se le espera en Madrid para juzgarlo, en una vista oral prevista en principio en septiembre próximo, por tráfico de sustancias dopantes.
Beltrán fue detenido en una operación policial en la que fue clave la figura de un infiltrado, un agente que se hizo pasar por deportista y que se ganó su confianza. El especialista, bautizado en los comunicados policiales como “el rey del dopaje mundial”, es el primer médico deportivo detenido en Colombia por asuntos de dopaje. A Beltrán no se le incautó ningún producto prohibido en su consulta, pero las autoridades colombianas esperan que la justicia española decida profundizar en la investigación de sus andanzas y solicite el contenido de sus ordenadores, que se supone son una mina de información sobre los deportistas profesionales de alto nivel a los que asesoraba y procuraba, presuntamente, sustancias dopantes.
En el último auto judicial emitido por la el juzgado de instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, a Beltrán se le califica de “líder de grupo criminal” dedicado “al tráfico de sustancias dopantes”, organización desarticulada en marzo de 2012 en la denominada Operación Skype de la policía española, que contó con la colaboración de varios ciclistas. Acusadas de pertenencia a ese grupo, serán juzgadas siete personas más, entre ellas el exciclista colombiano Carlos Andrés Ibáñez.
Beltrán había sido detenido en marzo de 2012 en el aeropuerto de Barajas cuando iba a tomar un vuelo a Bogotá. En su maletín llevaba una buena cantidad de sustancias dopantes, entre los que destacaban por su rareza dos viales de Aicar, una molécula experimental; dos cajas de 10 ampollas cada una de Thioctacid 600T, y dos cajas de seis viales cada una de TB-500, dopaje genético de uso veterinario. El juez determinó su ingreso en una prisión española, donde pasó varios meses, antes de ser puesto en libertad controlada, con la obligación de comparecer periódicamente en los juzgados. En el documento de apertura de juicio oral de la Operación Skype se aclara que el médico colombiano fue “declarado rebelde” en la causa el 12 de noviembre de 2014, el día en que dejó de cumplir con sus obligaciones con la justicia española. Pese a que se le había retirado el pasaporte, había volado a Bogotá y no había regresado ni a España, donde había trabajado varios años como médico de equipos ciclistas disueltos por escándalos de dopaje, ni a Bahréin, el país en el que se había establecido para trabajar como veterinario de las caballerizas reales.
Hacía varios meses que a Coldeportes, una especie de Ministerio del Deporte colombiano en el que se tratan también asuntos contra el dopaje, le habían alertado diferentes deportistas y técnicos de los rumores cada vez más intensos de que Beltrán, con residencia en La Calera, se había establecido en un gimnasio del norte de Bogotá, donde continuaba con sus negocios de venta y tráfico de sustancias dopantes, cuyo consumo había aumentado, principalmente Aicar, TB-500 y EPO. Como en Colombia, ni el dopaje ni la venta de sustancias dopantes están penalizados por la ley, después de confirmar los rumores, Coldeportes se puso en comunicación con AEPSAD, la agencia antidopaje española, donde le ratificaron que Beltrán era un prófugo que figuraba en la lista de busca y captura. Reyes comunicó entonces los hechos a la DIJIN, cuyo operativo culminó con éxito el jueves en el Personal Gym de Chicó Navarra.
El lunes comienza la Vuelta Ciclista a Colombia, una carrera que muchos puntales del ciclismo colombiano esperan que por primera vez en muchos años transcurra si no con limpieza, sí con menos dopaje del habitual. “Aunque no fuera público ni oficial, sabemos que Beltrán era el médico de uno de los grandes equipos colombianos”, señala un dirigente deportivo que ha hallado en la detención del médico motivos para seguir trabajando por la limpieza en el deporte. “Beltrán aparecía poco por las carreras, pero al día siguiente de que lo hiciera, la media de la etapa se disparaba”.
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