Cuatro españoles pisarán la alfombra roja de los Oscar
Javier Bardem y Penélope Cruz lideran un gran triunfo para el cine español en las candidaturas a los Oscar, ya que también han sido seleccionados el compositor Alberto Iglesias, por la partitura de ‘Madres paralelas’, y el animador Alberto Mielgo, por el corto ‘The Windshield Wipe’
Solo en otras tres ocasiones precedentes, un matrimonio de actores había logrado sendas nominaciones a los Oscar el mismo año. Y nunca uno de la pareja lo conseguía en un idioma que no fuera el inglés. Javier Bardem, con su trabajo en Being the Ricardos, y Penélope Cruz, por Madres paralelas, han alcanzado este hito. Bardem, que fue el primero de ambos que compareció ante la prensa, era más consciente de esa dificultad: “El hecho de que la nominación de Penélope sea por un papel en español, y en su caso por segunda vez [de las cuatro en que ha sido finalista], me parece algo extraordinario e histórico, hablando de marca España”. El actor lo contaba en el salón de un céntrico hotel madrileño, dos horas después de haber sido nominado al Oscar. El intérprete, de 52 años, confesaba: “Personalmente, estoy muy contento, pero más especialmente por Penélope. Lo mío no hubiera tenido sentido sin lo suyo, no hubiera sido una celebración. Y el hecho de que suceda a la vez me parece mágico”. Un rato después, en la cocina de El Deseo, la productora de los hermanos Almodóvar, Cruz, de 47 años, recordaba que habían visto juntos y abrazados el anuncio: “Primero ha ido su candidatura y se ha quedado callado, mientras yo gritaba. Luego la mía, se me ha escapado un ‘no voy a estar con tantas actrices con c [en referencia a que primero se han leído los nombres de Jessica Chastain y Olivia Colman]’, y cuando he oído el mío no he parado de reír y llorar. Me he caído al suelo”.
No es la primera vez que España suma cuatro candidaturas a los Oscar. Ha habido incluso jornadas de mayor gloria en las candidaturas. En 2007 estaban Penélope Cruz, candidata por Volver, y gracias a la coproducción mexicano-española El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, fueron finalistas el mexicano Eugenio Caballero y la española Pilar Revuelta en dirección artística (lo ganaron); Javier Navarrete, en mejor banda sonora, y David Martí y Montse Ribé en maquillaje (ellos también se llevaron el Oscar). Y en corto de ficción hubo, además, doble candidatura: Borja Cobeaga, por Éramos pocos, y Javier Fesser, por Binta y la gran idea.
Bardem, que competirá por la estatuilla contra Benedict Cumberbatch (El poder del perro), Andrew Gardfield (Tick, tick... Boom!), Will Smith (El método Williams) y Denzel Washington (Macbeth), también ha lamentado que la película de Fernando León de Aranoa El buen patrón, en la que él tiene el papel protagonista, no haya entrado en las nominaciones a los Oscar: “He de decir que estoy muy contento por unas cosas y muy triste por otras, teniendo en cuenta que me da pena que no esté El buen patrón. Tenía esperanza de que pudiera llegar a ese quinteto final [de filmes nominados a película internacional] por cómo reaccionaba la gente en Estados Unidos”. También ha resaltado que le duele “la ausencia de Pedro Almodóvar”.
Preguntado por qué supondría para él ganar su segundo Oscar —ya logró una estatuilla por su papel secundario en No es país para viejos—, Bardem ha contestado que no se ve favorito y que la nominación ya es un premio: “No lo voy a conseguir, no soy Will Smith. Perdón, esto que he dicho parece ser como que Will Smith está ahí puesto en la carrera como para llegar a... Hace un trabajazo. También está Benedict Cumberbatch, que hace un trabajo maravilloso, haciendo algo extraordinariamente diferente en él. Luego está Andrew Garfield, que es un tío que hace, y canta, y baila...”. Y ha añadido: “Y Denzel Washington, que es ese animal que anda por ahí, que da igual lo que haga. A mí siempre que abre la boca me quedo clavado mirándole”. Metido a pitoniso, cree que estaba más abierta la posibilidad de que gane Penélope Cruz, tras la ausencia de quien más había batallado por ser candidata, Lady Gaga (La casa Gucci): “Lo mío es imposible, lo de Penélope no me parece tan lejos”.
A Bardem, que hace seis años ya se interesó por encarnar a Desi Arnaz al inicio del proyecto, antes incluso de que lo liderara Aaron Sorkin, le parecía importante aclarar ante algunos comentarios sobre que un intérprete no cubano diera vida a Arnaz: “Somos actores, vamos más allá de orientaciones sexuales o de etnias. El arte no se puede juzgar más que por la hermosura del acto, y si le ponemos parches o límites, ese arte queda en un lugar muy pobre”. Entre bromas y veras, apuntó a que nadie entonces que no fuera danés podría ser Hamlet, o que él mismo no encontraría trabajo en producciones internacionales: “Soy minoría española. Y solo he encarnado a dos españoles en rodajes de fuera: en Vicky Cristina Barcelona, porque se desarrolla aquí, y en Piratas del Caribe. Somos minorías representando minorías”.
📺 TV en DIRECTO | Javier Bardem, tras su nominación a los Oscar: "Sé que a mi madre estas cosas le hacían mucha ilusión. Sé que en este momento debe estar disfrutándolo y riéndose. Se lo he dedicado a ella" https://t.co/b4C1E0tZO2 pic.twitter.com/GaUIDGxy1T
— EL PAÍS (@el_pais) February 8, 2022
Bardem también se ha acordado de su madre, la actriz Pilar Bardem, fallecida en julio de 2021, de la que llevaba justo un anillo en la mano derecha: “Sé que a mi madre estas cosas le hacían mucha ilusión. Siempre rezaba a sus santos y a sus padres para que nos pasaran cosas buenas. Y sé que mi madre en este momento debe estar disfrutándolo y riéndose. Y por supuesto que he hablado con ella, antes y después, y se lo he dedicado”.
Antes que Bardem y Cruz fueron candidatos tres matrimonios un mismo año: Vivien Leigh, por Lo que el viento se llevó y Laurence Olivier, por Cumbres borrascosas; Elizabeth Taylor y Richard Burton, por ¿Quién teme a Virginia Woolf?, y Rachel Roberts, por El ingenuo salvaje y Rex Harrison por Cleopatra. “Viendo la tele no éramos conscientes de que estábamos haciendo historia de España. Reconocemos la dificultad del asunto. No quiero darnos una importancia que no tenemos. Pero empezando por mi tío Juan Antonio que fue candidato justo medio siglo antes de que lo ganara yo, la cinematografía española es muy querida fuera, y muy respetada cuando vienen a rodar aquí”. Reflexivo, apuntó: “No digo que haya que apoyar más al cine español, pero sí que hay que criminalizarlo menos”. Por cierto, a la lista de matrimonios candidatos también se han sumado en esta edición, en secundarios, los actores Jesse Plemons y Kirsten Dunst, por El poder del perro.
Desde la cocina de Almodóvar
Cruz se definía en la productora de El Deseo, tras recibir la felicitación de Pedro Almodóvar, que la esperaba para felicitarla, “loca como un cencerro, de pura felicidad”. La actriz contaba que ha echado de menos candidaturas a Almodóvar en dirección o guion original. Y recordaba que se ha caído en el salón de su casa “como cuando la primera vez con Volver”. “He estado hora y media llorando y riendo, hasta que han llegado mi madre y mi hermana”. Tanto Bardem como Cruz han logrado su cuarta nominación a los Oscar. Tras recordar que las otras tres lecturas de candidaturas le pillaron en Los Ángeles, confesó: “Lo de hoy ha sido mágico, mucho más emocionante porque estaba también Javier”. Y ha recordado “lo intenso y maravilloso” del rodaje de Madres paralelas. “Que sea con Pedro es tan emocionante e increíble. Estoy feliz, y, uf, es mi cuarta candidatura, algo surrealista. Hay que celebrarlo”. Se cumplen ahora treinta años de Jamón, jamón, que significó el gran lanzamiento de Cruz, a la vez que su primer trabajo junto a su actual marido. “A una semana de acabar aquel rodaje me sentía tan perdida. Pensé que lo mismo era la primera y la última oportunidad. Aquella inseguridad la mantengo, y viene de algo lógico: dependemos de la confianza de los demás”.
La actriz ha hablado con cariño “de la escritura de Pedro Almodóvar, hecha con libertad, sin juzgar a ningún personaje”, que hace muy humana a su Janis, “a la que nadie puede echarle en cara que se convierta en la mejor mentirosa del mundo”. Y sobre sus posibilidades: “A mí no me ha dado tiempo a pensar en eso. Va todo muy rápido... Déjame disfrutar de esto, quiero volver a ver el vídeo a ver si es verdad”. Nada va a cambiar su futuro: “Seguiré rodando una película, a lo sumo dos al año. Vivo aquí en Madrid, mis hijos son mi prioridad, lo de Hollywood lo hice siempre con billete de vuelta. No puedo querer más a España. Me siento una española más, y las cosas que me pasan... Me sorprenden a mí la primera”.
Para el compositor Alberto Iglesias (San Sebastián, 66 años), esta es también su cuarta candidatura, aunque la primera por una película española, y con Almodóvar, con el que lleva una larga y fructífera colaboración. En declaraciones a la agencia Europa Press, tras contar que el anuncio le había pillado con un trozo de lechuga en la boca, confesó que no sabía “hacer cábalas”, aunque sí “mucha ilusión” por lograrlo porque sería “algo extraordinario”. Eso sí, se definía como “pesimista”, porque enfrente está Hans Zimmer, con la banda sonora de Dune, y el alemán (“Una institución dentro de Hollywood”) solo ha ganado un Oscar después de 12 candidaturas. “El resto de los nominados son compositores muy buenos”, aseguraba. Después de lamentar la ausencia de Almodóvar en las candidaturas, contó: “Me hace muchísima ilusión la candidatura con él, porque llevo 20 años colaborando con Pedro en un trabajo muy exhaustivo”. Iglesias fue candidato con El jardinero fiel (2006), Cometas en el cielo (2008) y El topo (2012). Además, ha ganado 11 premios Goya, el último por Dolor y gloria. Y el sábado competirá por otro más, aunque es candidato por su partitura para Maixabel.
Finalmente, el corto de animación The Windshield Wipe, de Alberto Mielgo, de 42 años, también ha entrado en los Oscar. Mielgo, creador con mucho trabajo a sus espaldas, y que, por ejemplo, dirigió La testigo en la primera entrega de Love, Death & Robots, de Netflix, estrenó el filme en la pasada edición del festival de Cannes, en la sección Quincena de Realizadores. “Como lleva el mismo tiempo hacer un corto que un largo, no lo diferencio”, aclaraba en Francia. The Windshield Wipe viaja por distintas ciudades, muestra variados pensamientos sobre el amor y la pareja, juega con la animación para sumergir al espectador en ese mundo globalizado. “He ido dibujando los sitios en los que he estado, de ahí nace la composición creativa, que suma fotografías. Y después voy a los personajes, cada uno distinto, con su propia personalidad”, explicaba Mielgo. “Yo cierro el guion en el storyboard, ahí soy yo, está mi obra”. En Francia insistía: “A pesar de los grandes avances en los últimos años en la reivindicación de la animación, aún se necesita más lucha, especialmente la adulta”.
Babelia
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