Los brutales incendios de Galicia en 2022 llegan a la Berlinale a través de la cámara de una cineasta danesa
Lo que empezó como un documental sobre caballos salvajes ha acabado en ‘Only on Earth’, de Robin Petré, convertido en el retrato del verano más infernal vivido en la foresta gallega
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
La danesa Robin Petré nació y creció en Mols, una pequeña zona costera y rural de penínsulas y colinas de su país. “Eso hizo que desde pequeña me apasionara la naturaleza; siento que tengo una relación especial con los animales y con el medio ambiente ”, cuenta la cineasta, de 39 años, para EL PAÍS. Tras el estreno, también en la Berlinale, de su primer largo documental, From The Wild Sea (2021), Petré decidió investigar la vida de los caballos salvajes en Europa. Y así acabó a inicios de 2021 en el sur de Galicia “enamorada de esos paisajes tan cinematográficos, que resonaban en mi interior”. Lo que ni de lejos intuyó Petré es que un año después, en el estío infernal de 2022, acabaría filmando los incendios que arrasaron casi 50.000 hectáreas en la comunidad autónoma. Ahí está el corazón de Only on Earth, presentado en la Berlinale en la sección Generation Kplus, un documental inmersivo que desgrana la convivencia, a veces colaborativa, a veces en guerra, entre el ser humano y el resto de la naturaleza.
Only on Earth arranca con una dolorosa confesión. En voz en off, el veterano bombero Manuel San Martínez explica que en muchos incendios los animales abandonaban a la fuga los bosques. Y al encontrarse con seres humanos en las lindes, dispuestos a apagar los fuegos, los animales preferían volverse y retornar a las llamas: tanto miedo les provocan los hombres. “San fue uno de los últimos a los que pedí que me dejaran grabarles. En realidad, el viaje empezó mucho antes, y al final recurrí a San ante el tamaño de las llamas y la necesidad de que alguien con experiencia explicara qué estaba pasando”, recuerda Petré. La cineasta no habla español, pero conoce las palabras adecuadas para su filme: as bestas, toxo o curro de Toroña.
Petré es “medio sueca”, y por eso los veranos los pasaba en una zona del norte de Suecia “que en colores y líneas del horizonte recuerda mucho al sur de Galicia; eso me hizo conectar con mi infancia”. En 2021 llegó por primera vez a España, conoció a la gente que iba a rodar. “Ellas mismas se definen como reservadas, sobre todo en comparación con el resto del país. Yo soy escandinava, así que somos muy similares, me hizo mucha gracia la similitud. Luego, con la confianza y el tiempo la verdad es que les exprimí”, sonríe. “Fueron muy generosas y cálidas desde la bienvenida”.

Only on Earth se divide en capítulos emocionales y temáticos. Petré, con su cámara, sigue a una veterinaria, Eva Cobián, “amante y experta en caballos”; a un niño de 10 años, Pedro Vázquez, que alberga en su interior “un futuro cowboy”, y a la bombero y granjera Cristina Campero, “cuya existencia no tendría sentido sin la naturaleza que le rodea”. Hay, por supuesto, tomas impresionantes de las heridas provocadas en el paisaje por los parque eólicos, y bellísimos planos de las bestas, cuyo número mengua cada año.
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En aquella primera investigación, Petré indagó más en los caballos: “Una bióloga me explicó muy bien la relación, profunda e interesante para el filme, entre los caballos y los incendios. Cómo el toxo es súperinflamable y el desastre que supone la reforestación con eucaliptos, que también prenden rápidamente. Así que comprendí que tenía que darle espacio a los incendios en la película, pero seguí pensando que en el fondo iba a rodar una especia de documental del salvaje Oeste. Y como realicé distintos viajes, y en 2021 los incendios fueron menores, el plan se mantuvo”.
Al ponerse a rodar en verano de 2022, el paisaje, tanto el humano como el de la naturaleza, mutó. “Me sobrecogió el tamaño del drama de los incendios, llegó la desesperación y la lucha. Así que en mitad de la filmación, cambiamos los planes”, explica. “Nos pegamos a los escuadrones de bomberos, conducíamos durante horas a través de nubes de humo, un humo terrible. Aunque ocurría a mitad del día, el color de la luz era extrañamente dorado-anaranjado. No existía un cielo azul, sino que todo era de ese extraño tono. Y el olor, ese olor que se te pegaba tras horas de llamas... Equilibramos la historia de los caballos y su relación con el ser humano con el drama de los incendios”.

Y así entró San Martínez, el experto en incendios forestales que lucha como puede contra el infierno. “La familia de Cristina es estupenda, todos son bomberos y granjeros a la vez. Pero necesitaba alguien con mucha experiencia, que aportara la perspectiva de lo que estábamos viviendo y su significado. Cristina tiene veintipicos. San pertenece a otra generación, imprime el análisis de muchos años de conocimiento”, desgrana Petré. Con San y su compañero Jorge, la cámara viaja en coche al corazón de las llamas, y allí, a través de imágenes que aportan la sensación de impotencia, queda claro que en muchos momentos, solo pueden rendirse ante la catástrofe.

Ahora, en Berlín, Petré quiere centrarse en los momentos alegres. “¿Sabes lo que es un furancho [los bajos de las casas donde se almacena y se comparte con invitados el excedente de vino casero en Galicia]? Pues eso, me pareció un concepto divertido”, y echa a reír. “Me encantó ir con amigos, y que en esos locales todo el mundo fuera tan generoso... Es doloroso ver cómo esa cultura está desapareciendo. Los más veteranos me contaban que antes se llegaba a los furanchos a caballo, y que cuando te emborrachabas, te montabas y el animal te transportaba de vuelta a casa. Eso tuve que contarlo de manera algo maquillada en la película, porque solo quedan unos pocos furanchos accesibles a caballo. La gente ahora va en coche”. Con un tono y una mirada más nostálgica, la danesa acaba la entrevista: “Ese mundo se ha desvanecido en solo unas pocas décadas, perdiendo el encanto en su transformación”.
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