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CRÍTICA DE CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Vermiglio’: una historia mínima de dificultad máxima en torno al paisaje y la guerra

En esta película bella y poderosa, la directora Maura Delpero agarra el hilo que han ido dejando cineastas como Pier Paolo Pasolini, los hermanos Taviani y Ermanno Olmi

Martina Scrinzi y Santiago Fondevila, en ‘Vermiglio’.
Javier Ocaña

El cine italiano siempre ha tenido ilustres cronistas de agrestes historias de apariencia mínima y dificultad máxima, de películas sobre vidas aferradas a la tierra, de obras marcadas por la influencia del paisaje sobre los destinos de la gente, por el atavismo, por el aislamiento, por la raigambre natural, social y cultural que pervive por encima de cualquier circunstancia. Incluso de la guerra, y de la II Guerra Mundial, nada menos. La bella y poderosa Vermiglio, estrenada en el último festival de Venecia, ambientada durante los últimos días de la contienda en el pequeño pueblo de los Alpes orientales italianos que le da título, es el último eslabón de un estilo entre lo contemplativo y lo racial. Su directora, Maura Delpero, agarra el hilo que han ido dejando cineastas como Pier Paolo Pasolini, los hermanos Taviani y Ermanno Olmi.

Delpero, que trabaja tanto en Argentina como en su país, y que tiene otras dos películas anteriores que no llegaron a España, se mira en títulos imponentes como El árbol de los zuecos (1978), de Olmi, y Padre padrone (1977) y La noche de San Lorenzo (1982), de los hermanos Taviani, historias de patriarcado, de progenitores pétreos, de montañas, de guerra y de amistad, de campesinos sacrificados, de lucha por la vida en las peores coyunturas, para terminar componiendo una historia que es al mismo tiempo un elogio de la educación y una diatriba contra los hombres cultivados, pero incapaces de acariciar lo mejor que tienen delante.

Su protagonista es el maestro del pueblo, que habla con la pausa del que todo lo sabe, pero con el orgullo cercano a la soberbia del que no todo lo conoce. Tan exigente con sus nueve hijos como poco presto al detalle con su mujer, verdadero sostén de la casa. Y, a lo lejos, pero tan cerca, los resortes de una guerra que vislumbran desde la enorme distancia de su aislamiento, y que les llega de sopetón con la presencia de un desertor siciliano que se enamora de una de las hijas del educador. Es entonces cuando se reflexiona, entre los preciosos parajes y el acompañamiento de Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, sobre el relativo concepto de la cobardía: “Si todos fuéramos unos cobardes, no habría guerras”. Y también sobre el conocimiento, el analfabetismo, el impulso del amor, su carácter efímero en tiempos de guerra y, como base, la educación, “el alimento del alma”. El mundo entero se derrumba, pero los habitantes del pueblo parecen ajenos a la hecatombe. Y los niños, que por la noche hablan entre susurros, hacinados de dos en dos o de tres en tres en sus camas, representan con sus voces sencillas y tenues el espíritu de la propia película.

Tras la reciente Las ocho montañas, lirismo de sol, viento y nieve, de búsqueda de uno mismo a través de la naturaleza a pesar de su crudeza, creada también en los Alpes italianos por los belgas Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, Vermiglio está lista para ser atrapada por los mismos espectadores que llevaron a aquella a un pequeño y meritorio éxito de público en los cines de versión original.

Vermiglio

Dirección: Maura Delpero.
Intérpretes: Tommaso Ragno, Roberta Rovelli, Martina Scrinzi, Giuseppe de Domenicco.
Género: drama. Italia, 2024.
Duración: 120 minutos.
Estreno: 14 de febrero.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.
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