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El vértigo de la montaña conquista los festivales de cine

Jaca inicia un nuevo certamen que viene a sumarse a una oferta de gran calidad en nuestro país que abraza a los mejores códigos cinematográficos y llega a un público muy heterogéneo

Asistentes de una proyección en diciembre de 2023 del festival BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia, cedida por el certamen.
Asistentes de una proyección en diciembre de 2023 del festival BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia, cedida por el certamen.E.MORENO ESQUIBEL (Mendi Film Bilbao)

El gran motor del alpinismo, aseguran, es la imaginación surgida de la necesidad de evocar sueños. A falta de grandes escenarios alpinos a mano, de paisajes cotidianos que incitasen a la aventura, gran parte de los mejores alpinistas del siglo XX crecieron escalando las páginas de los libros que devoraban, de las fotos que observaban hipnotizados una y otra vez deseando saber más. Deseando el movimiento que ahora lucen los nuevos documentales de montaña. Títulos de biblioteca tan sugerentes como Los conquistadores de lo inútil, de Lionel Terray, o El séptimo grado, de Reinhold Messner, no dicen absolutamente nada a los jóvenes que buscan su camino en las paredes. Tampoco les suena el inigualable cómic La cumbre de los Dioses, de Jiro Taniguchi, por mucho que el joven youtuber Inoxtag bebiese de la estética Manga para salir al fin de su habitación, escalar el Everest y generar una discusión en toda Francia.

Todos, en cambio, han visto los documentales Free Solo, que ganó el premio Oscar, o The Alpinist y muchos se preguntan si podrían llegar a ser Alex Honnold o Marc André Leclerc, o incluso el heroico Tommy Caldwell, estrella de The Dawn Wall. España ha sido y es una referencia organizando encuentros audiovisuales de temática montañera: muchos se llaman “semanas de montaña” y en ellos varios ponentes invitados explican sus filosofías y expediciones en directo y con apoyo de imágenes.

El reclamo es el personaje y su cercanía, más que su registro de imágenes, y son los clubes de montaña quienes suelen organizarlos. Pero triunfan, ahora mismo, los festivales de cine de montaña que conocen incluso una alianza internacional que observa dos miembros españoles: el festival de Torelló y el MendiFilmFestival de Bilbao. Además, el festival canadiense de Banff, uno de los referentes más importantes en la materia, tiene en España una franquicia itinerante (www.banffworldtour.es).

A estas tres citas se suma ahora la primera edición del Alta Montaña Festival, con sede pirenaica (Jaca, 31 de octubre al 2 de noviembre) y grandes expectativas de crecimiento: “Empezamos con solo nueve producciones escogidas entre más de un millar y nos centramos, de momento, en temática pura de escalada y alpinismo de élite, a diferencia de otros grandes festivales que dan cabida a diferentes géneros de montaña. Además, premiamos al mismo tiempo no solo las películas; sino la mejor actividad de alpinismo del año, y para ello contamos con un jurado de expertos como Mikel Zabalza, Dennis Urubko o Manu Córdova”, explica su organizador, Juan Caballero.

Los festivales de montaña llenan salas de cine habitualmente semivacías y en ellas convive un público absolutamente heterogéneo movido por una relación de práctica de la montaña y mucha curiosidad. El alpinismo bien explicado siempre resulta un poco más comprensible. “Una de las claves es que las imágenes son cada vez mejores y, sobre todo, la gran novedad es que de un tiempo a esta parte los guiones están a la altura de estas y ya no solo ofrecemos creaciones puramente centradas en lo deportivo sino historias de gran calado humano con el medio natural como escenario de fondo”, explica Jabi Baraizarra, director del BBK Mendi Film Bilbao Bizkaia, cuya próxima edición se celebra del 6 al 15 de diciembre.

No hace tanto, hasta la irrupción de nuevos directores dotados de un discurso mucho más cinematográfico, los documentales de escalada conservaban la estética de los videoclips. Estaba la acción, faltaba el discurso, la esencia, la justificación que el público más descreído reclamaba. “Nacimos hace 17 años convocando a la gran masa de público afín que existe en España, montañeros de toda la vida a los que no era necesario convencer, y con el paso de los años se han incorporado jóvenes y adultos no siempre familiarizados con la temática de montaña que descubren un universo diferente. Además, el cine de montaña siempre deja un buen regusto positivo, incita a cierto optimismo vital y es absolutamente compatible con la literatura clásica de alpinismo”, sonríe Baraiazarra.

Cartel de la próxima edición del festival BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia.
Cartel de la próxima edición del festival BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia.Mendi Film Bilbao

El festival de cine de montaña de Torelló celebra este año (15 al 24 de noviembre) su edición 42 exhibiendo músculo y la proyección de 154 películas procedentes de 34 países diferentes. No solo se llenan las salas: en Bilbao y Torelló también merecen una gran atención las actividades paralelas como las charlas de alpinistas o realizadores en directo, coloquios o mesas redondas que permiten al público interactuar en vivo con diferentes actores.

Jabi Baraiazarra preside la Alianza Internacional de Festivales de Cine de Montaña desde hace 5 años, y es muy probable que amplíe dicho trabajo tres años más. “Estamos peleando mucho para que estos festivales sirvan de empuje a los productores locales de cine de montaña, a impulsar una industria que, por ejemplo, en España es muy pequeña y tiene aún todo por hacer”, justifica.

Mesa redonda del festival  BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia 2017, cedida por el festival.
Mesa redonda del festival BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia 2017, cedida por el festival.E.MORENO ESQUIBEL (Mendi Film Bilbao)

La financiación de este tipo de certámenes no siempre resulta evidente, por mucho que el público responda de forma masiva. “Nacimos con un 60% de capital privado y ahora tenemos un 70% de nuestro presupuesto que procede de las instituciones, y estas nos piden que orientemos nuestro trabajo en la defensa de una labor social que no podemos perder de vista. Como cualquier festival de cine en España, sea de la temática que sea, sin ayuda pública, es todo mucho más difícil”, reconoce Baraiazarra. Al margen del dinero institucional, el MendiFilm recibe el patrocinio de la BBK y la cita catalana de Torelló cuenta con la ayuda del BBVA, mientras que el Alta Montaña Festival tira de la ayuda de firmas del mundo de la montaña como Scarpa, Montura o Patagonia.

“El reto es mantenernos a corto plazo con vistas a seguir creciendo y esto solo será posible si estamos muy atentos a la demanda del público, a satisfacer intereses cambiantes. No es tarea fácil”. Expone Baraiazarra. El Alta Montaña Festival arranca la temporada de grandes festivales con la esperada película Meru: “La estrenamos en primicia con la esperanza de que sea el primer paso de una larga trayectoria”, confía Juan Caballero.

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