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Oleg Sentsov, cineasta ucranio: “Para hablar de la guerra o mientes o no dices nada porque la verdad no le gusta nadie”

El director de cine y militar, galardonado con el premio Sajárov por su lucha contra la anexión de Crimea, presenta el documental ‘Real’, un metraje que grabó de forma accidental en una operación de evacuación en el frente de Ucrania

Oleg Sentsov, durante la entrevista en un café de Kiev, el pasado día 14.
Oleg Sentsov, durante la entrevista en un café de Kiev, el pasado día 14.Óscar Gutiérrez
Óscar Gutiérrez (ENVIADO ESPECIAL)

El último metraje de Oleg Sentsov reúne dos paradojas. La primera es que muestra, durante 90 minutos, la guerra, la real, pero sin combates a la vista. La segunda es que el director de la película la grabó sin quererlo, de forma casual, siendo un comandante en la trinchera, no un cineasta. Lo reitera durante la entrevista una y otra vez: ahora, él se siente militar. Nacido hace 48 años en el pequeño pueblo de Skaliste, cerca de Simferópol, en la península ucrania de Crimea, ocupada de forma ilegal por Rusia, Sentsov ha tenido varias vidas, muy intensas todas: aquella en la que fue activista en la revolución del Euromaidán; la que le llevó en una farsa judicial a una cárcel rusa; la que le obligó a declararse en huelga de hambre, a ser un símbolo de la libertad de conciencia y premio Sájarov; la que ahora tiene que librar en el frente oriental contra las tropas rusas. De esta última batalla nace el documental Real, que se presentó en el festival de cine internacional celebrado en la ciudad checa de Karlovy Vary, que terminó el 6 de julio. “Fue bien de crítica, no me lo esperaba”, admite con sinceridad en una cafetería del centro de Kiev, la capital de su país natal. La película no tiene ni principio ni final; ni sentido alguno quizá, admite Sentsov. Como la guerra.

Alto y de gran envergadura, el cineasta y militar ucranio responde pausado, en ocasiones muy bajito, pero siempre con los ojos, verdes, abiertos hasta rozar casi los pliegues de la frente. “A veces”, reconoce, “no tenía la cámara encendida cuando pasaba algo importante”. En el rodaje de Real, la GoPro que llevaba sujeta al casco comienza a funcionar tras conectarla con la mano de forma accidental. El metraje recoge una hora y media de un grupo de soldados de infantería ucranios parapetados en una trinchera durante una operación de avance a la posición con nombre en clave Real, en referencia al equipo de fútbol español Real Madrid. Es habitual bautizar las posiciones del frente con nombres de clubes que faciliten la comunicación por radio. El vehículo militar Bradley en el que viajaba Sentsov, alias Grunt, había recibido un impacto, que llevó a este grupo de uniformados a cubierto mientras se organizaba la evacuación de una avanzadilla bajo fuego enemigo. Ahí entra en acción el cineasta.

“Pasados unos meses después de aquella operación”, cuenta mientras sorbe un té frío, “me di cuenta del tamaño de la tarjeta de la cámara”. Quería borrarlo todo. “El visionado me hizo recordar cosas de aquel combate, con bajas importantes. Se lo mostré a mis amigos cineastas y les pareció interesante”, explica. La operación militar hacia la posición Real que registró con su GoPro se desarrolló en la contraofensiva lanzada en el verano de 2023 por el ejército ucranio en el frente este. No tuvo éxito. Durante el asedio ruso en las horas en las que Sentsov grabó aquella larga secuencia, en una localización que prefiere preservar, murieron 22 compañeros de batalla.

Imagen del documental 'Real', dirigido por el cineasta y militar ucranio Oleg Sentsov.
Imagen del documental 'Real', dirigido por el cineasta y militar ucranio Oleg Sentsov.

― ¿Les ha mostrado el documental a sus colegas militares?

― No, si lo ven quizá digan que no merece la pena. La guerra no es tan heroica como parece.

Pero eso a él, las batallas de película, no le convencen ―“No me gustan mucho esos rodajes”, afirma, “porque luego uno llega a la guerra y no sabe lo que le espera”―. Quizá la palabra más pronunciada en la conversación sea “verdad”. “El valor real de este rodaje”, relata el cineasta, “es que muestra la guerra de verdad, en donde uno tiene que orientarse por el oído más que por la vista porque en cualquier momento te pueden matar”. Real refleja, en un plano secuencia y subjetivo, la crudeza del frente; el miedo en la mirada de los uniformados; la espera; el silbido de los proyectiles que pasan de largo ―y provocan peinetas de burla―, el estruendo de los que levantan la tierra a un palmo y obligan a doblar el pescuezo; las comunicaciones maltrechas por radio; la agonía por la falta de munición y hombres; la cercanía de los rusos; su aparente repliegue; el hartazgo, la desesperación, más miedo. Es un documento sin parangón. No hay montaje más allá de los arreglos de sonido.

― ¿Cree que se entenderá después de tanta ficción bélica?

― Alguna vez he dicho que para hablar de la guerra o mientes o no dices nada, porque la verdad no le gusta a nadie. Si la gente lo supiera todo, se quedaría pasmada del horror.

Oleg Sentsov es examinado en un hospital de Labintangui, en una imagen difundida por Rusia el 29 de septiembre de 2018, durante su huelga de hambre en prisión.
Oleg Sentsov es examinado en un hospital de Labintangui, en una imagen difundida por Rusia el 29 de septiembre de 2018, durante su huelga de hambre en prisión.AFP

Su verdad, su oposición a la anexión ilegal de Crimea, no le gustó nada al Kremlin hace una década. Sentsov fue detenido por las autoridades rusas en mayo de 2014 y condenado posteriormente a 20 años de prisión por tramar atentados terroristas, entre ellos, la voladura de una estatua de Lenin. No hubo evidencia alguna. La comunidad internacional y el mundo de la cultura, en especial del cine, clamó por su libertad. Durante su encierro en un penal del norte de Rusia, junto al Ártico, mantuvo una huelga de hambre de 145 días. Cuatro años después de su arresto, el Parlamento Europeo le concedió el premio Sájarov a la libertad de conciencia. Finalmente, en septiembre de 2019, recobró la libertad en un canje de presos. “En la cárcel”, reflexiona el director de cine, “o estás solo o con quien te considera enemigo. En el frente, a primera vista te pueden matar, pero tienes libertad, estás con amigos y tienes comunicación con tu familia”.

― Pero, después de todo, ¿teme por su vida?

― No me siento un objetivo. Si hubieran querido matarme, lo hubieran hecho como a [Alexéi] Navalni.

Poco después de su liberación, Sentsov estrenó junto al director Ajtem Seitablayev la película Numbers, su segundo largometraje tras Gamer (2011). Hace tres años, el cineasta ucranio firmó Rhino, cinta presentada en el festival de cine de Venecia. Tenía sobre la mesa hasta cinco guiones diferentes no ligados a la contienda cuando Moscú lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022. Sentsov emprendió entonces la batalla por la defensa de Kiev. Tras garantizar la expulsión de las tropas rusas de la periferia de la capital, el cineasta viajó a la región de Donbás para seguir combatiendo.

Durante la conversación, se recuesta varias veces sobre el sitio, con las piernas entrecruzadas en una posición cómoda. Está cansado, es visible. “Llevo dos años y medio [combatiendo] y hace falta el descanso”, confiesa con una mirada pérdida, “te sientes como un muelle comprimido que puede saltar de cualquier modo. Es cansancio físico y psicológico”. Pero mantiene el pulso para decir que siente “odio” hacia Rusia, para comparar lo que Putin hace con su población, sembrar un sentimiento de destrucción de Ucrania, con el “supremacismo” de Hitler. Y le queda fuerza para confiar en la victoria en la guerra, aunque no sepa cómo y cuándo, y para regresar con sus compañeros de armas la semana próxima.

― ¿Volverá a hacer una película sobre la guerra?

― Sí, pero no ahora. Rodar sobre la guerra durante la guerra no es correcto.

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Sobre la firma

Óscar Gutiérrez (ENVIADO ESPECIAL)
Periodista de la sección Internacional desde 2011. Está especializado en temas relacionados con terrorismo yihadista y conflicto. Coordina la información sobre el continente africano y tiene siempre un ojo en Oriente Próximo. Es licenciado en Periodismo y máster en Relaciones Internacionales
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