El próximo videojuego de la saga de Zelda será protagonizado por primera vez por la princesa que le da nombre

Durante siglos las princesas esperaron. Primero, a que algún señor las liberara. Y, luego, a que alguien se dignara a escribir también historias distintas, donde no solo les tocara aguardar la salvación encerradas en una torre. La joven Zelda, para más paradoja, ha encabezado durante décadas el título de una de las sagas de videojuegos más famosas y aplaudidas. El protagonismo, sin embargo, siempre fue para Link, el muchacho que debía rescatarla. Hasta ahora. Casi 40 años después del lanzamiento del primer The Legend of Zelda, allá por 1986, por fin los jugadores controlarán al personaje de la princesa en Echoes of Wisdom, la nueva entrega de la serie, que saldrá a la venta el próximo 26 de septiembre para la consola Switch, tal y como anunció Nintendo, la compañía responsable de la obra.

“Esta vez Link ha desaparecido. Ahora le toca a la princesa Zelda asumir el rol de protagonista. Puede que os estéis preguntando: ¿entonces Zelda combatirá con una espada? Queríamos crear un nuevo modelo de juego que rompiera las convenciones vistas en viejos títulos la la serie”, ha asegurado Eiji Aonuma, productor del videojuego, en un vídeo difundido por Nintendo. En su arranque, el pequeño avance publicado por la compañía muestra cómo Link salva por enésima vez a la princesa, justo antes de volatilizarse en una especie de portal que se abre bajo sus pies. Junto con Tri, una pequeña hada, Zelda se lanzará a encontrarle. “Salva el reino de Hyrule, en esta ocasión con la ayuda de la sabiduría de la princesa Zelda. Los habitantes de Hyrule se están desvaneciendo poco a poco a causa de extrañas brechas que han surgido de repente y, entre los desaparecidos, se encuentra cierto conocido espadachín. Ahora está en manos de la princesa Zelda salvar su reino”, apunta la sinopsis del juego en la web de Nintendo.

El estilo de Echoes of Wisdom recuerda al de Link’s Awakening, videojuego de 2019 que a su vez suponía un reboot en clave moderna del clásico homónimo de 1993: es decir, un título con vista en tercera persona y desde arriba, con gráficos de tierno dibujo animado, donde el personaje debe resolver enigmas, superar plataformas y derrotar enemigos para avanzar. “Crea réplicas como bloques acuosos para alcanzar lugares altos o camas viejas para levantar puentes, arroja piedras a los enemigos o combina las réplicas de forma creativa para hacer las cosas a tu manera. ¡Hasta puedes crear réplicas de monstruos para que te echen una mano en los combates!”, se lee en la web de Nintendo.

Al fin y al cabo, la creatividad siempre ha sido una de las claves de la saga de Zelda y, especialmente, de su última entrega, Tears of the Kingdom, que ha recibido decenas de premios, ha vendido decenas de millones de copias y ha sido celebrada, entre otros aspectos, precisamente por la libertad que deja a los jugadores para inventarse maneras distintas de alcanzar un objetivo o un lugar, y para entretenerse con decenas de posibilidades y actividades al margen de la trama principal. Más en general, la saga ha vendido más de 100 millones de copias en estas cuatro décadas, lo que la convierte en una de las más exitosas de la historia del videojuego.

Se trata de la segunda sorpresa relevante de Nintendo en pocas semanas, ya que a principios de mayo informó de que en marzo de 2025 lanzará la sucesora de su consola Switch. Aunque la competencia tampoco se mantiene en silencio: casi todas las grandes compañías de videojuegos se han apresurado a anunciar, en las últimas semanas, proyectos muy esperados, de Gears of War: E-Day a Metroid 4, o a intentar multiplicar la expectación por los que están a punto de llegar, como Star Wars: Outlaws o Indiana Jones y el gran círculo. Todo, eso sí, en un contexto en el que la industria del videojuego ha ejecutado más de 10.000 despidos en lo que va de año.