Jesús Carrasco gana el premio Biblioteca Breve 2024
El galardón literario recae en ‘Elogio de las manos’, una novela que reivindica la importancia de lo que tenemos cerca
Autor del sello Seix Barral desde su exitoso y brillante debut con Intemperie hace una década, Jesús Carrasco (Badajoz, 51 años), uno de los novelistas más reconocidos de su generación, ha obtenido este lunes el premio Biblioteca Breve. El histórico galardón que impulsó Carlos Barral en 1958, apoyado por los críticos Josep Maria Castellet y José María Valverde y por los dueños del sello, tuvo desde su arranque el objetivo de promover el talento novelístico en lengua española premiando una obra de ficción inédita, un propósito que se mantiene desde que el grupo Planeta recuperó el premio en 1999. “Yo me dedico a la literatura en español y este es uno de los mayores premios precisamente de eso, así que me siento en la gloria”, afirmó Carrasco este lunes en el Museo Maritim de Barcelona, donde recibió el galardón de manos de Elena Ramírez, directora editorial del sello.
Carrasco recibió la noticia a principios de enero —brocha en mano mientras pintaba el baño de su casa, como recordó Ramírez—. El acta del jurado, integrado en esta ocasión por la ganadora del año pasado, Rosario Villajos; el librero Rafael Arias, de Letras Corsarias en Salamanca; la lingüista y profesora de la Universidad de Sevilla, Lola Pons; y el poeta Pere Gimferrer, describe Elogio de las manos como “una hermosa parábola humana sobre la importancia del trabajo manual como origen último del arte”. La historia parte de la restauración de una casa en el campo andaluz que en cualquier caso está abocada a ser derribada. “Está escrita de forma transparente y sutil”, destacó Gimferrer, “narra hechos concretos con trazo simple y esencial, pero su metatexto trata de algo que fue muy estudiado en la teoría marxista: el trabajo y el origen de la obra de arte”. Como apuntó Lola Pons, “Carrasco hace un elogio de las manos escribiendo”.
En su encuentro con la prensa en el auditorio abarrotado, previo al almuerzo, el autor renegó de la idea de que la escritura sea solitaria. Para Carrasco es también una empresa colectiva al necesitar la lectura fresca de quien lee según él va trabajando. Y así agradeció a su mujer “su mirada” y al poeta andaluz Juan Álvarez su lealtad y ayuda. “Esta novela parte de una experiencia personal en la que vi una metáfora de la vida, que también se acaba, como la casa también será derribada, pero a pesar de ello nos entregamos a ella”, explicó.
En el contexto del tiempo presente “fragmentado y acelerado” en el que todo lo importante parece estar sucediendo “en otra parte” como muestran las redes sociales, Carrasco dice querer reivindicar lo que tenemos más cerca. “Hablo, sin sensiblería ni manierismo, de lo que está a mano, porque en el espacio cercano es donde sucede lo más importante de la vida”.
Carrasco no rechazó la etiqueta de heredero del realismo ni quiso marcar distancia de la España vacía. “Soy hijo de esa tradición, me he formado ahí. El hecho de que el ambiente de mis ficciones sea el medio rural no tiene que ver tanto con mis lecturas, como con que yo soy hijo de ese medio, mi visión está contaminada con ese origen”, dijo. “Vengo de una familia trabajadora. Además de sus oficios, mis padres encuadernaban libros, y hacían muchas otras cosas para sacar adelante a sus seis hijos. Las manos y el trabajo manual siempre han estado en la familia, mi padre nos daba un martillo de niños para que claváramos nosotros mismos y tardé mucho tiempo en descubrir que esto tiene que ver con la autonomía. He reunido estas piezas en este libro, pero las implicaciones de las manos para mí son muchísimas”.
La gran fiesta del sello Seix Barral también sirvió para anunciar algunos de los proyectos que emprenderán este año, como el rescate del clásico Bomarzo de Mújica Laínez con prólogo de Mariana Enríquez o los diálogos de Borges con Osvaldo Ferrari. El tradicional almuerzo, celebrado tras el anuncio del premio, reunió a escritores insignes de la editorial como Ignacio Martínez de Pisón, Enrique Vila-Matas, Agustín Fernández Mallo o Eduardo Mendoza, también a Cristina Fernández-Cubas, Rodrigo Fresán, Javier Moro o Santiago Roncagliolo, a agentes y a periodistas, en la segunda fiesta del año del grupo Planeta, tras la entrega del Nadal el pasado 6 de enero.
Babelia
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