Inteligencia artificial, salarios y pensiones, las tres claves que acabaron con la huelga de las actores
La presidenta del sindicato, Fran Drescher, y el jefe de los negociadores, Duncan Crabtree-Ireland, aseguran ante la prensa que su lucha les ha convertido en el sindicato “más poderoso” del mundo
A las tres y media de la tarde del viernes, con una hora y media de retraso y casi 48 después de anunciar que la huelga de actores tocaba a su fin, Fran Drescher, la presidenta del sindicato de actores, comparecía triunfal en la sede central de SAG-AFTRA. Llegaba a la sala de prensa del brazo de Duncan Crabtree-Ireland, el jefe de los negociadores, ambos con la sonrisa pintada en la cara y un gesto muy diferente a la dureza que reflejaban el pasado 14 de julio, cuando arrancó la huelga de intérpretes. Después de 118 días de parón, por fin había acuerdo, y había llegado el momento de desgranar cuáles eran las condiciones para sus 160.000 socios. “Empezamos esta lucha siendo el sindicato más grande del mundo y la acabamos siendo el más poderoso”, se ha congratulado Drescher.
El sindicato ya había adelantado que el acuerdo era muy satisfactorio y que había logrado beneficios en subidas de sueldo y aportaciones a los fondos de pensiones por valor de 1.000 millones de dólares (936 millones de euros). “Hemos alcanzado un convenio colectivo que permitirá a los miembros de todas las categorías de SAG-AFTRA construir unas carreras sostenibles. Muchos miles de intérpretes, ahora y en el futuro, se beneficiarán de este trabajo”, aseguraban en su comunicado. Este viernes explicaban que la junta directiva ha aprobado el acuerdo con el 86% de los votos (no lo han especificado, pero una decena de los 66 lo han rechazado). Los 160.000 actores lo votarán durante las próximas semanas, hasta el 5 de diciembre. Pero ya pueden volver, aliviados, al trabajo.
Los detalles específicos del pacto alcanzado con la Amptp (la asociación que agrupa a las grandes productoras y distribuidoras de Hollywood, como Netflix, Amazon, Universal, Paramount, Warner o Disney) no se conocerán hasta el lunes 13 de noviembre, pero los responsables han anunciado algunas de sus claves. Para empezar, se aplica de forma inmediata un aumento salarial de alrededor del 7% para los actores —el 11% para los figurantes― acompañado de otra subida del 4% en julio de 2024 y del 3,5% en julio de 2025 para ambos colectivos. Como ha afirmado Crabtree-Ireland, el pacto ha salido adelante gracias a la “solidaridad de sus miembros”.
Los actores que hayan participado en series y programas que tengan “un cierto éxito”, aunque no se especifica cuánto, que se emitan en plataformas de streaming tendrán derecho a cobrar cierto dinero (lo que en la televisión lineal se llaman regalías) gracias a un nuevo fondo de 40 millones de dólares. También habrá una mejora en los planes De salud que supondrá un aumento de 180 millones de dólares en las aportaciones durante los próximos 40 años. Con respecto a la inteligencia artificial, no han dado detalles, pero han explicado que se permitirá la creación de “réplicas digitales“ de los intérpretes por parte de los estudios siempre que sean pagadas y tengan aprobación de los clonados.
Otras cuestiones que importaban a los actores y que se han ido desgranando es que los estudios deben proporcionar coordinadores de intimidad para las secuencias de sexo. También estaba sobre la mesa la cuestión de las audiciones, que los intérpretes deben filmar ellos mismos, con rapidez y con sus recursos. Ahora los estudios pueden exigirlas con un máximo de 48 horas de antelación, tendrán que proporcionar maquillaje y peluquería en caso de que estas sean específicas y podrán pedir una grabación de un máximo de ocho páginas del guion.
“Esta victoria es la victoria de todos”, ha asegurado el jefe del comité negociador, que ha dado las gracias a los 850 voluntarios que se han volcado durante los 118 días de la huelga, y también al comité negociador, “trabajando de forma incansable durante los fines de semana y muchas largas jornadas”. También a sus “hermanos” de otros sindicatos, y a la Federación Internacional de Actores. “Esta es una lucha global, y habéis estado ahí para los miembros de SAG-AFTRA”, ha afirmado, hablando de la “increíble solidaridad“ de todos sus miembros: “Nunca he estado tan orgulloso de la comunidad de la SAG y de este logro común”.
“Empezamos este viaje en común hace dos años y medio y me siento muy honrada de esta experiencia tan increíble”, ha afirmado Drescher, que ha hablado del enorme sacrificio que ha supuesto para la gran comunidad que lidera permanecer sin trabajar durante casi cuatro meses. Las pérdidas para el Estado de California se calculan en alrededor de 6.000 millones de dólares. “Con inspiración hemos conseguido seguir adelante y lograrlo”, ha afirmado emocionada, recordando a quienes la han ayudado en estos meses, en los que afirma ha pasado por momentos de estrés que la han obligado a encerrarse en su cuarto y a mantener las reuniones por zoom acompañada de su perro. “A mis queridos padres, que me dijeron que la clase media trabajadora es la espina dorsal de EE UU y que respetara a la fuerza de trabajo de este país. Siempre fui un miembro orgullos de SAG como actriz, aunque más aún cuando entré en el órgano de gobierno”.
Drescher ha afirmado que, cuando llegó al sindicato en 2021 (acaba de ser reelegida este septiembre), se encontró con un grupo desmembrado, roto, y que su prioridad era ponerse a su servicio para reunificarlo: “Antes era un grupo partisano, dividía a los miembros de forma insana, y eso es algo que vemos a nivel general en nuestra nación. Alguien gana, pero no nosotros. Como decían los romanos: ‘Divide y vencerás“, recordaba, reconociendo que “por primera vez mucha gente sintió al sindicato como suyo propio” y que este empezó a comportarse “juntos como una familia”, aunque no sin estrés y complicaciones personales: ”Para mí fue muy estresante, muchas veces me he quedado en casa trabajando por Zoom, tirada en mi habitación, hablando con la Amptp“.
Ambos se han mostrado de acuerdo en ”el convenio colectivo tenía que cambiar”, que era el momento de mejorar las condiciones, aunque la Amptp se mostraba reticente todo el tiempo. “Duncan y yo llamamos a muchos de los consejeros delegados de la Amptp y les explicamos que necesitábamos otra fuente de ingresos, porque quienes trabajan en plataformas no tienen los mismos ingresos que los surgidos de la labor en la televisión lineal y que no podían llegar a fin de mes. Se negaron. El 14 de julio fuimos a la huelga, aunque con la esperanza de seguir hablando. Desde ese día al 3 de octubre no tuvimos noticia de la Amptp. ¿Dónde estaban? Cuando vieron un nuevo tipo de liderazgo en Duncan y en mí, tuvieron que reconocer que exigíamos respeto. Vieron que había que hacer algo o esto no saldría adelante“. Esa salida tardó 188 días en llegar y quedan flecos por cerrar. Sin embargo, ha ayudado a salir adelante a un colectivo de 160.000 personas y se ha convertido en referente para la industria del entretenimiento en el mundo entero.
Babelia
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