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El rey Felipe VI entrega a Sharon Olds el primer premio internacional de poesía Joan Margarit en Nueva York

El poeta catalán, premio Cervantes 2019, tradujo en 2018 un poemario de la autora californiana, que agradeció el galardón “como un regalo caído del cielo”

María Antonia Sánchez-Vallejo
Felipe VI entrega el premio a la poeta Sharon Olds, este jueves en el Instituto Cervantes en Nueva York.
Felipe VI entrega el premio a la poeta Sharon Olds, este jueves en el Instituto Cervantes en Nueva York.Angel Colmenares (EFE)

La entrega del primer Premio de Poesía Internacional Joan Margarit a la poeta californiana Sharon Olds, este jueves en el Instituto Cervantes de Nueva York, se convirtió en un homenaje postrero al autor catalán, fallecido hace dos años, a la par que en reconocimiento, y para muchos descubrimiento, de la trayectoria literaria de la galardonada, humilde y emocionada hasta las lágrimas. Tras hacer entrega del premio, un libro objeto de la artista Cristina Almodóvar, el rey Felipe VI recordó las palabras de Margarit, premio Cervantes y Reina Sofía de Poesía, cuando, al traducir en 2018 al castellano el poemario de Olds Stag’s Leap (El salto del ciervo), dijo que “realizar estas versiones ha significado, además de leer un buen libro de poemas, un nivel de aprendizaje importante para mi propio oficio de poeta”. El galardón, promovido por el Instituto Cervantes y la editorial La Cama Sol, aspira a difundir en el exterior el legado del autor catalán y celebrar el talento de autores destacados contemporáneos.

Así, como poesía dentro de la poesía, con ecos recíprocos de dos alientos únicos, se desarrolló un acto que contó con la asistencia del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; el economista y escritor Javier Santiso, fundador de la editorial La Cama Sol, y Mònica Margarit, hija del poeta. Se leyeron tres poemas de Margarit, en castellano, inglés y catalán; esos poemas en cuyos versos Olds dijo admirar “el humor y la arquitectura de la música”. Un vídeo con el poeta catalán recitando uno de sus poemas y otro fragmento en el que reivindica el catalán y el castellano como tronco de su ser y de su obra -”un símbolo de interculturalidad”, en palabras de García Montero-, caldeó la intimidad del ambiente, familiar y a la vez solemne.

El Rey recordó en su discurso a Nuccio Ordine, miembro del jurado que el pasado 17 de mayo concedió el galardón a Olds por unanimidad. “Quiero rendir tributo a uno de los miembros del jurado de esta primera edición, el profesor de la Universidad de Calabria y Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023, Nuccio Ordine, recientemente fallecido, gran humanista, comprometido con la educación y los valores enraizados en el pensamiento europeo más universal, unos valores que hoy, más que nunca, hemos de defender como base de la convivencia”. Don Felipe hizo un guiño a la autora al asegurar que fue precisamente gracias al premio como descubrió su obra y que desde entonces ha hallado en ella “conocimiento y lecciones de vida”; esa poesía que es “ayuda, defensa y consuelo frente a la intemperie”, dijo el Rey parafraseando a Margarit en su discurso de aceptación del Cervantes en 2020.

En el jurado del premio participaron también el director del Cervantes, la hija del poeta y Santiso, además de la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos. “Cuando recibió el Cervantes publicaba con nosotros Una mujer mayor, con Paula Rego”, dijo el editor de su relación con el autor catalán, estrechamente vinculada al nacimiento de La Cama Sol. “La poesía te invita aceptar el vacío y, si la sabes recibir, entonces dejas de llenarte de escombros”, apuntó. La poesía como algo que tira del mundo hacia arriba, “como los rascacielos de la ciudad de Nueva York”. “Porque el mundo está dominado por la horizontalidad, que no permite horizontes, y la poesía, el arte, imprime verticalidad”, subrayó Santiso. En palabras de García Montero, que citó al joven Juan Ramón Jiménez de Un poeta recién casado, sobre su experiencia en Nueva York, la poesía te hace crecer a lo alto y a lo ancho, pero sobre todo “hacia dentro”. “Que Sharon Olds haya ganado en su primera edición el premio Internacional Joan Margarit es una hermosa rima de la cultura. Se trata de una poesía que no puede hacer la digestión en la mesa de la hipocresía (...) Sharon Olds no se sienta, ni se siente, en la mesa de la mentira”, declaró García Montero.

Un poeta traductor de poetas

Olds recibió emocionada el premio con un breve discurso entrecortado en el que dijo haber recibido el galardón “como un regalo del cielo”, ella, que pocos minutos antes confesaba en un encuentro con periodistas “haber crecido leyendo cuentos de hadas”. Elogió la obra del autor catalán, que calificó de “honesta, clara y enérgica”, y glosó su estilo ante la audiencia ponderando el humor y la arquitectura de sonidos de sus versos. Merecedora del reconocimiento “por ser un referente dentro de la poesía norteamericana», además de por «su escritura no conformista y genuina», el jurado destacó su compromiso “con la verdad y la presencia despiadada de la vida en su poesía, algo que adquiere especial relevancia en tiempos de la cultura de la cancelación y en una época en la que muchos piensan que una máquina puede escribir los mismos poemas que produce el desgarro de lo humano”.

Olds creció en Berkeley (California), donde fue educada, según sus palabras, como “calvinista del fuego del infierno”. Tras estudiar en la Universidad de Stanford y doctorarse en Columbia en 1972, tenía 37 años cuando publicó su primer libro de poemas, Satan Says (Satán dice, 1980), a los que siguieron once, el más reciente de ellos Balladz (2022). En su poesía personal y emocionalmente mordaz tienen cabida tanto aspectos cotidianos de la vida familiar —en 2012 publicó Stag’s Leap (El salto del ciervo), donde relató detalles de su divorcio— como los acontecimientos políticos mundiales. Es autora de uno de los volúmenes de poesía contemporánea más vendidos: The Dead and the Living (1984), con 50.000 ejemplares, que le valió el National Book Critics Circle Award. El año pasado, Olds sumó el premio de poesía Ruth Lilly a una colección que ya contaba con el Pulitzer en EE UU y el T. S. Eliot en Inglaterra, ambos concedidos por Stag’s Leap.

En paralelo a su actividad literaria, Olds, que fue Poeta del Estado de Nueva York de 1998 a 2000, ha desarrollado una extensa carrera docente. Actualmente es profesora de Escritura Creativa en el Programa de Posgrado de la Universidad de Nueva York, donde ha creado talleres para veteranos de las guerras de Irak y Afganistán.

Joan Margarit y Sharon Olds se encontraron en un par de ocasiones en festivales. En 2018, el poeta y su nieto Eduard Lezcano tradujeron al castellano Stag’s Leap, del que Margarit afirma: “Sé que Sharon Olds es una gran poeta desde hace mucho tiempo, desde que leí por vez primera Satán dice, pero realizar estas versiones ha significado, además de leer un buen libro de poemas, un nivel de aprendizaje importante para mi propio oficio de poeta”. Margarit tradujo, entre otros, a Thomas Hardy, Rainer Maria Rilke o Elizabeth Bishop. “Él lo que hizo durante los últimos años de su vida fue traducir al catalán y el castellano a poetas que le gustaban. Trabajaba con el traductor experto en la lengua, poniendo su parte de poeta, es imposible hacerlo sin ser poeta. La traducción de Stag’s Leap la hizo con mi hijo mayor”, explicó Mònica Margarit, que recordó que a la primera convocatoria del premio “llegaron muchas candidaturas de todo el mundo, pero la de Olds estaba clara: fue la última poeta que mi padre había traducido”.

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