De Bob Wilson a Juana Dolores pasando por un funambulista: el Grec busca el equilibrio entre lo clásico y lo más innovador
La gran cita artística barcelonesa arranca el jueves con ‘The Pulse’, 24 acróbatas australianos acompañados por una coral. El director Cesc Casadesús recomienda lo que no hay que perderse
Desde un maestro internacional como Bob Wilson, que presentará su versión del clásico Ubú rey, de Jarry, teñido de tintes mironianos, a la provocación, tan de moda, de Juana Dolores, que mezcla el castillo encantado de Cenicienta de Polly Pocket con la felación en Hit me if I’m pretty, la programación del festival Grec 2023, que arranca este jueves y se extiende hasta el 30 de julio, ofrece 88 espectáculos de teatro, danza, música y otras manifestaciones artísticas. La gran cita escénica del verano en Barcelona, en su 47ª edición, busca el equilibrio entre los nombres célebres del panorama internacional (Wilson, la coreógrafa Sasha Waltz, Declan Donnellan, Dimitris Papaioannou) y las propuestas a descubrir. Se mueve entre lo clásico y lo más innovador y arriesgado, alternando también los espacios tradicionales del festival, sobre todo su sede emblemática del Teatre Grec de Montjuïc, el Lliure de la montaña, el Mercat de les Flors, el TNC o las salas privadas de la ciudad, con lugares “singulares” como el Hospital de Sant Pau, el Dipòsit del Rei Martí o la antigua cárcel reconvertida en espacio cultural La Model.
En ese sentido del equilibrio, se convierte en una gran metáfora de la programación la presencia de un funambulista, Nathan Paulin, que hará el 2 de julio un paseo aéreo sobre su slackline (cinta tensa) a 68 metros sobre el paseo de Gràcia entre el edificio Generali y el de Telefónica (350 metros que recorrerá dos veces, en ida y vuelta). El francés Paulin, considerado uno de los mejores equilibristas actuales (recorrió 2,2 kilómetros a 160 metros de altura en el Mont Saint Michel, desde una grúa), se ha puesto en manos del coreógrafo y director del Chaillot-Théâtre National de la Danse de París para su actuación, titulada Les traceurs y que conlleva un mensaje ecológico y medioambiental envuelto además en una banda sonora del músico Jean-Baptiste Julien. A diferencia de los funambulistas tradicionales, Paulin no camina sobre alambre ni utiliza vara de equilibrio. Su presencia en el Grec sirve para conmemorar el 200 aniversario del paseo de Gràcia y significará una segunda inauguración del festival (del Grec Ciudad) tras la oficial del jueves en el anfiteatro de Montjuïc con The Pulse, espectáculo circense a cargo de 24 acróbatas australianos de la compañía Gravity & Other Myths dirigidos Farcy Grant acompañados por las voces del Cor de Noies del Orfeó Català.
El director del Grec, Cesc Casadesús, muy satisfecho por lo demás, ha tenido que lidiar con el lío que le ha supuesto al festival municipal la compleja elección de nuevo alcalde de Barcelona. La campanada de Jaume Collboni cuando todo hacía prever que sería investido Xavier Trias ha supuesto tener que realizar cambios en las invitaciones y de protocolo, y de hecho, el programa va todavía con una presentación de Ada Colau como alcaldesa. “Afortunadamente, nada de eso nos ha afectado en cuanto al público y la venta anticipada va como un tiro”, explica el director, al que se ve muy tranquilo, aunque reconoce que el cambio municipal ha supuesto quebraderos de cabeza para reacomodar a los nuevos cargos y elaborar el sitting ―dónde se sienta cada autoridad― de la inauguración.
De la programación, Casadesús destaca algunas propuestas que cree que no debería perderse el espectador inquieto. Señala, por ejemplo, el musical For Evita, una astracanada musical, de Jordi Prat i Coll (Grec 27 y 28 de julio), “en un momento en que que se habla tanto del musical catalán”; o The confessions, de Alexander Zeldin, un autor británico que explica historias de nuestro tiempo, en este caso la larga y compleja vida de su madre (Lliure, 2 al 4 de julio).
Para quien quiera ver cosas diferentes y exigentes, y “salir sacudido”, también el debú en España de la brasileña Carolina Bianchi, con un espectáculo que habrá pasado antes por el festival de Aviñón: la primera entrega de la trilogia Cadela Força, del colectivo Cara de Cavalo, un mosaico de historias que tienen que ver con la violación y el femicidio (Lliure, 20 y 21 de julio). Y Riding on a cloud, del director, autor y artista visual (realizará actividades en la Filmoteca y el Macba) Rabih Mroué, que tiene como punto de partida la guerra civil libanesa y explica cómo es vivir una guerra por dentro (Lliure, 17 y 18 de julio).
El director del Grec recomienda asimismo Love to death (amor a la muerte), una creación de la plataforma de reflexión crítica Mau Mapuche que aborda temas como la problemática del pueblo mapuche, la naturaleza, la identidad femenina y el poder, con dirección del director, coreógrafo y bailarín samoano Lemi Ponifasio (fundador de Mau), uno de los nombres en alza en el panorama escénico (Lliure, 17 y 18 de julio). Otra “propuesta muy especial”, subraya Casadesús, es el Rèquiem de la llum que une al Orfeó Català y a la bailarina Marina Mascarell en una singular puesta en escena del réquiem de Fauré (Hospital de Sant Pau, 14 al 16 de julio).
El director, para el que un festival “no ha de ser una lista de la compra”, recuerda no obstante que el Grec este año no carece en absoluto de grandes nombres, de los que dan lustre popular al cartel (aunque se ha caído en el último momento el anunciado espectáculo Who killed my father de Ivo Van Hove, por una lesión del protagonista). “Son los suficientes para una programación equilibrada, y más tampoco los podíamos pagar”, admite. Ahí está Wilson, de cuyo “fantástico” Ubú se han ampliado funciones (TNC, 15 y 16 de julio). El espectáculo debía juntar los mundos de Wilson y Joan Miró, que creó toda una imaginería plástica para la inolvidable versión de la obra de Jarry que montó La Claca en 1978, pero “Miró ha quedado residual” en un montaje que es más wilsoniano que mironiano en su aproximación al grotesco y totalitario padre Ubú en tiempos de Vox.
También está la coreógrafa Sasha Waltz, por primera vez en el Grec, que ofrecerá el espectáculo creado para las ruinas de Delfos sobre Beethoven, ahora con la Séptima Sinfonía, que interpretará en directo la Orquesta del Liceo (anfiteatro, 5 y 6 de julio), con el reto de meter en el escenario a la formación.
Todo el mundo está invitado a ver, recalca Casadesús, la que será una de las propuestas más espectaculares del Grec, el cruce aéreo de Paulin. “La primera idea fue hacerlo entre las dos torres venecianas de la plaza de Espanya pero era una opción más puramente estética que ha devenido una gran convocatoria de intervención urbana y con ideas de fondo en el paseo de Gràcia”. El director apunta que reunir todos los permisos para la acción en ese espacio central de la ciudad ha sido muy complicado. La actuación se complementará con el apoyo de los integrantes del proyecto Poetas de guardia.
El director del Grec destaca también la inauguración del anfiteatro, “un espectáculo muy bonito y contundente, de ¡guau!”, que significa una gran apuesta inaugural por el circo. ¿Es una metáfora también abrir con circo después de todo el lío que ha habido con la alcaldía? Casadesús ríe. “Es una casualidad, me parece que mejor metáfora es la del funambulista para los equilibrios que va a tener que hacer Collboni”.
Más propuestas
Muchas más cosas en el Grec: La plaça del Diamant, de Mercè Rodoreda, por Carlota Subirós; La vida es sueño firmada por Donnellan, el circo metafísico de Boris Gibé y su L’absolu; Una illa, por Agrupación Señor Serrano; el Ink de Papaioannou, La Veronal con Firmamento, Sol Picó, una degustación de la adaptación de El día del watusi de Francisco Casavella por Ivan Morales, la mezcla de tarantela y bacantes de Evoé!, por Raul Refee y Maria Mazzota; Mal Pelo con Double Infinie. The bluebird call; Emma Vilarasau transformada en la monologuista Lali Symon de la mano de Sergi Belbel, Guardianes del corazón de la tierra por La Conquesta del Pol Sud…
En cuanto a la música, el Grec programa a Rufus Wainwright (anfieteatro 24 de julio), Mayte Martín (mismo espacio, 23 de julio), Joan Dausà (19 de julio) o Sílvia Pérez Cruz con Liliana Herrero y Maria Gadú (17), y varios espectáculos de hibridación en los que la música dialoga con otras artes escénicas, como el citado Evoé!
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