La liberalización de los precios de Las Ventas levanta a los aficionados de sus asientos
El exagerado aumento de las entradas sueltas impedirá la asistencia de numeroso público que no puede acceder a un abono, según distintas organizaciones
El pliego de explotación de la plaza de Las Ventas, firmado entre la Comunidad de Madrid y la empresa Plaza 1 es explícito: “El adjudicatario tendrá libertad absoluta sobre los precios para la venta de localidades al público en general para los festejos taurinos que se organicen a lo largo de la temporada”.
Esta prerrogativa ya la utilizaron Rafael García Garrido y Simón Casas, empresarios madrileños, en la pasada Feria de Otoño, y los precios subieron una media de un 50% sobre el estipulado para los abonos.
Han reincidido en San Isidro de 2023, y los ánimos de los aficionados están seriamente soliviantados ante lo que consideran un gran abuso que repercutirá muy negativamente en la asistencia de quienes por distancia o trabajo no acceden a un abono y prefieren acudir días sueltos al ciclo ferial.
Jorge Fajardo, presidente de la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid y de la Unión de Federaciones Taurinas de España, aporta tres puntos en su total desacuerdo con la decisión de la empresa.
Esta polémica decisión de Plaza 1 podría afectar a la personalidad de Las Ventas y repercutir muy negativamente en los toreros modestos
1. Hay quien no puede tener un abono por motivos laborales, pero es aficionado y va a Las Ventas cuando le permiten sus ocupaciones.
2. Muchos aficionados procedentes de distintos puntos de España se desplazaban a Madrid por la viabilidad de unos precios razonables para disfrutar de una corrida de toros en Madrid, y ahora no podrán hacerlo.
3. La decisión de la empresa no tiene en cuenta la difícil situación económica general.
“No estamos en contra de la subida de las localidades respecto al abonado”, añade Fajardo, “pero se debería haber hecho de una forma más razonable, y no aplicando estos altísimos porcentajes. La idea de Joselito El Gallo era que se construyeran plazas monumentales para que tuvieran acceso todos los públicos”.
Jesús María Fernández, presidente de la Unión de Abonados de Madrid, califica los precios sueltos de ‘desorbitados’ y añade que “a pesar de lo que dice el pliego, el Centro de Asuntos Taurinos podría haber hecho uso de su influencia ante la empresa para que se mantuviera la identidad y personalidad de la plaza de Madrid”.
Isidoro Ruiz, presidente de la Peña Taurina de Tarazona de la Mancha, muestra su indignación, y asegura que “la libertad para la fijación de precios es buena cuando existe competencia”. “¿Qué competencia tiene la Las Ventas en San Isidro?, se pregunta. Y concluye que “con esta política de precios se perderán muchísimos aficionados”.
Por su parte, la Asociación El Toro de Madrid ha remitido una carta a la Comunidad de Madrid y a la empresa de la plaza en la que analiza el planteamiento de la temporada, y en relación con el precio de las entradas sueltas dice que “se ha polarizado tanto la posibilidad de comprar entradas en Madrid que te haces abonado, o te gastas el presupuesto que antes te daba para una semana de toros en una tarde. Se acaba así con la clase media”, prosigue, “y se destruye el caladero de nuevos aficionados que eran asistentes ocasionales”.
La empresa Plaza 1 ha preferido no opinar y se remite a lo que los empresarios García Garrido y Casas han declarado sobre este asunto en distintas ocasiones, y que se resume en lo siguiente:
- La liberalización de los precios es para favorecer al abonado y motivar al público para que se abone.
- Se trata de presentar un abono muy potente con carteles muy rematados.
- Cuando hay interés en el espectáculo, la gente paga.
- La idea es emular al fútbol: las entradas a la venta de un partido interesante cuestan en taquilla el doble o el triple que al abonado.
También dijo Simón Casas que el objetivo era alcanzar los 18.000 abonados, y García Garrido añadió que cuantos más abonos se vendieran, más caras serían las entradas sueltas.
Solo se han vendido 12.703 (a esta cifra hay que añadir los 2.800 gratuitos); si el aforo actual de la plaza, según el pliego, son 22.970 localidades, está abonado el 67,50% y queda un 32,5%.
Curiosamente, muy distintas son las circunstancias que rodean a los abonados y asistentes en las ferias de Abril de Sevilla y las Fallas de Valencia.
Los abonados de la Feria de Abril no tienen ninguna ventaja respecto al precio de las entradas sueltas, y los de Fallas cuentan con un 25 por ciento de descuento
En Sevilla, por ejemplo, unos y otros pagan el mismo precio por las entradas.
Enrique Piriz, presidente de la Unión de Abonados de La Maestranza, reconoce que la fiesta de los toros es un espectáculo caro, y a ello contribuye, a su juicio, en el caso de Sevilla, la falta de transparencia de la empresa Pagés y la propiedad (Real Maestranza de Caballería). Añade que a ambos les falta afición, lo que se agrava “por el pasotismo de los clientes, que lo aceptan todo sin rechistar”. “El abonado no tiene beneficio alguno respecto al espectador eventual, pues paga la suma de cada uno de los festejos al precio de taquilla”, termina.
La empresa Pagés, por su parte, argumenta lo siguiente en relación con los precios de los últimos años: en 2011 hubo una subida referida al IPC; al año siguiente no se tocaron los precios; en 2013, otra subida del IPC; los precios se mantuvieron hasta 2017, año en que hubo una remodelación de los tendidos por obras que se realizaron, y se produjo una subida. Así se respetaron hasta 2021, que se aplicó el IPC, y desde entonces no ha habido cambios. Además, a dos de las corridas programadas en el abono se les aplica un descuento del 20%.
En el caso de Valencia, Agustín Colomar, presidente de los abonados de esa plaza, señala que los clientes fijos de la Feria de Fallas cuentan con una rebaja del 25 por ciento, si bien Nautalia, empresa gestora desde 2022, aumentó ese año los precios entre un 60 y 70 por ciento.
Colomar opina también sobre Madrid y Sevilla porque es abonado de ambas plazas.
“Los precios de las entradas en Las Ventas son exageradamente caros”, señala, “lo que ha obligado a la empresa a presentar carteles muy rematados, con la lógica repercusión negativa para los toreros modestos”. En su opinión, “San Isidro ha sido siempre una oportunidad para muchos matadores de la zona media del escalafón y este año se cierra esa oportunidad”.
Se muestra contrario, además, a los abonos gratuitos. “No me gusta que nadie vaya gratis a los toros porque se devalúa el espectáculo”, afirma, y “espero que el año próximo se le retire el abono a quien no acuda a una mayoría de festejos”.
“¿Y Sevilla? El abonado de La Maestranza no tiene ventaja alguna, y, además, es la plaza más cara de España”, concluye.
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