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El dibujo original de la portada de ‘Tintín en América’, a subasta por 2,2 millones de euros en París

Hergé creó en 1942 en tinta china la obra, que saldrá a la venta en febrero, para el tercer álbum de la serie sobre el joven reportero

El dibujo original de la edición de 1942 de 'Tintín en América', expuesto en la casa de subastas Artcurial, en París.
El dibujo original de la edición de 1942 de 'Tintín en América', expuesto en la casa de subastas Artcurial, en París.Chesnot (Getty Images)
Sara González

No es una ilustración cualquiera. El dibujo original de la tercera edición del álbum Tintín en América, que muestra al joven reportero atado a un poste de madera, se subastará el 10 de febrero del próximo año en la casa Artcurial de París. La obra, realizada en tinta china por el dibujante belga Hergé en 1942, está valorada entre 2,2 y 3,2 millones de euros.

Las subastas de dibujos de Georges Remi, Hergé (1907-1983) suelen generar mucha expectativa entre los tintinófilos. El precio récord lo tiene por ahora la portada original del quinto álbum de la saga, El loto azul, una acuarela de 1936 adquirida por un coleccionista por 3,1 millones de euros en 2021.

Dibujo original de Hergé para 'El Loto Azul'.
Dibujo original de Hergé para el álbum 'El loto azul'.HERGÉ / MOULINSART

Las obras de Hergé se han transformado en verdaderos objetos de culto. Uno de los precursores del cómic, “ejerció una enorme influencia en la mayoría de los creadores que le siguieron”, resalta por correo electrónico Philippe Goddin, uno de sus biógrafos y secretario general de la Fundación Hergé hasta 1999.

“Es muy raro encontrar la portada de un álbum de Tintín en el mercado”, añade Éric Leroy, experto en cómic de la casa de subastas Artcurial. La que está en venta, dibujada para la reedición en color de Tintín en América (1946), provoca cierta intriga.

En primer plano se ve a un amerindio enfadado que, de espaldas a Tintín, le señala con una mano mientras agarra un hacha de guerra con la otra. A unos metros, dos nativos observan la escena y Milú, el perro del joven reportero, se esconde detrás de su dueño. Aunque solo representa una parte de la historia, el dibujo revela la manera en la que trabajaba Hergé.

El artista no viajó a Estados Unidos hasta los años setenta, pero sus archivos personales demuestran que sentía una gran fascinación por ese país. De hecho, envió a casi todos sus héroes a ese lejano territorio, incluido Totor, el boy scout precursor de Tintín.

Fascinación por los pueblos nativos

Para intentar representar de manera más correcta las ciudades, escenas cotidianas y paisajes del país, el belga se sumergía en las noticias que llegaban a Europa. En los años treinta, cuando empezó a elaborar viñetas, se hablaba de gánsteres en Chicago, de Al Capone y de la Gran Depresión. En Tintín en América, el reportero está inmerso en ese mundo durante la época de la prohibición. Además, Hergé recortaba fotos de revistas —como Le Crapouillot o Vu— y las pegaba después en hojas cuidadosamente numeradas. A lo largo de los años, logró reunir una documentación “considerable”, destaca Goddin, quien publicó una monografía sobre las relaciones del autor con EE UU. Todo estaba organizado en carpetas que reposaban en un armario metálico, cuenta. En unas había imágenes de rascacielos. En otras, todo lo relativo a los amerindios: sus bailes, los campamentos donde vivían o la forma en que se vestían.

Portadas de álbumes de Tintín expuestas en la exposición que le ha dedicado el Círculo de Bellas Artes, en Madrid este año.
Portadas de álbumes de Tintín expuestas en la exposición que le ha dedicado el Círculo de Bellas Artes, en Madrid este año.©Hergé-Tintinimaginatio

Su interés por las poblaciones nativas empezó ya en la adolescencia, cuando formaba parte de los boy scouts. La organización “idealizaba” a las naciones originarias y su relación con la naturaleza, recuerda Goddin. El experto también cita la influencia de los wésterns y los relatos de su padre de Buffalo Bill, el cazador de bisontes que se hizo famoso por sus espectáculos sobre el Lejano Oeste.

Hubo también libros que marcaron su manera de retratar Estados Unidos. Escenas de la vida futura (1930), de Georges Duhamel, le ofreció una crítica a la pujante sociedad de consumo. Otro texto, de 1928, incluía retratos y detalles de los distintos pueblos indígenas.

El sueño de muchas generaciones

El dibujo que se subastará en febrero, de 46 por 32,8 centímetros, “hizo soñar a muchas generaciones de lectores”, destaca Leroy. Tintín en América es el tercer álbum de las aventuras del joven periodista y uno de los más vendidos de la serie. Se publicó en 1932, en blanco y negro. La portada cambió tres veces, por petición de la editorial Casterman.

En la primera de estas últimas se muestra a Tintín con un sombrero comiendo al aire libre mientras se acercan tres indios amenazantes. En la segunda, de 1937, se ve a un caballo bajando al galope de una montaña mientras Tintín, montado en él, trata de lanzar un lazo de vaquero. “No olvides que las orejas del caballo deben ir hacia atrás”, le recordó el hermano de Hergé cuando le pidió consejos de dibujo.

libros retirados de Canadá por racismo indígenas
Portada del libro 'Tintín en América', de 1932.JOEL SAGET (AFP)

La última portada se realizó con el objetivo de atraer al lector porque, al final, el álbum se centró más en el modernismo desenfrenado de Estados Unidos y los bandidos de Chicago. Pero Hergé siempre quiso ir más lejos. A finales de los años cincuenta, empezó a idear un nuevo proyecto para llevar a Tintín con los sioux. Nunca lo terminó.

Cuando Hergé viajó por fin a Estados Unidos en 1971, su mirada cambió. En una entrevista aseguró incluso que el álbum había sido “fallido” y se disculpó por haberse dejado llevar “por el ambiente y las ideas generales de la época”.

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