Alarma en las artes escénicas por el nuevo retraso en la resolución de las ayudas europeas

Tras una prórroga, otra. Por segunda vez el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto Nacional de las Artes y de la Música (Inaem), amplió este miércoles el plazo de resolución de las ayudas públicas para “la modernización de las estructuras de gestión artística en el ámbito de las artes escénicas y la música” correspondientes al año 2021, que proceden de los fondos europeos para la recuperación. El anuncio repentino, cuando faltan cuatro días para que expire la primera prórroga, unido al nuevo retraso han generado una mezcla de sorpresa, alarma y preocupación en algunas asociaciones profesionales porque a estas alturas del año todavía no se sabe qué empresas entre las que lo han solicitado van a ser beneficiarias de los casi 18 millones de euros consignados en esta partida. La nueva prórroga es de tres meses, aunque fuentes del Inaem han asegurado a EL PAÍS que no se va a agotar el plazo y que se ha establecido ese periodo por cuestiones puramente administrativas. Afirman que esperan resolverlo mucho antes, poco después de la fecha prevista en la primera prórroga.

El problema clave parte del léxico. La anterior ampliación alargaba los tiempos tanto para la concesión de las ayudas como para la realización de los proyectos. Esta vez, en cambio, la palabra “ejecución” no aparece. Por lo tanto, muchas compañías temen sumar a la incertidumbre sobre si recibirán o no las ayudas la paradoja de deber aplicarlas a toda prisa. Y no solo: en los próximos meses está previsto que se abra la convocatoria para que las empresas de danza, teatro y música se apunten a los fondos de 2022. Es decir, la segunda fase del programa europeo puede comenzar cuando aún no se sabe qué sucedió con la primera.

De ahí que Valeria Cosi, presidenta de Feced (Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza), haya enviado este jueves una carta al ministerio, que firman siete asociaciones profesionales, donde señala, entre otras cosas: “Como conocen perfectamente, las compañías no tienen la capacidad económica y financiera suficiente para acometer y completar la ejecución de los proyectos presentados sin el apoyo económico de estas ayudas, por lo que continuar, por su parte, con su ejecución y los costes que llevan aparejados sin conocer si efectivamente han resultado beneficiarias de la ayuda es del todo inasumible. Si no se amplían los plazos de ejecución y de justificación de estas ayudas, la mayoría de las compañías y estructuras solicitantes tendrán que renunciar a ellas”. Al teléfono, Cosi agrega que parte del sector de la danza ha recibido con “rabia e indignación” la nueva prórroga. Y detalla que los fondos europeos, a priori, deben servir justamente para fortalecer una estructura que en su mayoría consiste en “autónomos con epígrafe empresarial”. Sin embargo, por su propia fragilidad económica, son los que menos pueden permitirse afrontar un riesgo económico sin saber si será respaldado por una subvención. De ahí que, en una perversa pescadilla que se muerde la cola, muchos tengan que paralizar sus iniciativas a la espera de una respuesta.

Y eso que la primera prolongación del plazo, en realidad, buscaba acoger una petición de muchas compañías, preocupadas porque la falta de personal del Inaem hiciera imposible resolver buena parte de las solicitudes en los tiempos previstos. La segunda prórroga, sin embargo, ha generado más preocupación que alivio.

Jesús Cimarro, presidente de Faeteda (Federación de Empresas de Teatro y Danza), confirma que hay preocupación en el sector, aunque afirma que confía en que a mediados de noviembre estén publicadas las resoluciones, según le han prometido hoy en el Inaem. “Si se cumple ese plazo, habrá tiempo suficiente para ejecutar las compras antes de que acabe el plazo el 31 de diciembre. Además, se podrán justificar hasta el 28 de febrero del año que viene. Entendemos que al ser la primera vez que se convocan estas ayudas, la tramitación es más compleja”, apunta.

La nueva prórroga, firmada por el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música, Joan Francesc Marco, alega varias razones para justificar la nueva prolongación: entre otras, afirma que el proceso requiere “un elevado volumen de recursos humanos y materiales”; que la petición de informes ha “conllevado una demora”; también se refiere a “la novedad de la convocatoria”, la cantidad de proyectos presentados (unos 1.800) y los controles que impone la Unión Europea. Y, finalmente, reconoce “una serie de incidencias técnicas en la sede electrónica”.