Nuevas editoriales nacidas en pandemia renuevan el mercado del libro en España

Sin la pandemia no se hubiera atrevido a lanzar su editorial, explica al teléfono Juan Pablo Díaz Chorne (Buenos Aires, 1975). Su sello Muñeca Infinita, que arrancó en Madrid en noviembre de 2021, lleva la covid en su ADN, en más de un sentido. El estado de alarma de marzo de 2020 provocó una reducción de plantilla en Ivory Press que afectó directamente a Díaz Chorne y le impulsó a tomar una decisión que ya le rondaba. “Llevo años trabajando en el sector y sé lo fácil que es hoy montar una editorial, no como antes, y lo difícil que es que sobreviva”, apunta. Su proyecto, para el que cuenta con un mínimo equipo de maquetadora y editor de mesa y en el que él es el único inversor, prevé sacar unos siete títulos al año. “Es la manera de cuidar cada libro mucho y tratar de crear esa comunidad de interés que los editores independientes necesitamos”, señala. Por el momento, Muñeca Infinita se ha centrado en rescates de autoras como Jo Ann Beard o Dorothy Gallagher. Los cinco títulos en su catálogo están firmados por autoras, pero dice que esa veta de libros de memorias y literatura de mujeres simplemente ha coincidido con textos que le han interesado y que pensaba que podían funcionar.

En Cádiz, Javier Vela y María Alcantarilla sortearon lo que él define como el “contexto cambiante e inestable” que arrancó en la primavera de 2020 con el confinamiento y decidieron poner en marcha Firmamento en abril de 2021. Su editorial, explica Vela, es de ficción narrativa y documental, de poesía y ensayo literario. “El proyecto es consecuencia de ese tiempo de reflexión que vino con la pandemia. En esos meses maduró y el parón general nos permitió afinar el catálogo y la propuesta editorial”, aclara. Su idea es que el 30% del catálogo sean recuperaciones de autores europeos y latinoamericanos. De los 21 títulos que lo conforman hasta el momento El despertar del azar de la autora costarricense Julieta Pinto, Apariciones de Margo Glantz y los aforismos reunidos del gaditano Carlos Edmundo de Ory en Aerolitos completos se cuentan entre lo que mejor ha funcionado, asegura el cofundador de Firmamento, y destaca a un autor argentino, Mike Wilson, desconocido en España hasta ahora y que curiosamente ha sido editado este año también por Lastarria y De Mora, otro de los sellos aparecidos en 2022.

Periodista cultural del diario Mercurio y editor, Pedro Pablo Guerrero había montado hacía 10 años con otros dos socios el sello Lastarria en Chile, dedicado al rescate de títulos literarios y libros de historia de autores chilenos del siglo XIX y comienzos del XX. En el verano de 2020 aterrizó con su mujer, la también editora Alicia Simmross, en España con el plan de abrir aquí una editorial centrada en narrativa contemporánea latinoamericana.

“Conozco a la mayoría de los escritores que estamos sacando, como a Wilson, autor del primer título que publicamos, y es ese perfil de autores que ya han conquistado a la crítica o ganado premios en sus países de origen, pero que no están en el mainstream, ni son tan conocidos, como digamos Alejandro Zambra o Paulina Flores, lo que buscamos”, destaca Guerrero, y menciona la novela Tony Ninguno de Andrés Montero, que se alzó con el premio de novela iberoamericana Elena Poniatowska hace un lustro. En el master de escritura creativa de la Pompeu Fabra encontró a Carolina Brown, con quien organizaron las dos primeras presentaciones públicas del sello. Así que a pesar del retraso burocrático que acarreó la covid, Guerrero y Simmross lograron tener los papeles en regla en la primavera de 2021 y poner en marcha Lastarria y De Mora en Boecillas (Valladolid), tal y como habían planeado, puesto que Simmross procede de allí. Quieren sacar 12 títulos al año, y entre las novedades que tienen previstas, Guerrero destaca la más inminente que aparecerá a finales de agosto, el ensayo Jane Austen y la elegancia del pensamiento, que José Donoso escribió en 1951 como trabajo final de su licenciatura en Princeton, que fue descubierto por Cecilia García-Huidobro y editado el año pasado en Chile.

Conscientes de que no están solos en el rescate y difusión editorial de autores latinoamericanos en España, los editores de Lastarria y De Mora han promovido unas jornadas en torno a este tema el próximo octubre en Casa de América de Madrid en las que participarán cerca de 30 autores y casi dos docenas de sellos. “Queremos establecer una conversación y conocernos”, señala Guerrero, quien reconoce que el interés al otro lado del Atlántico por autores españoles que no están consagrados, como Javier Marías o Fernando Aramburu, es escaso. En referencia a esto, el editor Guillermo Quijas aduce que, aunque hay una mayor presencia de editoriales y autores españoles en México que a la inversa, cuesta que se lea a estos escritores, “es difícil”.

Quijas lleva 15 años con el sello Almadía y asegura que siempre estuvo en los planes de la editorial salir fuera de México, aunque primero debían consolidarse allí. “En marzo de 2020 teníamos todo organizado para viajar a España y cerrar los acuerdos con las imprentas y distribuidores”, recuerda. Hubo que parar, y dos años después al fin lo lograron. “Los buenos números de ventas de libros de 2021 en España afianzaron la idea de que había que lanzarlo, aunque en México la caída en pandemia fue brutal y se dejó de vender cerca del 40%. Pero habíamos logrado reunir el dinero para abrir en España”, cuenta Quijas.

En 2023 tiene previsto trasladarse a vivir a Madrid y cuenta para la aventura peninsular con apoyo de inversores de Oaxaca que ya residen en España. “Queremos hacer impresiones locales en México, España y el Cono Sur, es decir, contar con imprentas en los distintos países para que los libros no tengan que viajar y poder reducir costes”, explica. “Nuestro perfil es muy latinoamericano, pero en España sacaremos más traducciones de distintos idiomas y autores españoles hasta sumar 10-12 títulos por año. Combinamos reimpresiones de libros de nuestro catálogo con novedades”. La buena recepción por parte de los libreros de la colombiana Vanessa Londoño esta primavera afianzó sus perspectivas, pero Quijas adelanta con prudencia que su proyección es “modesta”: se plantean el proyecto de Almadía en España como un plan a largo plazo.

“Es más hijo de pandemia que nacido en pandemia”, puntualiza Sonia López sobre el sello Barbarie, que ella sola ha montado en Madrid y con el que planea sacar unos 4 títulos al año, aunque este 2022 serán dos. El primero, 259 saltos, uno inmortal de la argentina Alicia Kozameh, llegó a las librerías en marzo. Consciente de que un número tan reducido de títulos a menudo resulta más caro, López, jerezana de 37 años, superviviente de dos crisis financieras, asegura que solo aspira a mantenerse a flote y tratar de emplear materiales y procesos sostenibles.

Casi en el otro extremo del arco se encuentra Contraluz, el sello dirigido por Fernando Paz y perteneciente a Anaya que despegó en 2021. “Era algo que faltaba en el grupo y no ha sido consecuencia de la covid, aunque la pandemia no hundió el plan que venía de más atrás. Nos centramos sobre todo en autores españoles para el gran público como Inma Chacón, Pablo Carbonell o Guillermo Fesser”.

A la espera de las cifras de este año, el número de editoriales privadas y agremiadas en 2021 aumentó ligeramente en España con ocho nuevos sellos, una subida del 1,1% del total, según el último informe del Gremio de Editores. Superada la pandemia, los nuevos actores recién aterrizados tendrán que lidiar con la inflación y abrirse hueco en las ya atestadas mesas de novedades. Quizá aborden nuevos modelos como el de la librera neoyorquina Sarah McNally que durante el confinamiento decidió poner en marcha un nuevo sello editorial, McNally Editions, que ofrece la posibilidad de subscribirse para recibir ocho libros al año, aunque los libros también están en las tiendas de EE UU. Nuevos viejos modelos para lo que está por venir.