‘La ciudad perdida’, digna comedia de aventuras con tono paródico
No la juzguen por su cartel, por su tráiler y por su aspecto; estamos ante una película decente, en un registro en el que Sandra Bullock ya tiene amplia experiencia
En un momento de reposo en la acción de La ciudad perdida, el personaje de Channing Tatum replica al de Sandra Bullock: “Nunca deberías juzgar un libro por su exterior”. Una frase que le sirve para aclarar dos aspectos intrínsecos del relato: primero, el hecho de que ella escribe novelas de evasión con infectas portadas, de aventuras románticas subidas de tono que quizá escondan un honrado entretenimiento que hace feliz a cierta gente, y de las que “no hay que por qué avergonzarse”; y segundo, que él, imagen masculina de esas cubiertas tan horteras, musculitos de gimnasio y encefalograma plano, es posible que tampoco sea el completo idiota que parece desde fuera.
A esos dos aspectos hay que añadir otro, este de carácter extrínseco: ¿y si se está refiriendo también al horrendo póster de La ciudad perdida y a su calculada imagen de vulgar producción de saldo? De modo que, tras ver la película, la consecuencia es clara: no la juzguen por su cartel, por su tráiler y por su aspecto; estamos ante una digna comedia de aventuras de corte paródico, un registro en el que Bullock ya tiene amplia experiencia, pues la película vendría a ser al cine de aventuras lo que Miss Agente Especial al policiaco. Una desmitificación comercial de usar y tirar que, partiendo del arquetipo de la extraña pareja de aventureros, de la tensión sexual no resuelta, del escenario exótico y de la búsqueda de un tesoro mientras las fuerzas del mal enturbian el jolgorio, alcanza un territorio bastante más chorra que el de la saga de Indiana Jones, e incluso que el del díptico de Robert Zemeckis formado por Tras el corazón verde y La joya del Nilo.
De primeras, la presencia en las carteleras de una superproducción así no hace sino confirmar el enésimo réquiem por el cine de aventuras adulto. Ya (casi) no se hacen películas como La reina de África, la madre de todos los relatos de correrías históricas con pareja de características personales radicalmente opuestas. De hecho, que la presente producción, dirigida por los hermanos Aaron y Adam Nee, mejores en el apartado de guion que en la puesta en escena, se titule casi igual que la última gran película americana de aventuras adultas, Z, la ciudad perdida (2016), de James Gray, éxito de crítica que no muchos espectadores vieron, subraya aún más la triste dicotomía entre lo que quiere Hollywood y lo que demandamos los fanáticos de la aventura clásica.
Sin embargo, puestos a morir, mejor hacerlo con una notable película de aventuras de parque de atracciones como la reciente Jungle Cruise, o con una respetable comedia desprejuiciada como esta. El cuarto de hora de colaboración especial de Brad Pitt es magnífico: de escritura, tono y acción. Daniel Radcliffe ha logrado a los 32 años lo que Richard Attenborough hizo con 70: ser el perfecto iluminado al que se le va la cabeza con su pasión. Bullock siempre fue buena en el slapstick y en la comedia física. Y Tatum, ya lo demostró en la formidable Foxcatcher, es mucho más que un cuerpo.
La ciudad perdida tiene bajones, el final de pura aventura es de una casi insultante tosquedad y ciertas conversaciones de lucha de sexos se alargan demasiado. Pero es imposible cargar contra ella porque, en el fondo, es sincera. No la juzguemos por su exterior.
La ciudad perdida
Dirección: Aaron Nee, Adam Nee.
Intérpretes: Sandra Bullock, Channing Tatum, Daniel Radcliffe, Brad Pitt.
Género: aventura. EE UU, 2022.
Duración: 110 minutos.
Estreno: 13 de abril.
Babelia
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