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Los jóvenes podrán disfrutar del bono cultural a partir de junio a través de una tarjeta prepago virtual

El Consejo de Ministros aprueba una medida que beneficiará a unas 500.000 personas que cumplen 18 años en 2022 junto con un nuevo “contrato laboral artístico”

Fachada del Teatro Español, en Madrid.
Fachada del Teatro Español, en Madrid.Getty Images
Manuel Morales

Una tarjeta prepago virtual con 400 euros para gastar en cultura que se abonará en un único pago a partir de junio. Ese es el formato anunciado este martes por el Gobierno para el Bono Cultural Joven, que podrán disfrutar quienes cumplan 18 años en 2022, unas 500.000 personas, según las estimaciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Como estaba previsto, el Consejo de Ministros ha aprobado esta medida, de la que ha informado en rueda de prensa la ministra portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, quien ha precisado que la cantidad destinada será de 210 millones de euros, una partida incluida en los Presupuestos Generales del Estado de este año.

De esos 400 euros, la mitad podrá gastarse en una amplia categoría de opciones, que van desde “entradas y abonos para artes escénicas, música en directo, cine, museos, bibliotecas, exposiciones y festivales escénicos, literarios, musicales o audiovisuales”, según el real decreto aprobado. Otros 100 euros serán para soportes físicos, como libros; revistas, prensa, u otras publicaciones periódicas; así como videojuegos, partituras musicales, discos, CD, DVD o Blu-ray. Finalmente, los 100 restantes tendrán como destino “el consumo digital o en línea: suscripciones y alquileres a plataformas musicales, de lectura o audiolectura, o audiovisuales, compra de audiolibros o de libros digitales, suscripción para descarga de archivos multimedia (podcasts), suscripciones a videojuegos en línea, o a prensa digital, revistas u otras publicaciones periódicas. Las suscripciones estarán limitadas a un máximo de cuatro meses”.

El objetivo del bono, que anunció Sánchez en octubre, es, por un lado, “generar entre los jóvenes el hábito de consumo de productos culturales” y, por otro, ayudar al maltrecho sector cultural “tras el negativo impacto causado por la pandemia”. En la redacción del real decreto, el Ministerio de Cultura y Deporte “ha seguido la experiencia de otros países, como Francia [donde el bono es de 300 euros] y en Italia [500], que también fijan la edad de sus beneficiarios en los 18 años, al considerar que la mayoría de edad implica la posibilidad de inaugurar una autonomía en lo que respecta a sus decisiones en el ámbito cultural”, ha añadido la nota del departamento que dirige Miquel Iceta.

El texto también precisa las actividades que quedan excluidas del Bono Cultural Joven: “La adquisición de productos de papelería; libros de texto curriculares, ya sean impresos o digitales; equipos, software, hardware y consumibles de informática y electrónica; material artístico, instrumentos musicales, espectáculos deportivos y taurinos; moda y gastronomía”. No cubrirá asimismo la adquisición de productos que hayan sido “calificados como X o pornográficos”.

Para los jóvenes que quieran beneficiarse de esta medida se desarrollará una plataforma tecnológica en la que podrán presentar sus solicitudes, “que se tramitarán por orden de presentación”. Una vez concedida la ayuda, se abonará “el importe en un único pago, en formato de tarjeta prepago virtual nominal, que estará identificada con un número y con la identidad del beneficiario”. La vigencia de esta ayuda es de 12 meses desde su concesión. En el caso de que el beneficiario no disponga de dispositivo móvil compatible con la tarjeta virtual, “excepcionalmente se podrá emitir una tarjeta física”, se añade. El bono será compatible con otras ayudas o subvenciones de otras Administraciones. Por último, se especifica que las entidades interesadas en proporcionar este servicio deberán solicitarlo cuando se publique la pertinente convocatoria.

El otro anuncio importante del día en la política cultural se refiere a una cuestión que lleva más tiempo pendiente, la creación de un nuevo “contrato laboral artístico”, encuadrado en el Estatuto del Artista. Rodríguez ha indicado que se trata de establecer “una relación laboral especial, que se adapta a la legislación para modernizar el concepto de actividad artística”. Así, en un colectivo que suele estar condicionado por trabajos intermitentes y de corta duración, la ministra portavoz ha subrayado que “por primera vez se integra en el Estatuto del Artista a las personas que trabajan en actividades técnicas y auxiliares, que no pertenezcan a la estructura fija de las empresas del sector, para reconocer los derechos de un colectivo que ha sufrido particularmente las consecuencias de la pandemia y que también ha estado muy afectado por la contratación fraudulenta”. El fin del Gobierno es “combatir la precariedad y la concatenación de contratos de temporada para transformarlos en indefinidos”. Otro aspecto que se mejora la indemnización cuando finalice un contrato, que para todos los colectivos será de 12 días, pero que podrán alcanzar los 20 cuando la relación laboral supere los 18 meses.

El concepto de actividad artística, en línea con los nuevos tiempos, cambia: ahora se mencionan como del “ámbito de las artes escénicas, audiovisuales y musicales, eliminando el concepto desfasado de artistas en espectáculos públicos”. También recogerá la legislación “las expresiones artísticas en el entorno web” y las nuevas fórmulas de difusión, como el streaming, la difusión en línea o el podcast.

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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