Muere Gaspard Ulliel, estrella discreta del cine francés, tras un accidente de esquí a los 37 años
El ganador de dos premios César, protagonista de películas como ‘Saint Laurent’ y ‘Hannibal, el origen del mal’, estaba hospitalizado después de haber sufrido un traumatismo craneal
El actor francés Gaspard Ulliel ha fallecido este miércoles a los 37 años, un día después de haber sufrido un accidente de esquí en la estación de La Rosière, en los Alpes, donde era habitual en los meses de invierno. Ulliel fue trasladado en helicóptero a un hospital de Grenoble tras un choque con otro esquiador en el cruce entre dos pistas azules que le produjo un grave traumatismo craneal. Así termina la trayectoria, breve pero intensa, de esta estrella discreta del cine francés, ganador de dos premios César y popular por sus interpretaciones en Saint Laurent y en Hannibal, el origen del mal, que tras unos inicios meteóricos decidió privilegiar los papeles de envergadura en proyectos de autor y se alejó de los taquillazos sin sustancia que le proponían sin cesar.
Nacido en 1984 en Boulogne-Billancourt, en la periferia de París, Ulliel había interpretado pequeños papeles en El pacto de los lobos y Besen a quien quieran cuando André Téchiné lo escogió para protagonizar Fugitivos (2003) al lado de una estrella como Emmanuelle Béart. Terminaría de saltar a la fama con Largo domingo de noviazgo (2004), la primera película de Jean-Pierre Jeunet tras el gran éxito de Amélie, por la que Ulliel ganó el César al mejor actor revelación (en la que ya era su tercera candidatura). Poco después, rodó un capítulo de Paris, je t’aime (2006) con su admirado Gus Van Sant y luego dio el salto al cine en inglés con Hannibal, el origen del mal (2007), precuela donde interpretaba al protagonista de El silencio de los corderos durante su juventud. Esos comienzos apoteósicos en el cine vinieron seguidos de un periodo más difícil, en el que no le llovieron los papeles que esperaba. “Hacia los 25 años, todo se complicó. Era demasiado joven para hacer de adulto, pero demasiado viejo para seguir haciendo de adolescente”, confesaba Ulliel en una entrevista publicada en Icon en 2015.
Demasiado imberbe para hacer de padre, demasiado apuesto para interpretar al vecino de al lado y poco dispuesto a figurar en esas comedias dramáticas que tanto se estilan en el cine francés, Ulliel quedó algo desdibujado. Volvió a encontrar el buen camino con dos directores que supieron sacar provecho al erotismo turbio que emanaba de su rostro animal, gobernado por la cicatriz que un mordisco de un dóberman le dejó, a los seis años, en su mejilla izquierda. El primero fue Bertrand Bonello, que le regaló el papel protagonista de Saint Laurent (2014), biopic del gran modisto francés al que se opuso con vehemencia su viudo, Pierre Bergé. El personaje iba como anillo al dedo a Ulliel por su relativo parecido físico con Saint Laurent, pero también por ser hijo de dos diseñadores de moda: su madre trabajó con Martine Sitbon y su padre se dedica a crear colecciones de ropa deportiva. Su segundo salvador sería el canadiense Xavier Dolan con Solo el fin del mundo (2016), donde interpretaba al alter ego del dramaturgo Jean-Luc Lagarce, un joven que vuelve a visitar a su familia para anunciarle que padece una enfermedad terminal. Por ella, Ulliel ganaría su segundo César, esta vez como actor protagonista.
La popularidad del intérprete, padre de un niño de seis años junto a la modelo Gaëlle Pietri, también respondía a sus trabajos en la publicidad. De joven, Ulliel fue imagen de la marca Longchamp junto a Kate Moss, aunque su mayor incursión en el mundo del lujo fue la campaña del perfume Bleu de Chanel en sucesivos anuncios dirigidos por Martin Scorsese, James Gray y Steve McQueen. Aun así, su carrera internacional nunca despegó del todo. Intentó aprovechar el tirón de Hannibal, pero la experiencia no fue fructífera y terminó dejando Los Ángeles para volver a París, donde volvió a conectar con el cine de autor. En las últimas dos décadas, Ulliel rodó con directores como Rithy Panh (Un dique contra el Pacífico, adaptación de Marguerite Duras con Isabelle Huppert), Bertrand Tavernier (La princesa de Montpensier), Pierre Schoeller (Un pueblo y su rey), Justine Triet (El reflejo de Sibyl), Stéphanie Di Gusto (La bailarina), Guillaume Nicloux (Los confines del mundo, al lado de Gérard Dépardieu) o Benoît Jacquot (Eva, de nuevo con Huppert).
En 2021, Ulliel regresó a Estados Unidos para rodar la serie Caballero Luna, que se estrenará en marzo en Disney+ y en la que comparte protagonismo con Oscar Isaac y Ethan Hawke. Será la extraña despedida de un intérprete que siempre mantuvo una relación algo torturada con la fama. “Un chófer te viene a buscar cada mañana, te visten como si fueras un niño pequeño y te traen galletitas sin ni siquiera pedirlas. Cuando el rodaje termina, te sientes completamente perdido”, sostenía. Ulliel se siguió buscando a sí mismo hasta el último momento. “Uno corre detrás de sí mismo toda su vida. Uno debe ponerse en duda a sí mismo sin cesar. Puede que el único momento en el que estemos en paz con nosotros mismos sea justo antes de la muerte”, afirmó en 2015.
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