‘Eternals’, un extravagante combinado de Marvel y Chloé Zhao
Los cómics de los Eternos nunca formaron parte de la aristocracia de la casa, y la elección de la directora parece parte de la apuesta por la diversidad
Dos hechos distantes marcan la nueva película de Marvel, Eternals, la segunda en menos de un mes tras el triunfo comercial de la vulgar Venom: habrá matanza. El primero, que, según los especialistas, los cómics de los Eternos, creados por Jack Kirby en los años setenta y recuperados por Neil Gaiman en 2006, nunca formaron parte de la aristocracia de la casa ni fueron un éxito siquiera consolidado. Segundo, que al frente del proyecto, como directora y coguionista de la última versión del libreto, está Chloé Zhao, ganadora del Oscar a la mejor película y a la mejor dirección en la pasada edición de los Oscar, y autora de un cine en las antípodas en objetivo y estilo a las producciones de superhéroes, en un caso sin parangón en el cine estadounidense. El salto desde las muy sociales, austeras, humildes y en parte documentales —pues estaban representadas por intérpretes no profesionales en la mayoría del reparto— The Rider (2017) y Nomadland (2020), hasta el mastodonte de efectos especiales, fantasía y costo de Eternals es abismal. No se recuerda un giro de tal calibre en la historia del cine.
Pero, ¿por qué razón alguien como Zhao, afianzada en la élite del arte de autor americano, decide aceptar una oferta tan extravagante como la de Marvel? Y, más allá, ¿cuáles son las intenciones de la poderosa casa de los superhéroes, parte integrante además del aún más opulento imperio de Disney, para reclutar a la directora? En el primer caso, aparte del dinero, consustancial y quizá siempre relevante y comprensible, está el reto; eso sí, también el riesgo. En el segundo caso, de nuevo con lo temerario por delante, quizá se encuentren los muy llamativos esfuerzos de Marvel por la diversidad, tanto en cuestión de género como de multiculturalismo. Aunque, por ahí quizá pida paso una razón algo más etérea y poco demostrable: la de dar carta de legitimidad, relumbrón de qualité y de entidad artística, a una película que por sí sola estaría lejos de semejantes apelativos. Y el hecho de que alguien también tan alejado del sello Marvel como la argentina Lucrecia Martel recibiera hace unos años una propuesta semejante para componer Viuda negra puede confirmar la teoría.
Con independencia de todo lo anterior, extrínseco en principio, pero seguramente significativo, Eternals es una película pomposa y plomiza de más de dos horas y media. Una odisea cósmica sobre el origen de la humanidad, muy relacionada con la cultura greco-romana de los dioses y sus mitos, desarrollada a partir de una farragosa estructura anclada en algunos de los grandes acontecimientos y civilizaciones de la historia de la humanidad. Todo ello con un plantel de intérpretes y de personajes muy medido en cuestión de género, raza, opción sexual y cultura. Tan ajustado que parece más organizado por un algoritmo que por una mente libre y pensante.
Las secuencias de acción resultan planas y casi ingenuas en comparación con las más espectaculares películas de Marvel, y aunque Zhao parece menos incómoda en las secuencias de clímax sentimental y el relato mejore en su segunda mitad, a este trecho se llega ya con el agua al cuello por la losa irrelevante y grandilocuente de la primera hora y media, por esa imagen de new age espiritual, y por esa elementalísima filosofía humanista sobre el libre albedrío.
ETERNALS
Dirección: Chloé Zhao.
Intérpretes: Gemma Chan, Angelina Jolie, Richard Madden, Bryan Tyree Henry, Salma Hayek.
Género: fantástico. EE UU, 2021.
Duración: 157 minutos.
Babelia
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