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Una síntesis mordaz de la esperpéntica corrupción valenciana del PP: “Si me votáis, tendréis un Ferrari”

El libro ‘La ciudad de la euforia’, del periodista Rodrigo Terrasa, recorre los escándalos de la trayectoria de políticos como Eduardo Zaplana, Carlos Fabra, Francisco Camps o Rita Barberá

La Ciudad de las Ciencias de Valencia para la misa del papa Benedicto XVI en 2006.
La Ciudad de las Ciencias de Valencia para la misa del papa Benedicto XVI en 2006.
Ferran Bono

De tan grotescos e inverosímiles pueden parecer una exageración, una deformación de la realidad, un esperpento de Valle-Inclán. Si, además, los casos de corrupción más llamativos detectados durante el mandato del PP en las principales instituciones de la Comunidad Valenciana entre 1995 y 2015, se relatan con ánimo mordaz, uno detrás de otro o mezclándolos a través de sus vasos comunicantes, se corre el riesgo de caer en la parodia. Pero son todos muy reales. Por eso, el periodista Rodrigo Terrasa inserta los testimonios personales de testigos protegidos de la Agencia Valenciana Antifraude que han denunciado prácticas corruptas en su reciente libro La ciudad de la euforia. Una hipótesis de la mafia (Libros del KO), un recorrido vertiginoso por los escándalos de un periodo político que se sigue juzgando en los tribunales.

El virulento acoso al que han sido sometidos esos testigos por no participar en el negocio constituye un brutal contrapunto a las carcajadas del público de los mítines por el desparpajo del expresidente de la Diputación de Valencia (“Yo tenía un Ferrari y no querían que lo tuviera. (...) Pero yo os digo: si me votáis, todos tendréis uno”), el procesado Alfonso Rus, al que grabaron supuestamente contando billetes en el coche; la habilidad del condenado Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón, para divertir a sus invitados con sus chistes verdes (como el matrimonio Aznar), o la justificación del pago de prostitutas con la contratación de “traductoras rumanas” a través de la depuradora de Valencia, en la que se saquearon más de 20 millones de euros.

El escritor Rodrigo Terrasa en su domicilio en Madrid, el pasado martes.
El escritor Rodrigo Terrasa en su domicilio en Madrid, el pasado martes. Santi Burgos

“Yo quería que el libro tuviera mucho color, no que fuera un retrato judicial”, explica el autor valenciano, de 43 años, “contar esas reuniones del empresario Enrique Ortiz con Sonia Castedo [exalcaldesa de Alicante] en el yate, retratar situaciones y los personajes secundarios”. “Tenía muy clara la intención mordaz y quería que el libro fuera divertido, pero temía resultar frívolo. Es verdad que corrupción ha habido en muchos otros sitios, y tal vez con casos más graves, pero en Valencia tiene ingredientes muy especiales con personajes como El Bigotes que envía la Gürtel o como Marcos Benavent [procesado en la trama Taula], que se arrepiente y se declara un yonki del dinero. Por eso introduje los testimonios anónimos con el consentimiento de los mismos y sin identificar, claro”, apunta.

La idea de escribir sobre la materia le surgió entrevistando al escritor valenciano Ferran Torrent, que se ha inspirado en algunos casos de corrupción. “Cuando le pregunté por qué empleaba la ficción, me contestó que si contáramos la verdad, nadie se la creería. Entonces empecé a colaborar en un proyecto de serie como The Wire a la valenciana y a recopilar documentación, pero se frustró y ha acabado siendo un libro”, relata el periodista del periódico El Mundo, que desempeñó su labor en Valencia hasta 2015 y cubrió varios casos. “Al venir a trabajar a Madrid, contaba cosas de los escándalos de Valencia, de Francisco Camps [expresidente de la Generalitat] y su amiguito del alma, El Bigotes, y la gente alucinaba porque la realidad era increíble, aunque los valencianos ya la tuviéramos interiorizada”, comenta. El libro, que ha redactado durante la pandemia, se suma a otros títulos y también películas y series que han retratado o se han inspirado completa o parcialmente en la corrupción valenciana.

Los sumarios, las noticias de diversos medios y las escuchas policiales son las principales fuentes de este ejercicio de síntesis de los escándalos por el que desfilan políticos como el expresidente Eduardo Zaplana (investigado), la exalcaldesa Rita Barberá (fallecida en 2016), el exvicepresidente Juan Cotino (muerto en 2020) o la exconsejera Milagrosa Martínez, condenada a prisión, al igual que el exconsejero Rafael Blasco, casado con Consuelo Ciscar, condenada por usar los recursos del museo que dirigía, el IVAM, para beneficiar la carrera de su hijo artista. También se destripan casos como la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006, que la trama Gürtel aprovechó para sacar tajada, los sobrecostes de las obras de Santiago Calatrava o el enchufismo y la manipulación generalizada en la antigua televisión valenciana Canal 9, incluidas sendas denuncias de abusos sexuales contra uno de sus mandamases, el exdirigente del PP Vicente Sanz.

“Yo quería también que el libro fuera un homenaje a la prensa local, de provincias, como se dice despectivamente en Madrid, porque se ha hecho un trabajo de denuncia alucinante. Aunque también soy muy autocrítico: creo que fuimos cómplices durante un tiempo y participamos de la fiesta. Al menos es lo que yo he visto”, asevera.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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