Cerco de fuego al castro céltico de Ulaca
Los arqueólogos se muestran muy preocupados por la posible afección a causa de un incendio en Ávila del mayor asentamiento vettón de la Península
El castro céltico de Ulaca, un poblado fortificado de unas 70 hectáreas en Solosancho (Ávila) y uno de los grandes asentamientos vettones de la Península, ha sufrido el cerco de las llamas durante dos días consecutivos. El enorme incendio que arrasó unas 10.000 hectáreas en la provincia abulense los pasados sábado y domingo alcanzó también este otero amesetado donde se levantó desde el siglo III a. C y hasta el I d. C un oppidum amurallado donde vivían unos 1.500 habitantes.
Jesús Álvarez Sanchís, director de las excavaciones de Ulaca y profesor del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid, muestra su preocupación por los daños que haya podido sufrir este yacimiento declarado Bien de Interés Cultural desde 1986. “Todavía no hemos podido acceder a la zona por cuestiones de seguridad, pero las fotos que tenemos son muy evidentes. La vegetación que rodea al yacimiento ―matorral y sabinas― ha sido arrasada por el fuego y habrá afectado a las estructuras, incluso a la torre que acabamos de excavar”, se lamenta el experto.
Ulaca era una ciudad amurallada ovalada de unos tres kilómetros de longitud. Rodeada de un terreno muy escarpado, sus muros de mampostería de granito hacían fácilmente defendible su interior: santuario, saunas rituales, además de altar, torreón ―que alcanzó los ocho metros de altura―, talleres y numerosas viviendas.
Los vettones eran un pueblo céltico constructor de ciudades fortificadas y poco beligerante, al contrario que otros grupos celtas como los astures, lo que facilitó su integración y cambio de usos y costumbres con la llegada de las legiones de Roma. Dominaban la alfarería, la cantería, la artesanía y la forja de hierro.
De hecho, el asentamiento de Ulaca fue abandonado en el siglo I a.C. cuando la presión romana ―cultural, militar y económica― provocó que sus habitantes se trasladasen al valle de Amblés, a unos 20 kilómetros, y abandonaran las escarpadas tierras donde criaban ganado. El fértil lugar elegido para asentarse dio lugar a la actual Ávila.
Los vettones ocupaban lo que ahora son las provincias de Ávila, Salamanca, Zamora, Toledo y Cáceres. Los romanos llamaron Vettonia ―región de los vettones― a esta gran área.
Babelia
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