El Centro Dramático Nacional invita a superar la pandemia a través del teatro
La programación de la institución para la próxima temporada aglutina nombres como Juan Mayorga, Alfredo Sanzol, Borja Ortiz de Gondra, Lola Arias, Marta Pazos o Jordi Casanovas
La reconstrucción y el cuidado, personal y colectivo. Sobre estos dos pilares se asienta la programación que el Centro Dramático Nacional (CDN) ha presentado este martes para la temporada 2021/2022. Ante los estragos y el dolor provocados por la pandemia, el CDN, que dirige Alfredo Sanzol, apuesta por una reconstrucción de la sociedad desde los escenarios del teatro. “Los desastres han dejado en la memoria colectiva una marca que señala un antes y un después y que, tarde o temprano, requiere ser atendida”, ha asegurado Sanzol en la presentación, que ha tenido lugar en el teatro María Guerrero de Madrid con la presencia de algunos de los creadores y dramaturgos que protagonizarán los futuros espectáculos y de la directora general del Inaem (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música), Amaya de Miguel.
Serán 27 los montajes, 15 de ellos estrenos absolutos, que se podrán ver en las dos sedes del organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, el María Guerrero y el Valle-Inclán, que inaugurarán la nueva temporada, respectivamente, con N.E.V.E.R.M.O.R.E, una creación de la compañía gallega Chévere en torno al desastre del Prestige, y la reposición de El bar que se tragó a todos los españoles, dirigida por Sanzol y uno de los grandes éxitos de este año.
En la programación aparecen nombres como Juan Mayorga, con El Golem, un texto sobre el poder de las palabras que el dramaturgo y académico escribió hace años y ha reelaborado durante la pandemia, que será dirigido por el propio Sanzol; Borja Ortiz de Gondra, que estrenará el final de su trilogía sobre la familia vasca; Pablo Remón, que presentará Los farsantes, una historia en torno a la vida personal y profesional de la gente del espectáculo, o Marta Pazos, que se enfrentará a Comedia sin título de Federico García Lorca.
Guillermo Calderón, Denise Despeyroux, Jordi Casanovas, Dan Jemmett o Lola Arias son otros nombres que pasarán la próxima temporada por el CDN. La institución ha estrenado nueva imagen, centrada en el mundo de los niños, un público al que quiere prestar especial atención el equipo de Sanzol y que incluso protagonizará uno de los montajes, Luna en Marte. “El teatro es el arte comunitario por excelencia y el público, incluidas las y los más jóvenes, lo ha defendido con su presencia este año, como lugar de encuentro y salvación”, ha explicado Sanzol, ante el dato de que el espectador de menos de 30 años ha incrementado su asistencia en esta última temporada un 150%.
Para el director del CDN, ha llegado el momento no solo de la reconstrucción, sino de los cuidados. Y esa reconstrucción viene en primer lugar por el valor de la palabra. “Las propias palabras son las primeras víctimas de la destrucción. Usarlas para mentir, dar sentidos falsos a las palabras, unirlas para manipular o desprestigiarlas por poder”, ha asegurado el director del CDN, subrayando que algunos de los nuevos montajes, como El Golem, Lengua madre (Lola Arias) o El cuaderno de Pitágoras (Carolina África), buscan dibujar la realidad a través de la lengua.
La ficción ha sido uno de los instrumentos esenciales para tejer la realidad en el tiempo de pandemia. La incertidumbre y la amenaza de desintegración se han paliado con la fantasía y por ello el CDN busca llamar la atención sobre el esfuerzo para “humanizar” el futuro, con obras como Blast (Andrea Jiménez y Noemí Rodríguez) o FRATERNITÉ, conte fantastique (Caroline Guiela). Otro de los montajes más prometedores es Las que limpian, de la compañía gallega A Panadaría, sobre el mundo de las mujeres limpiadoras.
Proyectos de investigación
Además de las funciones teatrales, la nueva temporada estará plagada de actividades transversales, con el objetivo de abrir nuevas vías de comunicación entre el público y el sector de las artes escénicas. Talleres, encuentros sociales y educativos y proyectos de investigación conforman buena parte de esa línea del CDN.
Amaya de Miguel ha hecho balance del curso que termina: un total de 70.000 espectadores acudieron a las funciones de la temporada pasada en Madrid y otros 20.000 fuera de la capital. Precisamente, las escasas giras son uno de los eternos frentes de batalla con los que tienen que lidiar los responsables del CDN, por las dificultades económicas y de falta de recursos humanos. Alfredo Sanzol ha hecho una petición directa al Consejo de Ministros: “La cultura necesita más potencia para así equipararnos a los países de la Unión Europea. Necesitamos más dinero y más recursos humanos”.
Sanzol ha terminado la presentación con un canto al teatro como forma de cambiar y ampliar la mirada frente al neoliberalismo, cuyo único objetivo es el consumo. “Nunca dejaremos de ser vulnerables, aunque ahora veamos la luz al final del túnel. Queremos que el juego y la fiesta teatral siempre estén al servicio del bien común, que siempre sean políticos en su sentido más profundo”.
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