Ollé traslada ‘La bohème’ a la periferia de una gran ciudad
El director de escena presenta en el Liceo su montaje en clave contemporánea de la popular ópera de Puccini, estrenado en 2016 en Turín
Del Barrio Latino del París de 1830 en el que Giacomo Puccini ambienta La bohème, a la periferia de cualquier gran ciudad. El director de escena catalán Àlex Ollé, miembro de La Fura dels Baus, traslada a nuestros días la acción de la popular ópera en un espectacular montaje estrenado en 2016 en el Teatro Regio de Turin para celebrar los 120 años del estreno del clásico pucciniano, que tuvo lugar el 1 de febrero de 1896 bajo la dirección de Arturo Toscanini. Tras pasar por Edimburgo y Roma, la relectura de Ollé llega al Gran Teatro del Liceo con 15 funciones programadas del 14 de junio al 2 de julio bajo la batuta de Gianpaolo Bisanti.
“Es una visión contemporánea, pero fiel a las emociones y el espíritu de la juventud que tan genialmente retrata Puccini”, ha afirmado este mediodía en rueda de prensa, por videoconferencia desde Japón, un sonriente Aléx Ollé, que el 3 de julio estrenará en el Nuevo Teatro Nacional de Tokio una nueva producción de Carmen, de Bizet. “Me han adelantado el viaje para cumplir la cuarentena antes de los ensayos, y no podré estar en el Liceo. Pero todo está en buenas manos, pues Susana Gómez, codirectora del montaje, se lo conoce al dedillo”, apunta.
Una gigantesca escenografía de Alfons Flores recrea un bloque de pisos. Allí, entre penurias, viven el poeta Rodolfo (que escribe en ordenador), el pintor Marcello, el músico Schaunard y el filósofo Colline, los protagonistas junto a Mimì y Musetta de las Escenas de la vida bohemia, novela de Henri Murger que inspira el libreto de la ópera, firmado por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.
Montmatre, muy caro
“Todas las periferias de las grandes ciudades se parecen mucho y en ellas viven muchos artistas jóvenes que no tienen dinero. No íbamos a hacer La bohème en un loft en Montmartre, que es carísisimo. Allí solo puede vivir un artista si es rico”, dice Ollé con ironía. “De alguna forma, nuestra puesta en escena devuelve su esencia a las Escenas de la vida bohemia”.
Al hablar de La bohème, Ollé señala que es la ópera de las cosas pequeñas y cotidianas. “No hay grandes historias, ni grandes personajes, sino un grupo de gente joven que te contagia la alegría de la juventud. Todo este gozo termina con la muerte de Mimì, que significa el final de la juventud. De alguna forma, a todos se nos ha muerto una Mimì en nuestros brazos”.
Las escenas de masas del segundo acto en el Café Momus, con solistas, coros y figurantes llenando el escenario, han obligado a extremar las medidas de distancia y seguridad en el Liceo, que por primera vez en tiempos de pandemia, tendrá en su escenario un coro de niños. “Todo el mundo ha sido muy responsable y ha sido relativamente fácil montar la reposición de esta obra en estos momentos”, explica Susana Gómez.
Con este montaje vuelve al foso barcelonés el director de orquesta italiano Gianpaolo Bisanti, que se confiesa enamorado de Puccini. “Lo llevo en el corazón desde niño y ha jugado un papel muy importante en mi carrera. Es una ópera perfecta. Usa un código artesanal en la partitura, con temas ligados a los personajes y reelaborados de diferentes maneras que aparecen a lo largo de toda la ópera de una forma tan natural que el espectador no lo percibe”.
Las sopranos Anita Hartig, Maria Teresa Leva y Adriana González se alternan en el papel de Mimì en los tres repartos que ofrece el coliseo. Los tenores Atalla Ayan, Giorgio Berrugi encarnan a Rodolfo y las sopranos Valentina Nafornita i Katerina Tretyakova dan vida a Musetta; completan los repartos los barítonos Roberto de Candia y Damián del Castillo en el papel de Marcello, los también barítonos Toni Marsol y Josep-Ramon Olivé como Schaunard y los bajos Goderdzi Janelidze y Federico de Michelis en el papel de Colline.
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