Cómo leer a Hitler hoy: la edición crítica de ‘Mein Kampf’ en francés contextualiza el libro y recobra su mal estilo original
El volumen, de 900 páginas, con un nutrido aparato de notas, textos explicativos y una nueva traducción, se publica en Francia después de una década de preparativos
No es un libro que se haya publicado para venderse masivamente, ni siquiera para facilitar su lectura. La edición crítica de Mein Kampf en francés es un volumen atípico y no solo por su contenido.
Casi tres kilos de peso y cerca de 900 páginas en un formato de 245 x 300 milímetros, parecido a los libros de arte que reposan en las mesillas de algunos salones. El precio: 100 euros. La portada, blanca con el título y los créditos en letras negras, se parece más a la de una tesis doctoral que a la de una de las novedades de la temporada.
Lo que el lector tiene en las manos no es la obra publicada en dos partes en 1925 y 1926 y en la que Adolf Hitler exponía la visión del mundo y las obsesiones ―la primera de ellas, el odio a los judíos― que llevaría a la peor tragedia del siglo XX: la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. De entrada, el título no es Mein Kampf (Mi combate o Mi lucha), sino otro: Historiciser le mal: historiar el mal. En la portada no figura el nombre de Hitler.
Publicado por la editorial Fayard, propiedad del grupo Hachette, el libro culmina una década de trabajo. Un grupo de historiadores encabezado por Florent Brayard ha preparado, junto al traductor Olivier Mannoni, una edición en la que el texto de Hitler, en una nueva versión fiel al estilo tosco y confuso del original, se presenta acompañado por una introducción general y otra para cada uno de los 27 capítulos, además de cerca de 3.000 notas. Notas e introducciones duplican la extensión del Mein Kampf original.
“Mein Kampf”, dice Brayard a EL PAÍS, “es una fuente fundamental para la historia del siglo XX: permite entender no solo al personaje de Hitler y al político Hitler, sino también, y sobre todo, la política bárbara y criminal que llevó a cabo a partir de 1933 [cuando alcanzó el poder en Alemania], porque el libro, en muchos aspectos, anuncia una gran parte de las políticas que se desarrollarán bajo el nazismo con las consecuencias terroríficas para Europa que conocemos”.
Brayard, uno de los principales especialistas en Francia sobre el nacionalsocialismo y autor de Auschwitz: investigación sobre un complot nazi (editorial Arpa, en castellano), expone los motivos para la forma particular del volumen, con las notas que envuelven en la página el original de Hitler y la abundancia de textos introductorios. “Por un lado, es un texto escrito hace 100 años y que se remite a una realidad histórica que no es la nuestra y nos parece historia antigua. Por eso hay que contextualizar lo que dice Hitler, para poder entenderlo en profundidad”, explica. “Por otro lado, Hitler es un demagogo que no duda en mentir y manipular. Por eso era fundamental, en el aparato crítico, señalar y corregir todas sus mentiras y errores, pues habla de un número inverosímil de temas que no domina y comete errores sobre biología, sobre historia, sobre varias cosas. Así que corregimos de forma sistemática no solo las mentiras sino los errores”.
Brayard explica que, hasta 2016, el Ministerio de Finanzas de Baviera era propietario de los derechos morales y literarios de Hitler, y que prohibía cualquier reedición. En Alemania, solo circulaban viejas ediciones anteriores a 1945, el año del final de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del régimen nazi. En Francia no se podía publicar en una nueva edición, pero sí se podía reimprimir y vender la traducción de 1934, accesible, como ocurre con otros idiomas, en internet o distribuida por editoriales de extrema derecha.
En 2016, 70 años después de la muerte de Hitler, el copyright quedó libre, lo que abrió la posibilidad de preparar una edición crítica. El Instituto para la Historia Contemporánea de Múnich publicó la primera edición crítica de Mein Kampf. Es la base para la versión francesa, codirigida por Brayard y Andreas Wirsching, director del instituto muniqués. Antes de la francesa, se habían publicado nuevas ediciones en Italia, Polonia y Países Bajos.
Un escollo para la edición francesa era la traducción. La de 1934 enmendaba, pulía y a veces embellecía el original, plagado de repeticiones, frases interminables e incoherencias: una escritura deficiente que no fue obstáculo para que se difundiese masivamente y sus ideas cambiasen el curso de la historia. El objetivo del traductor y el equipo de historiadores era ceñirse al máximo al texto de Hitler. “Lo difícil era lograr una mala traducción: era la única que podía ser buena”, dice por teléfono Mannoni. “Hemos mantenido todos los defectos del texto de origen, porque los defectos forman parte de su sustancia”.
Para un traductor reconocido como Mannoni, que ha vertido al francés a autores como Sigmund Freud, Stefan Zweig o Peter Sloterdijk, pero también a otros autores nazis, traducir a Hitler no ha sido agradable. “Nunca conseguí pasar más de dos horas diarias sobre este texto, es imposible”, recuerda. “Uno tiene la impresión de caminar en el fango, sin avanzar. He encontrado un correo electrónico que le envié al editor cuando entregué la segunda parte, donde le contaba que nunca había sufrido tanto con una traducción. Y no porque fuese difícil sino porque era horrible: intelectualmente vacío, muy pesado en el estilo y el fondo es monstruoso. Se avanza muy despacio Y no hay ningún placer”.
Si el estilo es el hombre, y quizá también la ideología, entonces el de Mein Kampf es revelador de todo que vino después. “Es un texto que muestra cómo la confusión del lenguaje puede conducir al totalitarismo”, sostiene Mannoni. “Para mí, como lingüista y traductor, esto es importante. Hay que estudiar la técnica que consiste en adormecer la razón para desembocar en eslóganes y teorías de la conspiración muy simples: la acumulación de frases vacías, de hechos no verificados, no demostrables. Hay que aprender a reconocer este lenguaje que hoy día se encuentra con bastante frecuencia”.
Los beneficios irán a la Fundación Auschwitz-Birkenau
Los beneficios de 'Historiciser le mal' —la edición crítica del libro de Adolf Hitler, que saldrá a la venta en Francia el 2 de junio— irán a la Fundación Auschwitz-Birkenau, encargada de preservar los campos de concentración y exterminio. Lo explicó la directora general de la editorial Fayard, Sophie de Closets, en una carta a los libreros franceses, fechada el 13 de mayo. Fayard ha extremado las cautelas tras las críticas recibidas al inicio del proyecto por publicar una de las obras más destructivas de la historia. La editora escribió que, en contra de lo habitual, los 10.000 ejemplares del libro no se distribuirán a las librerías de forma automática, sino que serán los libreros quienes tengan que encargarlo.
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