Eva Yerbabuena danza al paso de sus recuerdos

Eva Yerbabuena está concentrada en su estudio de Dos Hermanas (Sevilla) ultimando su nuevo montaje, Al igual que tú, que este jueves abre la 25ª edición del Festival de Jerez, la gran cita del baile flamenco. Es un trabajo que, afirma, remueve los “cimientos” de su propia existencia. Para él, ha contado con la colaboración del dramaturgo y director de escena Alfonso Zurro. “Si me dicen que no puedo montar más espectáculos me da igual, porque con este me siento muy bien, tan plena y tan rica que no me importaría que fuese el último”, dice la bailaora y coreógrafa granadina, antes de ponerse la ligera bata de cola hecha con tela de paracaídas y pintada con enormes flores que usa para bailar en los ensayos.

Hija de emigrantes y nacida como Eva Garrido hace 50 años en Fráncfort, está “limpiando” una seguiriya que interpretará junto a Fernando Suels, bailarín y coreógrafo de danza contemporánea que conoció en 1997 en su primer viaje a Wuppertal (Alemania) en busca de la magia de la gran vanguardista Pina Bausch. Suels, quien ha formado parte de la compañía de Bausch desde 1995 a 2018 y en la que ahora sigue colaborando como artista invitado, es la primera vez que se enfrenta al flamenco.

“Tenemos muchos puntos en común porque, a fin de cuentas, todo es danza. Tengo la sensación de que hablamos el mismo lenguaje, todos bebemos de la misma fuente. Los estilos no son más que etiquetas”, reflexiona Suels, venezolano afincado en Alemania desde hace tres décadas. “Desde que empezamos a ensayar en noviembre, siento que he estado absorbiendo un montón de cosas que ahora estoy llevando a mi soleá”. Es el estilo estrella de Yerbabuena que, por esta vez, ella no bailará.

Al igual que tú es la tercera producción que la bailaora estrena en el Festival de Jerez, después de Lluvia (2009) y Apariencias (2016): “Me encanta estrenar allí, es como un talismán”. Una especie de fetiche es también la falda del modisto Elio Berhanyer con la que aparecerá cuando se abra el telón en Jerez. La prenda es la enagua del traje de santa Casilda que Berhanyer diseñó para la bailaora y que recrea la pintura de la santa de Zurbarán que se empleó en el montaje Devoción y persuasión (2013).

Este nuevo trabajo reúne a 12 artistas sobre el escenario. Para Garrido supone hacer “una terapia conjunta”. “Me da pánico que nos estemos acostumbrando a no sentir. En esta vida, en la que todo son prisas y estrés, hay que pararse y darse cuenta de las cosas que tenemos. Alfonso Zurro ha escrito los textos del espectáculo a partir de mis recuerdos. Me dijo: ‘Vomita todo lo que tú tienes’ y él ha sabido plasmarlo y ponerlo en boca de la actriz Maika Barroso, quien también participa en el montaje”, apunta la coreógrafa, que insiste en que en su nueva creación, en la que firma la dirección junto a Zurro, pueden verse reflejadas “todas las mujeres”.

El guitarrista Paco Jarana, su pareja en la vida y en los escenarios, se ocupa de la dirección musical y solo adelanta que habrá “mucha diversidad”. Junto a las tarantas, granaínas, abandolaos o la soleá, sonarán también la música clásica y varias canciones internacionales que el equipo prefiere mantener en secreto hasta el estreno. “Hay cuatro voces, porque todas son muy distintas y cada una te remueve algo diferente. Además, por primera vez y solo en un tema, me acompañará mi sobrina Ella Garry, que tiene 16 años y ha participado ya en varios programas musicales infantiles. No sé cómo voy a gestionar tantas emociones. En los ensayos tuvimos que parar porque me ahogaban las lágrimas”, explica la bailaora, que cuenta con los cantaores Sandra Carrasco, Luis Moneo, Miguel Ortega y Alfredo Tejada.

“Al igual que tú, callo cuando tengo que hablar / Bebo sin tener sed (…) / Al igual que tú, hago de la mentira seda / Convierto en lija áspera la sinceridad”, dice la artista en un poema con el que presenta la sinopsis de su nuevo espectáculo, el 17º desde que creó su propia compañía en 1998. Con ella ha recorrido escenarios de todo el mundo y ha cosechado una larga lista de premios, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2017) o el Nacional de Danza (2001). Ha ganado también 10 premios Max y cuatro giraldillos, los galardones que concede la Bienal de Flamenco de Sevilla, en la que participa desde que en 1998 presentó Eva, el primer espectáculo de su compañía.

La escenografía, de Curt Allen Wilmer y Leticia Gañán, es la traducción en volúmenes de la nostalgia que para Eva Yerbabuena tienen las casas que ha habitado. “Evoca las metáforas que se condensan en los restos de una medianera, en las huellas y las llagas que un edificio deja sobre el otro cuando desaparece”, avanzan los escenógrafos. “En la medianera se pueden leer señales de vidas que desaparecieron, quedando grabadas en la memoria del otro en forma de recuerdos vividos en la cocina, risas y angustias compartidas en el salón, intimidades al descubierto en el desván... Como si de un gran cuadro abstracto se tratara, el conjunto se compone de huellas de lo que fue sobre lo que permanece”.