“Soy la persona del planeta Tierra que más veces ha dibujado a Nicolas Cage”

Si los miembros de Amaral se quedaron colgados de “Nicolas Cage en Leaving Las Vegas” (como dice su canción Moriría por vos), Paco Alcázar y Torïo García no se quedan ahí. A ellos les obsesiona toda la inclasificable filmografía del actor, sus originales métodos interpretativos, su excéntrica vida privada, sus vestimentas imposibles y también, por supuesto, sus peinados. Tanto, que el 25 de abril publicaron Las 100 primeras películas de Nicolas Cage (Caramba Cómics), una obra inclasificable. “Es única, como el actor”, confirma Paco Alcázar (Cádiz, 50 años), que ha retratado para este proyecto una y otra vez a la estrella de Hollywood, hasta perder la cuenta. “Además de las que aparecen en el libro hice como 150 versiones descartadas. Las daba por buenas, pero cuando descubría que era capaz de dibujarlo mejor, las iba desechando y volvía a repetirlas. Si a eso añadimos todas las caricaturas que he hecho para dedicatorias y dibujitos varios, probablemente soy la persona del planeta Tierra que más veces ha dibujado a Nicolas Cage. Ya tengo un epitafio”, bromea el ilustrador, habitual de las páginas de El Jueves y que lleva 13 años volcando sus reflexiones sobre el cine en una tira de la revista Cinemanía.

Fue Alcázar quien, tras sentir un deseo irrefrenable de revisar la filmografía completa de Cage, empezó a darle vueltas en 2016 a la idea de hacer un libro sobre el actor. Pero no quería hacer un cómic ni veía claro el enfoque. El proyecto quedó en el aire hasta que dos años después pensó que la mejor forma de abordarlo era haciendo un repaso de todas sus películas. Y ahí es donde entra Torïo García (Elche, 33 años), quien, aunque vive de dar soporte técnico a una web, lleva desde 2010 gestionando la página de Facebook NicCagepedia, un exhaustivo y prolijo compendio de la vida y milagros (que también los hay) del protagonista de Arizona Baby. “Soy fan de bastantes películas suyas, pero cuando comencé con la página, se desató en mí un interés absoluto por la figura de Nick”, explica.

La colaboración de estos dos fanes fatales ha dado como fruto una obra enciclopédica en la que no solo se disecciona un centenar de películas de Nicolas Cage —no pocas de ellas estrenadas directamente en vídeo—, sino también su vida privada (se ha casado cinco veces; la última intentó anularla a los cuatro días alegando que estaba demasiado borracho), su estética (su pelo se ha ganado cuatro páginas del libro), sus caprichos millonarios (durante una temporada le dio por comprar castillos de forma compulsiva), anécdotas a veces inverosímiles de sus rodajes (siempre tiene algo personal que aportar a su personaje) y esos estallidos extemporáneos ante la cámara que lo han convertido en rey de los memes. Cada título de su carrera viene acompañado además con un grado de intensidad interpretativa que va desde “moderada” a “supernova”. Un gran trabajo de investigación sazonado con un humor y una ironía que delatan la admiración de los autores por su personaje.

¿Pero por qué se merece Nicolas Cage tantas atenciones y no otros actores de su generación, como por ejemplo, Johnny Depp? “Es difícil de explicar. A mí me gustan muchos otros actores y actrices, pero hay algo en Cage que acaba haciendo clic en tu cabeza”, contesta Torïo García. Alcázar desarrolla la respuesta de su socio: “Nicolas Cage conjuga un montón de cosas muy interesantes. Para empezar, es un actor con una trayectoria amplísima, que es casi un arco dramático en sí misma: comienza en el cine independiente, luego gana un Oscar [Leaving Las Vegas, 1995], pasa a convertirse en superestrella, trabaja con los mejores directores de su generación, después se arruina y tiene que empezar a hacer películas de bajo presupuesto, se convierte en icono de las redes sociales y vuelve a triunfar en el cine independiente… Además, tiene una técnica interpretativa única e intransferible [bautizada por él como Nouveau Shamanic], que lo aleja de todo actor de su ámbito, y su vida personal está llena de decisiones locas y tan apasionantes como sus apariciones en pantalla. Seguro que otros actores también son figuras interesantes, pero difícilmente tan interesantes”.

Alcázar reconoce que hay filmes del actor que le ha costado revisar (“con algunas se te puede caer un poco el alma a los pies, pero de pronto aparece Nicolas Cage, hace un gesto imposible en un microsegundo y recuperas la fe por completo”, bromea), pero García jura que las ha visto todas “en profundidad”. “Hay etapas difíciles, especialmente en la época en la que se puso a rodar a destajo producciones de pelaje muy irregular. Aun así, siempre compensa seguir adelante, porque siempre vas a encontrar alguna joya”.

Al margen de la filmografía de Cage, el libro también se fija en aspectos más personales de la estrella. “En su caso, lo que no se puede es separar al actor del hombre”, argumenta García. “Su persona ha acabado siendo tan excesiva como sus personajes y cuesta determinar qué ha influido a qué. ¿Imbuye aspectos de su peculiar vida a sus personajes o son sus personajes los que han acabado impregnando su vida? Probablemente ambas cosas”. Alcázar coincide: “Al principio, no tenía tan claro querer hurgar en su vida privada, pero su material biográfico es fascinante y, de alguna manera, ayuda a comprender o incluso se retroalimenta con el Nick actor, lo cual hace difícil separar una cosa de otra”.

Tras la lectura del libro, la única duda que puede quedarle al lector acerca de su protagonista es cómo reaccionaría este al verse así retratado. Ellos también se lo preguntan y por eso están intentando hacérselo llegar, reconoce Torïo. “Hay varias líneas abiertas y ojalá lo consigamos. No sé lo que pensará, pero en los últimos años ha acabado abrazando y aprovechándose de la popularidad de sus memes en internet, así que yo creo que le podría gustar. Además, aunque tenga humor, no deja de ser una oda a su trabajo”.