Carey Mulligan: “Disfruto subvirtiendo las normas”
La actriz protagoniza la comedia negra ‘Una joven prometedora’, que ha logrado cinco candidaturas para los Oscar, incluida la suya, sobre una chica que se ensaña por venganza con los hombres que intentan propasarse con ella
Vientos de cambio soplan en Hollywood. Al menos es la idea que alientan Carey Mulligan y su amiga, la directora y también actriz Emerald Fennell, con su último estreno, Una joven prometedora, que llega a los cines españoles este viernes. Como recuerda la propia Mulligan (Londres, 35 años) en todas las entrevistas, “hay algo muy familiar en esta película, algo con lo que crecimos, que siempre hemos visto desde el otro lado, tomándonos a risa el momento del chaval que se anima a decirle algo a la joven que está claramente borracha para ver si así pierde la virginidad con ella”.
La intérprete devuelve así a la memoria secuencias de la saga American Pie, de los hermanos Weitz; Supersalidos, de Seth Rogen, o cualquiera de las comedias de Judd Apatow, incluida Lío embarazoso. Son algunos ejemplos contra los que se planta esta comedia vengativa parida en tiempos de Time’s Up y que además reflexiona sobre las consecuencias que desencadena el asalto sexual a una joven durante una fiesta de fin de carrera en la universidad. “Es un filme difícil, es obvio, y usa como vía de escape la risa porque el tema es muy serio. Y en su desarrollo, aunque como público te sientes seguro, la película incomoda”, describe Mulligan. Desde luego, ha logrado su objetivo, a tenor de las críticas positivas y de sus cinco candidaturas al Oscar, incluidas película, actriz protagonista —la segunda en su carrera, tras An Education (2009)— y guion para Fennell, que además es la primera realizadora novel en ser candidata a dirección.
Una joven prometedora lleva a la pantalla un nuevo tipo de heroína que ya hizo su aparición en series como Fleabag, Podría destruirte o I Hate Suzie, historias que inciden en que el hecho de ser mujer no conlleva la obligación tácita de agradar. “Es algo que te inculcan desde muy pequeña. Y eso es precisamente lo que me atrajo del personaje de Cassie: no se comporta como la sociedad espera de ella. Fue una liberación; es algo que no ves mucho en la pantalla”, admite la actriz. Su carrera ha estado llena de estos personajes fuera de la norma. O al menos lo ha intentado. Desde An Education, que la puso en el mapa de Hollywood, pasando por Shame o Drive a las más recientes Lo que arde con el fuego o La excavación. “Disfruto subvirtiendo las normas, y busco personajes en los que pueda sacar a la luz sus verdaderos colores. También es cierto que muchas veces me he sentido engañada porque esos matices cayeron en la mesa de montaje”.
“Quiero hacer realidad películas que exploren las diferentes caras de lo que significa ser mujer”
Uno de los primeros consejos que recibió en la industria fue el del guionista, productor y director Julian Fellowes (Downton Abbey): “Cásate con un abogado”. Todavía hoy le disculpa. “Fue su forma de prepararme para una carrera que iba a ser dura y, posiblemente, ruinosa”, justifica. ¿Se lo habría dicho a un actor? “Posiblemente no”. De ese encuentro nació una carrera; de la primera vez que coincidió con Fennell surgió una amistad. Las dos trabajaron como actrices en la serie Trial & Retribution en 2006. Mantuvieron el contacto, y Fennell devino en responsable de la segunda temporada de Killing Eve y encarnó a Camila Parker Bowles en The Crown. Sin embargo, no olvidó su ansia por dirigir cine, y un tiempo después le envió a Mulligan una lista de canciones. Eran las elegidas para Una joven prometedora, la carta de presentación de Cassie. “Un par de canciones de Britney Spears, como Toxic; Boys, de Charli XCX; Paris Hilton y su Stars Are Blind”, recuerda la actriz. Así entró en un rodaje independiente de 26 días y bajo presupuesto en el que también ocupó el asiento de productora ejecutiva porque quiere hacer realidad películas que “exploren las diferentes caras de lo que significa ser mujer”. Cassie simula estar borracha en bares para atraer a los hombres que, observando su aparente desamparo, intentan aprovecharse de ella. Luego, una vez en su casa, los pone en su sitio
Pese a reconocer lo dura y sombría que fue rodar su última secuencia, recuerda con humor el resto de la historia de este “ángel en busca de venganza”. Quizás por eso insiste en describir el filme como una “comedia negra” en la que también quiso “hacer justicia a todas esas mujeres a las que nadie cree y que se ven enseguida desacreditadas por alguna foto de ellas bebiendo”.
Como último rescoldo de pasadas épocas, la crítica de Variety en el estreno del filme en Sundance 2020, en donde se aseguraba que Mulligan es “una extraña elección para encarnar a una mujer faltal”. Y se apuntaba: “Margot Robbie es productora de la película, y uno podría imaginar (quizás demasiado fácilmente) que el personaje hubiera podido ser para ella”. A lo que Mulligan respondió en The New York Times: “Básicamente, lo que me quiere decir es que no estoy lo suficientemente buena”. Posteriormente, la publicación más señera de la industria del espectáculo pidió perdón “por el lenguaje insensible”.
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