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No hay billetes para la “mejor colección europea de arte actual”

El museo Helga Alvear, con las entradas agotadas hasta mayo, reactiva, pese a la pandemia, las expectativas de Cáceres como potencia cultural

'Hombre con los ojos cerrados', escultura de madera de Stephan Balkenhol, a los pies de la gran escalera diseñada por el arquitecto Emilio Tuñón en el Museo Helga de Alvear de Cáceres. En vídeo, un recorrido íntimo por sus obras.Vídeo: JAVIER MARMISA (Redacción) / CARLOS MARTÍNEZ (REALIZACIÓN) / NELLY RAGUA (GRAFISMO)

Las entradas para visitar el museo Helga de Alvear se han agotado hasta mayo y hace poco más de un mes de su apertura, el 26 de febrero. Su aforo se ha visto limitado debido a las restricciones impuestas por la pandemia, y las entradas disponibles han sido adjudicadas siguiendo el orden de petición en la web. Con Extremadura cerrada por la covid, están siendo los residentes, junto a contadas visitas del exterior, los primeros en recorrer el espectacular edificio de Tuñón Arquitectos. Dentro se muestran 200 piezas de arte contemporáneo escogidas entre las más de 3.000 que la coleccionista de origen alemán ha regalado a Cáceres. Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, no duda en calificar el conjunto como “la mejor colección privada europea de arte contemporáneo”.

Nuria Flores, consejera de Cultura de la Junta de Extremadura y presidenta del patronato del museo (la titularidad del mismo la comparten la Junta, el Ayuntamiento, la Diputación y la Universidad de Extremadura) defiende el impacto que el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear está teniendo y tendrá en las calles de esta ciudad, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1986. “No tengo ninguna duda del poder que tiene este museo para reactivar el turismo cultural en toda la región. Habrá un antes y un después, es el comienzo de algo muy potente que va a hacer resurgir la hostelería, y muchas otras pequeñas empresas. Va a situar a Extremadura en el mapa porque nadie va a querer perderse el encuentro con estas excepcionales obras de arte contemporáneo, situadas junto a un tesoro lleno de restos romanos, musulmanes o renacentistas”.

Museo Helga de Alvear
Helga de Alvear y José María Viñuela, conservador jefe de la colección. Andy Solé

Antes de Cáceres hubo otras ciudades, como Madrid, Vigo, Granada y San Sebastián, candidatas a alojar el centro. Pero finalmente, fue en un encuentro en el restaurante cacereño Atrio a finales de los noventa, mientras Helga de Alvear (Kirn, Alemania, 84 años), almorzaba con su amigo José María Viñuela (director de la colección de arte del Banco de España), cuando ofreció las obras al entonces presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Él se entusiasmó con el proyecto y ahí empezó un largo camino que ha concluido más de dos décadas después. Primero se rehabilitó como espacio expositivo el edificio conocido como Casa Grande, que recibe visitas desde noviembre de 2006, y en el que la galerista ha ido exponiendo su colección. Luego, se construyó a la espalda de ese antiguo casón una edificación nueva con 8.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro niveles.

Detalle de la instalación de Olafur Eliasson 'Actividad en eco'.
Detalle de la instalación de Olafur Eliasson 'Actividad en eco'.Andy Solé

Viñuela es hoy el conservador jefe de la colección y el responsable de la museografía. Extremeño, nacido en el pequeño pueblo de Ibahernando en 1944, Viñuela ha estado presente en muchas de las compras de la galerista en ferias de arte de todo el mundo. Él dirigía la colección del Banco de España, donde sumó un millar de obras durante los 40 años que trabajó para esa institución. “Ella siempre se ha dejado guiar por la emoción que le despierta una obra. Nunca ha procedido pensando en el nombre del artista, ni mucho menos en el mercado secundario”, explica Viñuela.

Ese gusto de Alvear está muy marcado por las vanguardias históricas, y el minimalismo de las obras de Donald Judd, Carl Andre, Robert Morris, Dan Flavin o Sol LeWitt. También por la fotografía de Helena Almeida, Martin Boyce, Joan Fontcuberta, James Casebere, Hannah Collins, Thomas Demand, José Antonio Hernández-Díez, Candida Höfer o Gordon Matta-Clark, y por las instalaciones de enormes dimensiones montadas dentro del museo.

El recorrido está jalonado por obras monumentales que acaparan la atención de los nuevos visitantes. Y entre todas, la pieza más conocida está en la entrada. Es Descending Light (2007), del artista chino Ai Weiwei, una lámpara de casi cuatro metros de alto por cuatro y medio de ancho. Alvear compró la pieza cuando Weiwei no era apenas conocido. “Él me contactó y me dijo que me la enviaba gratis y la podía comprar por un precio bajo. Y hoy tengo un símbolo de la caída del capitalismo chino”, recordó durante el acto inaugural del museo.

“Ella siempre se ha dejado guiar por la emoción que le despierta una obra”, dice José María Viñuela, conservador jefe de la colección

Los 60.000 cristales rojos que componen Descending Light fueron engarzados por colegiales de Cáceres. La consejera Flores se refiere a aquello como ejemplo de la vocación del museo de ser un “centro volcado en la población de Cáceres y accesible para todos”. Y añade: “No solo el acceso será siempre gratuito, cumpliendo el deseo de Helga, sino que queremos que los vecinos participen en los talleres y actividades culturales que se van a programar”.

En la primera gran sala del nuevo recinto hay un espacio dedicado íntegramente a Francisco de Goya, un artista que ha tenido una enorme influencia “en el arte moderno primero y luego contemporáneo”, explica Viñuela. Se exponen la serie de 80 grabados, Los caprichos y los facsímiles de la obra original adquirida por De Alvear a Isabel de la Rasilla.

Otra obra con sala hecha a medida en el nuevo museo es Giardini, la videoinstalación que Steve McQueen presentó en la Bienal de Venecia de 2009. La pieza se proyecta sobre dos gigantescas pantallas (4 metros de alto por 12 de largo y 9,5 de ancho), y muestra lo que ocurre en el escenario de los pabellones de la Bienal durante el invierno, cuando la muchedumbre deja sitio a los encuentros furtivos, a los perros o a las arañas.

Vista exterior del museo Helga de Alvear en Cáceres, obra de Tuñón Arquitectos.
Vista exterior del museo Helga de Alvear en Cáceres, obra de Tuñón Arquitectos. Amores Pictures

La interacción con el espectador, característica del trabajo del danés Olafur Eliasson, toma forma con su obra Echo Activity (2017). Es, hasta el momento, la obra más fotografiada del nuevo centro y por la que más se mueven los niños.

¿Qué le queda a Alvear por hacer en su museo? La incansable coleccionista ya ha adquirido un edificio próximo que convertirá en almacén. Pero la tarea más inmediata es la convocatoria pública para elegir director para su formidable museo.

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