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Las pintoras del siglo XVII llegan por primera vez a la galería de honor del Rijksmuseum

La dirección del museo colgará de forma permanente los cuadros de Judith Leyster, Gesina ter Borch y Rachel Ruysch junto a los de Rembrandt y Vermeer

Isabel Ferrer
Pinturas Rijksmuseum
'Autorretrato' (1635), de Judith Leyster.

Por primera vez en su historia, la Galería de Honor del Rijksmuseum, de Ámsterdam, colgará con carácter permanente los cuadros de tres pintoras del siglo XVII junto a los de colegas tan famosos como Rembrandt, Vermeer y Frans Hals. La sala es también el Museo Nacional de Historia los Países Bajos, y así lo ha anunciado este lunes, Día Internacional de la Mujer. Las elegidas son Judith Leyster, Gesina ter Borch y Rachel Ruysch. Ausentes hasta la fecha de su planta considerada noble, el centro está haciendo además un inventario de la vida y obra de las mujeres artista presentes en la colección para realzar su aportación a la cultura nacional. Cerrado temporalmente debido a la pandemia, las telas escogidas son dos retratos y un bodegón de flores.

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El Rijksmuseum tiene cerca de un millón de obras que recorren ochocientos años de arte e historia del país, y la dirección calcula que hay pocas pintoras en sus fondos. La cifra exacta se desconoce porque en el pasado la relación de las obras no se hacía en función de si el artista era hombre o mujer. El paso dado ahora responde al esfuerzo del director del museo, Taco Dibbits, para enriquecer la colección con otra mirada. Entre ellas, la que afecta a la esclavitud en las colonias de los Países Bajos, a la que ha dedicado una muestra que abrirá en cuanto la pandemia lo permita. “A base de hacernos preguntas y por medio del estudio de fuentes y objetos diversos, además de su exhibición, tratamos de dar una imagen más completa de los Países Bajos”, explica Dibbits, en el comunicado emitido para anunciar el acceso de los cuadros de las artistas al entorno físico de las grandes firmas del Siglo de Oro.

'La serenata' (1629), de Judith Leyster.
'La serenata' (1629), de Judith Leyster.

Jenny Reynaerts, conservadora de la pintura del siglo XIX, estará a cargo de la investigación, y en la misma nota asegura que se están poniendo al día “porque la colección permanente ofrece una imagen de la cultura con poca perspectiva femenina”. De ahí que hayan previsto rastrear a su vez a las coleccionistas de arte, patronas, donantes o conservadoras del museo.

Entre las tres pintoras que mirarán cara a cara a Rembrandt destaca Judith Leyster (1609-1660). Especializada en escenas costumbristas, retratos y bodegones, es la artista más famosa del Siglo de Oro y fue muy apreciada por sus contemporáneos. A su muerte, sin embargo, cayó en el olvido y no fue recuperada hasta finales del siglo XIX gracias al monograma de su firma: JL. Aparecía en una obra que se había atribuido a Frans Hals, y en otras cinco más. Su cuadro se titula La serenata (1629) y presenta a un músico mirando hacia el balcón donde se supone que está su amada, a la que festeja. Casada a los 26 años con otro artista, la pareja tuvo cinco hijos, de los cuales sobrevivieron dos. Después de su matrimonio, la única obra que se le puede atribuir con certeza es un dibujo de un tulipán, fechado en 1643. Su esposo sí trabajó hasta el final de su vida.

'Bodegón con flores en un jarrón de cristal' (hacia 1690), de Rachel Ruysch.
'Bodegón con flores en un jarrón de cristal' (hacia 1690), de Rachel Ruysch.

Rachel Ruysch (1664-1750) tuvo más suerte. Llegó a ser una de las mejores autoras de bodegones florales de los siglos XVI y XVII. Como algunas de las flores reproducidas no eran frescas, sino sacadas de libros de botánica, o bien secas, los insectos que añadía le daban vida al conjunto. Llegó a ganar más dinero que Rembrandt y fue la primera mujer en ser admitida en el Gremio de Pintores de la Haya, en 1701. El cuadro que podrá verse se titula Bodegón con flores en un jarrón de cristal (hacia 1690). Tuvo diez hijos con su marido, también pintor, siete de los cuales no superaron la infancia, y siguió trabajando tras la maternidad.

Gesina ter Borch (1633-1690) es la tercera creadora. Hija y hermana de pintores, se especializó en acuarela, de las que se conservan tres álbumes con poesías y canciones añadidas, y escenas cotidianas tratadas con humor. Soltera, fue modelo para los cuadros de uno de sus hermanos, Gerard, y la obra que será expuesta la firman ambos: Retrato en recuerdo de Moses ter Borch (1667-1669), en memoria de otro hermano, fallecido.

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