El Metropolitan de Nueva York venderá fondos para reducir el déficit de ingresos por la pandemia de la covid-19
La institución evalúa en 125 millones de euros el agujero provocado por la falta de visitantes y la limitación del aforo
El impacto económico de la pandemia no respeta siquiera a las más venerables instituciones culturales de EEUU. Los cierres de la actividad económica y una actividad al ralentí por el desplome del turismo y la limitación del aforo han empujado al Museo de Arte Metropolitano de Nueva York (Met, en su abreviatura inglesa), el más grande del país, a iniciar conversaciones con salas de subastas y curadores de colecciones para vender obras y enjugar un déficit previsto de 150 millones de dólares (unos 125 millones de euros). No es la primera medida drástica que adopta la institución, después de que, en la primavera pasada, 81 empleados fueran despedidos y el presidente y consejero delegado y su director se recortaran el sueldo en un 20%. El resto de la junta directiva vio reducidos sus emolumentos en un 10%.
Aunque abierto actualmente al público, la que antes de la pandemia era una de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad se resiente de la falta de visitantes, y la caída brusca de los ingresos complica tanto la conservación de sus fondos como las obras de ampliación del buque insignia de la institución, el edificio de la Quinta Avenida, con una nueva ala que se adentra en Central Park. El MET tiene otras dos sedes, el Met Breuer, de arte contemporáneo, y el Met Cloisters, al norte de Manhattan y dedicado al arte medieval europeo y la arquitectura. Los tres recintos tuvieron que cerrar al público el 13 de marzo pasado en la primera oleada de la pandemia, cuando Nueva York era la zona cero del virus en EEUU. Su reapertura, el 29 de agosto -un mes más tarde de lo previsto-, dejaba tras de sí una brecha en ingresos difícilmente salvable, que ha obligado a reevaluar la previsión de déficit. El museo también debió suspender las celebraciones de su 150º aniversario, en junio.
“Debemos considerar todas las opciones. Ninguno de nosotros tiene una perspectiva clara de cómo evolucionará la pandemia, y por eso sería inadecuado no considerarlo [la venta de obras] cuando estamos aún entre tinieblas”, ha declarado Max Hollein, director del Met, al diario The New York Times. Pese a los esfuerzos de la nueva Administración para combatir la pandemia, los datos de incidencia del virus en el país (casi 450.000 muertos, 26,5 millones de casos) empañan cualquier pronóstico, por no hablar del optimismo.
Para mitigar el impacto económico en el presupuesto de las instituciones, la Asociación de Directores de Museos de Arte ha modificado sus escrupulosas reglas para deshacerse de obras a cambio de liquidez, relajando durante dos años un procedimiento que hasta la arremetida de la pandemia era mucho más estricto, y hoy es objeto de controversias. Porque no es solo el Met el que se ve obligado a monetizar parte de sus fondos, también el Museo de Arte de Brooklyn, el Museo de Arte Everson de Syracusa (Estado de Nueva York), el Newfields de Indianápolis y, más recientemente, el Museo de Arte de Baltimore, con un plan de liquidación estimado en 65 millones de dólares que ha suscitado gran polémica. Mientras la junta directiva de la asociación profesional mantiene que vender obras puede ser casi obligado en determinadas circunstancias, algunos especialistas consideran que es una medida equivocada e inmoral.
Anteriormente, recuerda el diario, los museos sólo podían usar tales fondos para reinvertir en nuevas adquisiciones. Pero la primavera pasada, coincidiendo con el cierre de la actividad económica en la mayor parte del país por el coronavirus, anunció que hasta el mes de abril de 2022 no se penalizará a las instituciones que empleen los ingresos por la venta de fondos para mantener y conservar sus colecciones. De esta manera, el Museo de Arte de Brooklyn, el primero en aprovecharse de la moratoria, ha ingresado 31 millones de dólares desde otoño, gracias a la subasta de piezas en EEUU y Europa.
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