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China desbanca a EE UU como líder de la taquilla mundial

La pandemia facilita que el país asiático lidere por vez primera la recaudación global. La película bélica nacionalista ‘Babai’ se convierte en la más lucrativa de 2020

Espectadores en una sala de cine en Taiyuan (China), en octubre.
Espectadores en una sala de cine en Taiyuan (China), en octubre.Zhang Jun (China News Service)

La pandemia ha transformado la realidad, en algunos casos acelerando los procesos de cambio que estaban en marcha. Así sucede con el auge de China, con una economía que se encuentra cada vez más cerca del liderazgo mundial. Uno de los sectores representativos de esta situación es el cine, donde el coronavirus ha facilitado el sorpasso. Hollywood y su leyenda han sido destronados. En 2020, la taquilla del gigante asiático superó por primera vez a la de Estados Unidos.

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Salas de todo el mundo han pasado la mayor parte del año cerradas, sin público ni programación, y como consecuencia de ello, el negocio se ha desplomado. La venta de entradas ha pasado de 42.500 millones de dólares (34.700 millones de euros) en 2019 a 12.000 millones (9.800 millones de euros) en 2020, su nivel más bajo en cuatro décadas, en cálculos de la prensa especializada de EE UU.

En cambio en China, durante esta época de hundimiento, la taquilla de las salas logró aminorar su caída. En 2020 ingresó 20.400 millones de yuanes (2.500 millones de euros), según ha informado esta semana la Oficina Nacional de Filmografía. Esto supone un 68% menos que el año anterior, pero suficiente para colocarse por encima de los 2.300 millones de dólares (1.800 millones de euros) de EE UU, que se ha dejado un 80%, según datos de la consultora ComScore. La lista continúa, por orden y a mucha distancia, con Japón, el Reino Unido, Corea del Sur e India. La taquilla española, por comparar, ingresó 169,7 millones de euros en 2020, según estimaciones de ComScore.

La diferencia puede basarse en la eficaz gestión del virus por parte de las autoridades chinas. Las cifras oficiales reflejan menos de 100.000 casos de covid-19 hasta la fecha —EE UU anuncia cada día cerca de 280.000—, lo que ha permitido la apertura de los espacios públicos, también los cines, donde la vida prosigue con normalidad. Todas las salas del país echaron el cierre el 23 de enero, el mismo día en que el Gobierno aisló a la ciudad de Wuhan, y desde entonces han recuperado la actividad con un protocolo escalonado: 30% como aforo máximo en julio, 50% en agosto y 75% en septiembre.

Este hito también ha supuesto que, por primera vez en la historia, la película más taquillera del mundo sea una producción china. Se trata de Babai (Los ochocientos), drama que recrea la heroica resistencia de un grupo de soldados nacionales ante el avance de las tropas imperiales japonesas sobre Shanghái en 1937. Ha recaudado más de 3.100 millones de yuanes (391 millones de euros). Vengadores: Endgame lideró la taquilla mundial en 2019 con 2.300 millones de euros, según la web especializada Box Office Mojo. Es necesario remontarse a 2007 para dar con la última ocasión en que el primer éxito mundial, entonces la tercera entrega de la saga Piratas del Caribe, no rebasaba la frontera de los 1.000 millones de dólares (820 millones de euros).

El tráiler de la película 'Babai'.

El recorrido de este esperado título, el primero chino en ser filmado íntegramente con cámaras IMAX, refleja las peculiaridades del sector. Pese a ser una historia real, celebrada en su día por el propio Mao Zedong como “un ejemplo clásico de revolución nacional”, la censura retrasó su fecha de estreno más de un año. Babai iba a abrir el Festival Internacional de Cine de Shanghái, el más prestigioso del país, en junio de 2019, pero su proyección fue cancelada con apenas 24 horas de antelación y su distribución comercial, prevista para un mes más tarde, suspendida.

Este creciente control gubernamental ha afectado incluso a uno de los autores chinos más laureados, Zhang Yimou, a quien el Partido Comunista confió en el pasado eventos tan importantes como la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. Su última obra, titulada Yi miaozhong (Un segundo) y ambientada en la Revolución Cultural, había sido seleccionada para competir en el festival de Berlín de 2019, pero, de nuevo, también fue retirada en el último momento sin explicación alguna. Su versión enmendada, solo un minuto más breve, llegará por fin a las salas este año.

Un mercado con sus propias reglas

Pese al liderazgo del cine de Hollywood, las 10 películas más vistas de 2020 en China fueron... chinas. La calidad de la cartelera nacional ha aumentado, aunque su dominio todavía se fundamenta en un marco legal restrictivo con los títulos internacionales. La normativa vigente establece que solo se pueden estrenar 34 largometrajes extranjeros al año y el porcentaje de ingresos para sus productores está limitado al 25% de la taquilla. A estas se suman unas pocas decenas de coproducciones que gozan de márgenes más generosos —43% de la taquilla— y fechas más atractivas.

Esto explica por qué las películas importadas apenas representaron un 16% del mercado el año pasado. Los grandes estudios, sin embargo, siguen tratando de abordar la codiciada gran pantalla china. Uno los intentos más sonados fue la adaptación de Mulán, que aterrizó el año pasado en medio de la polémica —en EE UU se saltó las salas y debutó directamente online, en la plataforma Disney+— y con peores resultados de lo previsto. Aun así, supuso el segundo estreno internacional más exitoso de la temporada, con 278 millones de yuanes (35 millones de euros), por detrás de Tenet, la última obra de Christopher Nolan, y sus 456 millones (57 millones).

China se adentra en 2021 en busca de nuevos récords. El 1 de enero ya cayó otro: el de la jornada más taquillera de su historia, con entradas vendidas por valor de 592 millones de yuanes (74 millones de euros). Sin embargo, esa es una película que solo acaba de empezar.

El Partido pide más ciencia-ficción

El Gobierno chino se toma muy en serio el cine. En particular, la ciencia-ficción. El pasado agosto, las autoridades publicaron un documento para fomentar el género, en el que China ha tenido mucho éxito, con títulos como 'La tierra errante', basado en una novela del escritor Liu Cixin, también autor del fenómeno editorial 'El problema de los tres cuerpos'. El texto exponía cómo la ciencia-ficción encuentra acomodo en “los objetivos ideológicos del Partido”. A la hora de realizar producciones populares, detallaba, la primera prioridad pasa por “estudiar en profundidad e implementar el pensamiento de Xi Jinping”, el líder del país.


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