Antonio Banderas lleva a Barcelona ‘A Chorus Line’, el musical que ha inaugurado su teatro de Málaga

Antonio Banderas no se cansa de contar que el ataque al corazón que sufrió en 2017 fue una “experiencia muy poderosa y profunda”, que lo llevó a cambiar de prioridades. El dinero pasó a un segundo plano, y priorizó algo más tangible, el teatro, al que se ha entregado en los últimos meses. “Un teatro es un teatro, se puede tocar”, ha afirmado este lunes en Barcelona, donde ha venido a presentar A Chorus Line, el musical que produce y codirige y que inauguró su nuevo espacio en Málaga, el Teatro del Soho Caixabank. Del 21 de febrero al 29 de marzo la pieza se podrá ver en el teatro Tívoli con Pablo Puyol de protagonista, un papel que Banderas encarnó en las funciones de su ciudad natal, aunque Puyol ya lo sustituyó en las ocasiones en las que el malagueño viajó a EE UU.

Banderas se mostraba radiante este lunes en Barcelona, después de haber recogido el sábado su primer Goya al mejor actor, por su papel en Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, una interpretación por la que está nominado al Oscar. Se ha mostrado muy relajado, convencido de que no se llevará la estatuilla porque “no es favorito”, según ha reconocido. Ha asegurado que para ganarlo “hay que hacer campaña y meterse en una vorágine de proyecciones diarias”, un juego del que no se ha ocupado porque estaba haciendo teatro en su querida Málaga.

Así que se ha centrado en hablar de A Chorus Line, el musical que escogió para inaugurar su nuevo proyecto, que define como “un sueño de 20 años” hecho realidad, muy bien acogido por el público. La primera producción inicia ahora una gira que también pasará por Bilbao y Madrid, pero ya sin él de protagonista. El papel de Zach lo interpretará Pablo Puyol, un actor forjado en el musical, que ha trabajado en títulos como Grease, Rent o La bella y la bestia, y también se ha dejado ver en series de televisión como Los Serrano o La que se avecina.

No es baladí el título que ha escogido Banderas para inaugurar su teatro. Concebido y dirigido originalmente por Michael Bennet en 1975, A Chorus Line supuso un cambio de paradigma en los guiones de musicales, pues se inspiró en las experiencias reales de los bailarines y actores que participan en una obra musical. “Lleva implícita una reflexión sobre las artes escénicas”, ha destacado el actor malagueño, que ha explicado que, a pesar de que la obra tiene poco margen de adaptación por tratarse de un legado, ha procurado imprimirle más colores al protagonista.

Con 29 intérpretes y una orquesta de 15 músicos, la historia transcurre en el propio Broadway a mediados de los años setenta, y arranca con una audición para una nueva producción musical, que dirige Zach. En la original, es un tipo “monolítico y autoritario”, cuenta Banderas, que le ha querido dar “una cierta vulnerabilidad” a través de la relación que tiene con uno de los personajes. El actor lo ha resumido como un espectáculo “divertido y emocionante con el que pretendía llenar el teatro”, pensado para un público amplio. Para las propuestas más innovadoras, pretende construir un segundo teatro en su ciudad, que sea laboratorio y plataforma de impulso de nuevo talento.

Lluís Pasqual ha sido el director artístico de ese sueño del actor hecho realidad durante un año, hasta que la semana pasada anunció su dimisión. “Poca gente lo sabía —ha relatado Banderas—, pero desde el principio Lluís me dijo que me ayudaba en el parto, y es lo que ha hecho; me ha echado una mano para arrancar y me ha presentado gente que son mi actual equipo de dirección y con los que voy a seguir trabajando”. De todos modos, “Luís Pasqual no se va —ha puntualizado— porque vendrá como director de escena”.

Con 112 películas a sus espaldas, Banderas se ha mostrado en total idilio con el teatro. En un momento en que se vive a toda velocidad, un ritmo auspiciado por las redes sociales, echa de menos la reflexión, y ha buscado refugio en las artes escénicas. Volver a ver una película le ha causado a veces “una desilusión” muy grande, algo que cree que no puede pasar con el teatro. Para el actor, este es un “arte efímero”. Al teatro “vas, ves la obra y lo único que permanece es el recuerdo”, ha señalado. Y eso ya no cambia.